Biografía de Joaquín Sorolla

JOAQUÍN SOROLLA Y SU ETAPA FORMATIVA EN ITALIA

Joaquín Sorolla, de quien este año se celebra el centenario de su fallecimiento, fue un artista que se formó en múltiples ambientes y ciudades: Valencia, Italia, París…

En este caso nos centraremos en el aprendizaje y la influencia que tuvo su paso por Italia posteriormente en su obra.




Tras su primera etapa de formación en Valencia, donde había superado una oposición y había adquirido gran fama, Sorolla es pensionado por la Diputación de Valencia para estudiar en Italia, concretamente, en Roma. Para conseguir la beca para irse a Roma, realizó un cuadro de historia: El grito del palleter.

El grito del palleter, Joaquín Sorolla, 1884, 152 x 202cm, Valencia Diputación Provincial

Como muchos de los grandes artistas desde finales del siglo XV hasta el siglo XIX, Sorolla viajará a Italia, llegando a Roma el 4 de enero de 1885, puesto que era uno de los centros artísticos más importantes y al que todo pintor que quisiera formarse, tenía que ir. Allí pudo observar las ruinas romanas y, además, pudo ponerse en contacto con la pintura de los grandes artistas del Renacimiento, como Miguel Ángel – con la Capilla Sixtina – o Rafael – con La escuela de Atenas –. 

La afluencia de viajes de los artistas en el siglo XIX a Roma, considerada cuna del arte, dio lugar a la creación, en 1873, de la Academia de Roma, donde ingresaría el artista y donde coincidiría con una serie de pintores españoles que influyeron de gran manera en la pintura de Sorolla. 

Cabe destacar la figura de Mariano Fortuny, quien ejerció una gran influencia en los artistas que entrarían a formar parte de la Academia, ya que tras su muerte, en 1874, se produce el auge del fortunysmo, de gran importancia hasta principios del siglo XX. 

Retrato de Mariano Fortuny, Federico Madrazo, 1867, 54 x 42,5cm,  Museo Nacional de Arte de Cataluña (obra no expuesta)

Fortuny realizará composiciones de tipo académico, pero pronto comenzará la búsqueda de un estilo propio, al no sentirse identificado con la pintura que se realizada en su entorno.

Este autor viajó a África, donde se vio influido por esa vida llena de color, lo que aparece desde entonces en su obra.

Cuando regresa a Roma, habrá perfeccionado la capacidad de ejecución de sus cuadros, así como la captación del color. Además, su pintura será muy detallada tras una observación minuciosa y una ejecución apurada.

La influencia de este autor podría haber llegado hasta Sorolla a través de José Villegas, pintor español que practicaba la pintura en la línea de Fortuny, pero no hay una confirmación de esta información, ya que hay autores como Pantorba o Doménech que niegan toda influencia del artista sevillano sobre el artista valenciano.

No obstante, José Villegas no sería el único que podría haber transmitido la pintura de Fortuny a Sorolla, sino que otros autores que coincidieron con él en la Academia de Roma podrían haberlo hecho, como podrían ser Francisco Domingo, José Agrasot o Emilio Sala. 

En cuanto a esta relación con el denominado fortunysmo, Sorolla realizaría diferentes tipos de cuadros, como serían pinturas de género, las cuales eran típicas de Mariano Fortuny y es una tipología que seguirá gustando tras su muerte, por lo que muchas obras tendrán esta temática.

Además, en estos primeros momentos, Sorolla realiza una serie de pinturas con un carácter muy minucioso, como se puede ver en su obra Los guitarristas, lo que no es propio del pintor según avanza su carrera.

Joaquín Sorolla
Los guitarristas, Joaquín Sorolla, 1889, 34 x 49,5cm, Museo Sorolla

Esta minuciosidad en la pintura también fue influencia de Fortuny, puesto que sería una característica propia de su pintura.

Otros artistas que pudieron influir en la pintura de Sorolla durante esta época de formación en Italia fueron Emilio Sala y Agrasot. Sobre todo en lo relacionado al tratamiento de la luz, la precisión del dibujo, los colores saturados o la delicadeza con la que realiza algunos de estos cuadros costumbristas.

Sorolla habría coincidido con Sala en la Academia de Roma, siendo este su profesor. En este momento, Sorolla aún no trabajaba de tan exquisita manera la luz y el color como hizo posteriormente, por lo que Sala habría sido un influente directo en su pintura, dirigiéndose hacia un color más limpio.

Una de las obras donde más claramente se puede observar la influencia de Sala sobre Sorolla será en El Padre Jofré protegiendo a un loco, donde el artista valenciano utiliza tonalidades matizadas, juegos de colores delicados y una luz más clara.

El Padre Jofré protegiendo a un loco, Joaquín Sorolla, 1887, Palacio de la Generalidad Valenciana

Tras una primera estancia en Roma, Sorolla viajó a París, donde conoció la obra de artistas impresionistas que influyeron en su pintura. Cuando regresa a Roma, mandará a la Diputación de Valencia sus cuadros Desnudo femenino y Un crucificado.

Joaquín Sorolla
Desnudo femenino, Joaquín Sorolla, 1885-1886, 43,8 x 84,40cm, Museo Sorolla

Sorolla será un pintor que una vez establecido en Italia, viajará por sus diferentes ciudades, lo que también le ayudará a conocer el arte de estas y poder impregnarse del arte Italia. Viajará a Pisa, Florencia, Venecia y, finalmente, a Nápoles – antes de establecerse en Asís –.

