Arco 2020: menos polémica, más mujeres, misma esencia

RESEÑA DE LA FERIA ARCO 

La Feria Internacional de Arte Contemporáneo de Madrid se ha llevado a cabo entre el pasado 26 de Febrero y el 1 de Marzo. Este año la feria ha seguido los protocolos y únicamente en cuanto a cambios significativos ha tenido la ausencia de un país invitado y una mayor presencia femenina. 

Es cierto que todos los años esta feria genera una gran polémica en los medios de comunicación, encontrando en la misma alguna pieza escándalo, arco no es ajeno a la banalización, ni tampoco lo son sus asistentes. La directora, Maribel López, se escuda en que la polémica está “en el ojo de quien mira”, quejándose de que una única obra acapare toda la atención, pese a esto podemos ver como en 2018 el responsable de la polémica fue el excéntrico artista Santiago Sierra y su obra sobre los presos políticos, así como autor del ninot royal del año pasado que realizó junto a Eugenio Merino. 

La candidata a levantar llagas este año es una pieza del finlandés residente en la comarca de Talavera, Riiko Sakkinen,  en la que se sentencia “Franco no fue tan malo como dicen” en esta obra, el retrato del dictador viene acompañado de una sátira tipográfica, rodeando su silueta de algunos clichés extendidos como los pantanos y la Seguridad Social. Esta obra surge después de que uno de sus hijos le contase que una profesora hablando en la escuela sobre el dictador pronunció la frase que inspiró a la obra. Está claro que la obra presenta un componente de ironía y doble sentido al hablar e incidir en los “logros” del caudillo. Otra obra no ausente de polémica ha sido la pieza del artista Marco Castillo, compuesta por las letras que forman la palabra “Franco” que se entremezclan y se transforman en las de “Castro”.

Lo que sí es cierto, es que esta edición de ARCO ha sido abundante por su contenido político destacando en ella la lucha de las mujeres como uno de los temas más recurrentes, aunque la igualdad sigue siendo una tarea pendiente de la organización, este año el número de mujeres artistas ha crecido. Dentro de esta temática destacar a Diana Larrea la cual destaca con “De entre las muertas” una obra que reivindica a varias artistas silenciadas en la historia, o Regina José Galindo la cual presenta la imagen de un diario en el que se lee “Treinta violaciones en solo dos meses», siguiendo esta línea podemos ver como el chileno Fernando Prats presenta una bandera nacional pintada con el lema “El violador eres tú” haciendo referencia al ya conocido himno de protesta feminista. Otra obra a destacar es la pieza de la galería Bárbara Weiss, compuesta por 20 vídeos de contenido sexual, una performance en la que una mujer ponía a los visitantes una serie de filmaciones que pedían de una lista con distintas prácticas sexuales y partes del cuerpo, habla sobre la intimidad y los sentimientos, así como el cuerpo y sus implicaciones en sitios públicos.

Obra reivindicativa es también la de Teresa Margolles, la cual nos presenta unas fotografías de edificios en ruinas en las que se puede leer “El capitalismo te culea”. Así mismo podemos ver la gran mordacidad del artista Patrick Hamilton el cual utiliza el Costanera Center, una de las torres más alta de Chile, recubierta de mármol negro, lo que la convierte en una gran lápida. Encontramos también guiños a artistas como Duchamp con la obra de Cabello y Carceller “Autorretrato como fuente” la cual alude al famoso urinario del gran artista icónico. Las preocupaciones sobre el ecologismo también aparecen en esta edición con las obras de Bene Bergado y Leandro Erlich. 

Esta edición también homenajeó a Félix González Torres ,artista cubano, mediante las obras de 16 artistas contemporáneos. Un artista que murió a consecuencia del sida y en cuyo trabajo encontramos de forma convergente el activismo político y las esculturas minimalistas.

La sala VIP de arco estuvo presidida por la fotógrafa Elsa Leydier, cuya obra presenta unos colores fuertes y llamativos. Su último viaje llevado a cabo fue a la región de Champagne, a través de este viaje se materializa su serie Heat Wave (“ola de calor”), en la que juega con la luz, teniendo sus fotografías un color anaranjado, y un filtro verde lo que nos hace relacionarlas con el champán y el vino francés. 

Durante esta feria las diferentes galerías que participan afirman y ratifican el buen momento que vive el mercado del arte. Podemos destacar algunas de las piezas más caras, como un móvil de Calder, vendido por 1,8 millones o un Kandinsky por 1,5 millones. Las ventas se han llevado a cabo a coleccionistas de todo el mundo y aunque en ocasiones la venta no es rápida, muchas veces la feria sirve para hacer operaciones que se cierran más adelante. Dentro de la extravagancia y las ventas, también queda espacio para obras “clásicas” como el retrato de Jacqueline de Picasso siendo esta la obra más cara de la feria, con un precio de 6,5 millones de euros. 

Esta entrada en la nueva era hace de ARCO una feria adulta, que cumple ni más ni menos que 39 años, una etapa de madurez que vemos reflejada tanto en lo económico como en lo creativo, apostando por lo emergente y lo establecido. Una edición que en definitiva nos ofrece espacios y obras que nos invitan a reflexionar.

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