BREVE RECORRIDO POR LA EXPOSICIÓN «ÁNGEL DUARTE. MATEMÁTICAS Y TRANSFORMACIÓN SOCIAL»
RESEÑA DE LA EXPOSICIÓN
Hasta el 12 de febrero de 2023 puede visitarse la exposición Ángel Duarte. Matemáticas y transformación social en el Museo de Arte Contemporáneo Helga de Alvear de Cáceres, al cual aparte de esta exposición temporal merece la pena acudir, albergando obras que van desde Goya como punto de inicio en los albores de la contemporaneidad, artistas de las vanguardias históricas de la talla de Kandinsky o Picasso y piezas realizadas en los últimos años, de autores como Ai Weiwei, Sol LeWitt o Doris Salcedo, siendo una colección en constante renovación y ampliación, expuesta en un edificio inaugurado en 2021, obra de Tuñón Arquitectos, el cual ha merecido diversos galardones nacionales e internacionales.
La exposición está comisariada por María Jesús Ávila y en ella se resalta la figura del artista Ángel Duarte, destacado representante de la abstracción geométrica y que internacionalizó el arte español de su época.
Esta muestra ha sido posible gracias a la adquisición por parte de Helga de Alvear de una veintena de obras del artista, que se unen a las que ya tenía la institución y a otras prestadas para esta ocasión, vendidas por los herederos de Duarte y que se encontraban en el Museo Pérez-Comendador de Hervás, en el norte de Cáceres, donde fueron depositados su autor y a donde regresarán al cierre de la exposición pues, aunque hayan sido adquiridos por la coleccionista de Alvear, ésta ha decidido continuar con el deseo de Duarte y seguirán expuestos en las salas de Hervás, localidad muy cercana a donde el artista llegó al mundo.
Ángel Duarte nace en la localidad cacereña de Aldeanueva del Camino en 1930, trasladándose a los pocos años a Madrid, donde se inicia como aprendiz de orfebrería y estudia en la Escuela de Artes y Oficios de la capital, conociendo en esos años en el Círculo de Bellas Artes de Madrid a Agustín Ibarrola, con quien entabla amistad.
En 1954 emigra a París, donde junto a los arquitectos Juan Cuenca y Juan Serrano y los pintores José Duarte y el citado Ibarrola constituyen Equipo 57, grupo muy influido por la obra e ideas de Oteiza y que pretendía realizar un arte con un trasfondo distinto a otros grupos artísticos españoles de la misma época como El Paso, protegidos por las instituciones oficiales y con una amplia de red de galerías y marchantes.
Así, en la primera parte de la exposición se pueden ver diversas obras de la época de Equipo 57, como varios gouaches sobre papel que formaban parte de los fotogramas de la película abstracta Interactividad I y que muestran con gran precisión las características principales que pretendían con sus obras los miembros del grupo, especialmente que la pintura pudiera configurarse como una investigación científica y racional, mostrando con ellos su teoría de interactividad entre el color, la forma, la línea y la masa, analizando a partir de colores planos, concavidades y convexidades la interactividad del espacio plástico.
Del mismo modo, la escultura está muy presente en esta muestra a través de piezas donde juega un papel destacado la visión del espectador al tener un efecto de movimiento según cambie el punto de vista, algo que demuestra la cercanía de Duarte al movimiento artístico cinético europeo.
Una vez desintegrado en 1966 el Equipo 57 y ya residiendo el artista en Sion (Suiza), funda el Grupo Y ( cuyo nombre simboliza las tres rectas que convergen en un punto y a la vez divergen de él) en compañía de Walter Fischer y Robert Tanner, quienes dan un paso más en la democratización del arte, alejado de las elites, pues si los miembros de Equipo 57 ofrecían sus obras a precios muy bajos para romper el consumo artístico elitista y pudieran ser adquiridas por todos, el grupo suizo directamente se negaban a vender sus obras.