Cabe destacar que en Nápoles, como en Roma, la pintura de Domenico Morelli fue muy influyente, por lo que el artista podría haber observado su obra – o de pintores similares a este –, pudiendo apreciar las características propias del autor.

Sorolla pronto se vio inclinado hacia la pintura de Morelli, que gozaba de gran fama en el momento, y con quien compartía intereses, que se verán posteriormente reflejados en la obra del valenciano.

De tal manera, Morelli trabajaba con grandeza la luz y el color, así como el claroscuro y la soltura del pincel, a lo que se añadiría la interpretación verídica de la atmósfera.

Su influencia se observa en El entierro de Cristo, la cual realizó Sorolla con el objetivo de llevarla a la Exposición Nacional de 1887. 

Reproducción de la obra El entierro de Cristo, Joaquín Sorolla, 1886, Museo Sorolla (solo se conservan algunos fragmentos).

Tal como recogen algunos intelectuales de la época como Rafael Doménech o Aureliano Beruete, – puesto que de esta obra apenas se conservan unos fragmentos, y la conocemos a través de documentos – Sorolla planteó el lienzo con una gran cantidad de personajes, los cuales tuvo que ir eliminando para llegar a una composición más sencilla que la original.

Tras el trabajo que supuso para el autor valenciano la realización de este Entierro, fue llevada a la exposición. 

Cabe destacar la crítica que realizó Isidro Fernández Flórez:

El señor Sorolla, pues, ha hecho lo que muchos otros autores de esta Exposición: creyendo hacer un cuadro, ha hecho un país, osa más fácil, aunque sea difícil siempre. Ha pintado, no el entierro de Cristo, sino la hora en que le enterraron. […] Aquello tanto puede ser el entierro del Divino Señor como el de un héroe legendario, o, simplemente, el de un malhechor histórico en Despeñaperros”. 

Joaquín Sorolla
Fragmentos de la obra El entierro de Cristo, Joaquín Sorolla, 1886, Museo Sorolla.

Se ha atribuido esta crítica negativa – que fue la mayoritaria en la exposición – al cambio que introduce Sorolla en la pintura que se estaba realizando hasta ahora, pues no seguía las normas estéticas propias del romanticismo.

No obstante, la influencia de Domenico Morelli no solo se aprecia en la obra de El entierro de Cristo, sino que se puede apreciar durante toda la carrera de Sorolla. 

En cuanto a su estancia en Asís, esta ciudad era muy querida por los artistas de la época, puesto que también se ubicaron allí personajes como los pintores Benlliure y José Gallegos, o el escritor Vicente Blasco Ibáñez.

En esta ciudad se establecería junto a su mujer, y ya se puede observar en la pintura que realiza, algunos detalles que van a marcar su carrera artística. De tal manera, tendrá una mayor preocupación por la línea, a través de la cual une los diferentes elementos del cuadro y plasma la corporeidad de las figuras.

La luz y el color tendrán una importancia elemental en su obra, tal como se observará posteriormente, así como el trabajo del claroscuro. Es así como muestra su pintura más naturalista, poniendo una mayor atención en el detalle.

Contadina de Asís, Joaquín Sorolla, 1888, 39,50 x 55,5cm, Museo Sorolla

El viaje a Italia era viaje obligatorio para todos los artistas que se preciasen, puesto que todo artista debía conocer las grandes obras italianas, tanto las antiguas ruinas romanas, como aquellas obras realizadas en el renacimiento, pudiendo observar a esos grandes artistas que tanto legado habían dejado en la capital italiana.

A pesar de ello, no era la capital europea más deseada entre los artistas, puesto que muchos de estos tuvieron una primera visión de Roma como una ciudad sin vida.

Por ello, la mayoría de artistas de esta época – incluido Sorolla – viajarán a París, a la que considerarán una ciudad moderna e innovadora y es de allí de donde cogerán gran parte de las influencias.

Joaquín Sorolla
Vendiendo melones, Joaquín Sorolla, 1890, 52,2 x 78,6cm, Museo Carmen Thyssen de Málaga.

Por último, simplemente destacar respecto a la formación de Sorolla en ámbito italiano, se puede decir con certeza que mejoró sus destrezas en gran medida y obtuvo algunos conocimientos nuevos, aunque no en gran medida, ya que muchos de los aspectos que presenta en este momento, provienen de la formación valenciana previa. 

No obstante, fue muy importante este periodo en Italia ya que pudo conocer a grandes autores a través de los cuales adquirió una mayor destreza en las técnicas, así como, sobre todo, en el uso del color y en los temas representados.

Esta estancia le sirvió para continuar acrecentando su fama y para que comenzara a vivir de su pintura, lo que algunos pintores de la época no lograron. 

BIBLIOGRAFÍA

Balsa de la Vega, R.: Artistas y críticos españoles, Tip. Arte y Letras,  Barcelona, 1891

Lorente Boyer, M.: Influencias y recursos en la técnica pictórica de Joaquín Sorolla (Tesis Doctoral; director: José Vicente Martín Martínez), Universitas Miguel Hernández de Elche, Altea, 2015

Rodríguez Alcalde, L.: Los maestros del Impresionismo español, Ibérico Europea Ediciones, Madrid, 1978

Querci, E.: Tra Parigi, Venezia e Roma: Zuloaga, i pittori spagnoli e l’Italia (Tesis Doctoral; director: Francisco Calvo Serraller), Universidad Complutense de Madrid, Madrid, 2014

VV.AA.: Catálogo de Exposición: Roma y el ideal académico. La pintura en la Academia Española de Roma, 1873-1903, Real Academia de Bellas Artes de San Fernando (9 septiembre – 15 octubre), Madrid, 1992

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