EL AMOR EN LA MITOLOGÍA
Propuesta de recorrido artístico sobre las fases del amor romántico a través de obras de la colección del Museo del Prado, con la intención de ejemplificar las fases del enamoramiento utilizando la mitología clásica.
Encontramos en este museo obras de muy variados estilos y artistas, que presentan la sensibilidad y delicadeza propias de este tema.
Primera fase: descubrimiento del amor
Realizada en 1905. Modelado en mármol de Carrara. Medidas de 169 x 152. Se encuentra en la sala 061A del Museo del Prado. Realizada por Miguel Blay y Fábrega.
Realizada entre 1640-1650. Óleo sobre lienzo sobre tabla. Medidas 131 x 127 cm. Sala 016B del Museo del Prado. Realizada por Jacques Jordaens.
Esta escultura representa una pareja de jóvenes en el instante del primer roce de sus cuerpos. Está relacionada con la fábula de Dafnis y Cloe del escritor griego Il Longo, que comienza con dos niños abandonados que crecen juntos, desarrollan un fuerte vínculo de amistad y al llegar a la pubertad descubren el amor y el erotismo.
Destaca el tratamiento del tema ya que la figura masculina muestra una actitud de embelesamiento por la belleza de la mujer, podríamos comparar ese embelesamiento con el que Narciso siente hacia sí mismo. La escultura muestra la sexualidad adolescente en un ambiente bucólico, de manera inocente y desinteresada.
Esta obra podría recordarnos a la conocida escultura neoclásica de Antonio Canova, Amor y Psique o Psique reanimada por el beso del amor, expuesta en el Museo del Louvre.
A pesar de no encontrarse en el Prado, tenemos otros ejemplos de este mito de “Las Metamorfosis”, como las obras de El amor de Cupido y Psique de Jacques Jordaens o el de Las bodas de Psiquis y Cupido, de artista anónimo.
Por un castigo de la diosa Afrodita hacia Psique, envía a Eros (Cupido) a lanzarle una flecha para que se enamore del hombre más feo del mundo, sin embargo, es Eros el que se enamora de ella.
Cupido decide esconder a su amada, impidiéndole conocer su rostro, aun así, Psique sucumbe y se enamora. Una noche por accidente, Psique derrama aceite hirviendo en la cara de su amado, que enfadado, la abandona.
Desesperada, Psique remueve cielo y tierra, llegando incluso al infierno y abriendo una caja de “sueño estigio”, que hace que caiga en coma. Finalmente, Eros la encuentra y limpia el sueño de sus ojos, reanimándola con un beso de amor.
Estos ejemplos se pueden entender como la forma desinteresada del amor, que aparece cuando menos lo esperas y cambia toda tu vida. También vemos cómo el amor se transforma en la fábula de Dafnis y Cloe: comienza como una amistad y acaba convirtiéndose en un amor puro y sensual.
Segunda fase: encuentro amoroso
Realizada entre 1560-1565. Óleo sobre lienzo. Medidas de 129,8 x 181,2 cm. Se encuentra en la sala 044 del Museo del Prado. Realizada por Vecellio di Gregorio Tiziano.
Realizada entre 1628-1629. Óleo sobre lienzo. Medidas de 182,5 cm. X 201,5 cm. Número de catálogo P001693. Realizada por Pedro Pablo Rubens, obra copiada de Tiziano.
Estas obras representan dos de los encuentros sexuales de Zeus, transformado en animales o elementos, con dos princesas: Dánae y Europa.
Vemos en ambas un tratamiento del tema lujurioso y sensual. Estos dos mitos son narrados en “Las Metamorfosis” de Ovidio: en el caso de Europa, se representa el rapto del dios a esta princesa, transformado en un bello toro blanco.
Confiándose, la joven se sentó en su lomo y el dios aprovechó para secuestrarla, a través del mar llegaron a la isla de Creta donde consumaron su amor.
En el caso de Dánae recibiendo la lluvia de oro, la obra es mucho más explícita en cuanto al encuentro sexual. La princesa Dánae fue encerrada por su padre debido a la predicción del oráculo por el cual su nieto estaba destinado a matarle.
Debido a este castigo, el dios Zeus de nuevo tuvo que transformarse en una fina lluvia dorada, cayendo sobre Dánae y dejándola embarazada.
Estas obras muestran un tipo de amor egoísta, centrado en el deseo sexual del hombre (en este caso un dios) mediante engaños y transformaciones con mujeres inocentes.
A diferencia de la fase anterior, donde veíamos una representación del amor desinteresado y puro, en estas obras vemos un tratamiento del tema mucho más sexual y explícito.
Tercera fase: decepción y desengaño
Obra realizada entre 1636-1638. Óleo sobre lienzo. Medidas de 97 x 93 cm. Jan Cossiers.
Realizado de cristal de roca, esmalte, oro plata, rubí y cuarzo hialino. Medidas de 41,5 x 16,6 cm. Obra llevada a cabo por Richard Toutain, taller milanés.
En estas obras se representa el mito de Narciso y Eco descrito por Ovidio en su obra “Las Metamorfosis”. Estas dos figuras son un joven de gran belleza y una ninfa castigada a repetir los últimos sonidos escuchados.
Ambos se encontraron en el bosque, Eco le persiguió en las sombras y Narciso dándose cuenta buscó y preguntó por su perseguidora.
Eco solo podía responder con las últimas palabras que escuchaba, en el momento que Narciso dijo “Retira esos brazos que me enlazan; antes moriré que entregarme a ti”, Eco contesto “unirme a ti” confesándole así su amor.
Tras este rechazo, Eco sufrió un gran dolor, solo quedó de ella su voz y sus huesos, que han tomado forma de piedras. Desde entonces Eco se oculta en el bosque, nadie la ve pero todos la oyen. La decepción y el dolor forman parte del amor, llevado a la máxima expresión en este mito.
Narciso era un joven muy apuesto, muchas ninfas se enamoraban de él, pero este las rechazaba a todas. Una de ellas se lamentó a la diosa Ramnusia pidiendo “que llegue a amar de este modo y jamás goce de ser amado”.
Agotado de la caza y del calor, Narciso se tumbó en el suelo y quiso beber de un manantial. Sorprendido por su imagen en el agua, se enamoró su reflejo. Al darse cuenta de que nunca podría alcanzar ese amor, se lamentó amargamente y murió, convirtiéndose así en la flor del narciso.
Este jarro de cristal pertenece al Tesoro del Delfín, y representa a Narciso y a Eco. La obra se completa cuando el recipiente se llena de agua, ya que se ve su reflejo. La figura femenina del asa representa a Eco, con la boca abierta a modo de grito al descubrir que había perdido la voz.
La obra de Cossiers por otra parte representa a Narciso, observando su reflejo y enamorándose perdidamente de él.
Podríamos identificar este mito con la obsesión actual con las redes sociales y los selfies en los que mostramos nuestro narcisismo con una sobre exposición física a la vez que una baja autoestima, buscando la validación del resto mediante likes.
En esta fase tenemos dos ejemplos de amor, uno de ellos hacia uno mismo, narcisista, mientras que el otro se podría considerar un amor platónico. Ambos acaban en desgracia y en decepción.
3 respuestas a «Fases del amor a través de la mitología en el arte»
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