La importancia de las matemáticas y como se ha dicho anteriormente, la investigación científica, está presente en toda la obra de Ángel Duarte pretendiendo con ello la representación de la transformación social más que plasmar la realidad de la sociedad en concreto, pudiéndose entender esa transformación en un sentido que se aproxima a los postulados del constructivismo ruso, es decir, trabajando en los ámbitos del diseño.
Así, podemos ver en la exposición obras como Cubo [División de un cubo por 4 paraboloides hiperbólicos] de la segunda mitad de la década de los sesenta, donde se pone de manifiesto su especial interés por el paraboloide hiperbólico, figura matemática también llamada silla de montar por la apariencia que tiene, algo que le acompañará ya toda su vida, y con la que mediante un trabajo de adición y rotación a la hora de diseñar a través de varillas metálicas comenzaba a construir desde una línea recta.
Con esto, y viendo que en esta obra concreta la figura se enmarca en un cubo, comprendemos fácilmente la influencia de la obra de los minimalistas o de Jorge Oteiza en la formación del espacio vacío. Como señala Roberto Díaz en la ficha de la obra “de esta forma confronta dos formas que parten de lo estático del cubo a lo dinámico de las formas paraboloides, jugando a su vez con la percepción siempre neutra, sólida y estable del cubo, frente a las formas cambiantes que produce la superficie continua de los paraboloides, según el punto desde el que se perciban”.
El visitante de la exposición puede hacerse una idea de la importancia de la ciencia en el trabajo de Duarte, quien igualmente fue uno de los primeros artistas plásticos en utilizar medios informáticos para diseñar sus piezas.
Pero la obra de Ángel Duarte también tendrá una vertiente monumental al diseñar arte público, algo que le llevará desde la década de los setenta hasta bien entrada la década de los dos mil, ya en sus últimos años de vida, cuyas características principales es su gran tamaño y la convergencia de rectas y curvas en superficies que interactúan con el vacío, todo ello en relación a su arte científico pues en ellas ponía en práctica la teoría de la interactividad del espacio.
Ejemplo de ello tenemos su maqueta para el proyecto de escultura pública monumental en Langenthal (Suiza), que se puede ver en la exposición, donde pone en práctica todo lo señalado anteriormente, y que data de 1979 y donde las líneas rectas conversan con concavidades y convexidades. Tanto en las esculturas como en estas maquetas que se exponen es muy importante el punto de vista del espectador, pues su visión de la obra cambiará conforme vaya recorriéndola, como se ha dicho más arriba.
De la misma manera, otras esculturas públicas de su autoría son conocidas en Extremadura, pues con la llegada de la democracia el escultor regresó a España realizando obras de gran formato tanto para Suiza como para nuestro país, destacando la que realizó para el Pabellón de Extremadura de la Expo de Sevilla´92 o la que da la bienvenida en su pueblo natal, realizada a base de dos paraboloides hiperbólicos, y con cerca de cinco metros de altura.
En conclusión, con esta exposición se pone de relieve para la sociedad extremeña pero también nacional por la relevancia de la institución donde se realiza la muestra, la figura de Ángel Duarte, muy valorado especialmente en Europa, pero quizá no lo suficiente conocido en España, siendo uno de aquellos pioneros que comenzó a internacionalizar el arte que realizaban los españoles por los años cincuenta y sesenta del pasado siglo.
Foto de la imagen principal: Joaquín Cortés, Museo Helga de Alvear.
BIBLIOGRAFÍA Y WEBGRAFÍA
GARCÍA FELGUERA, M. Santos. El arte después de Auschwitz. Madrid, 1993.
GUASCH, Ana María. El arte del siglo XX en sus exposiciones. 1945-1995. Barcelona, 1995.
LUCIE-SMITH, Edward. Movimientos artísticos desde 1945. Traducido por Jesús Pardo. Barcelona, 1993.
MUSEO DE ARTE CONTEMPORÁNEO HELGA DE ALVEAR: https://www.museohelgadealvear.com/es/expositions/angel-duarte-matematicas-y-transformacion-social/ (Consulta: 14/01/2023).