LA FIGURA DE LA FEMME FATALE
En diversas épocas de la historia, se han utilizado distintos términos para describir la figura femenina. En el siglo XIX era común representar a la mujer como peligrosa, rebelde, perversa, pecadora y letal.
Un término muy utilizado para describirla era el famoso «femme fatale«, asociado a la sexualidad y la destrucción. No solo esta denominación se ha utilizado en la literatura tanto religiosa como mitológica, sino también en el cine, las artes visuales o en el mundo de la música como en discos de Britney Spears, o la famosa banda estadounidense de rock.
¿Qué es femme fatale?
Se refiere a un tipo de mujer que apareció en la literatura durante la segunda parte del siglo XIX. La femme fatale es descrita con características físicas y psicológicas específicas. Erika Bornay en su libro Las hijas de Lilith (1995) nos dice :
“En lo que concierne a sus más significativos rasgos psicológicos, destacan por su capacidad de dominio, de incitación del mal, y de su frialdad,que no le impedirá, sin embargo,poseer una fuerte sexualidad, en muchas ocasiones lujuriosa y felina”
(pág 115)
Con el tiempo, este arquetipo se popularizó mucho en las artes visuales, presentando una visión exagerada y falsa de un tipo de mujer que principalmente existe en la fantasía.
El escritor y dramaturgo español Ramón del Valle-Inclán también hace alusión a este término en su libro La cara de Dios (1972) describe a la mujer fatal diciendo:
“Casi todos los hombres de tu temperamento tienen en la vida una mujer así. La mujer fatal es la que se ve una vez y se recuerda siempre. Esas mujeres son desastre de los cuales quedan vestigios en el cuerpo y en el alma. Hay hombres que se matan por ella ,otros que se extraviaron; tú serás de estos últimos»
(pág 273)
Ahora bien, los pintores y cinematógrafos tenían una interpretación particular de la Femme Fatale. Esta figura era descripta físicamente con una melena larga y abundante, a menudo de color rojizo, y su tez solía destacar por su blancura.Muchas veces hemos visto como han sido representadas estas mujeres, con aire de sensualidad, sexualidad y peligrosidad.
La interpretación de la figura bíblica de Judit por parte del famoso Gustav Klimt se enmarca dentro de un estilo art nouveau. El pintor tiene un interés por representar la sensualidad y el poder de seducción femenino.
En contraste con la representación tradicional de Judit como una heroína valiente y luchadora, Klimt está vez la representa como una mujer fatal que utiliza su atractivo sexual para llevar a los hombres a la perdición.
Esta interpretación simbólica que utiliza su atractivo sexual para alcanzar sus objetivos, refleja la fascinación de Klimt por la intersección entre el poder, la sensualidad y la espiritualidad.
En esta ocasión, Judith lleva una pesada gargantilla de oro, de moda en la Viena de principios del siglo XX. Su ropaje es transparente pero a su vez ocultando parte de su cuerpo.
La banda estilizada de oro en la parte inferior de la imagen parece como si pudiera ser un dobladillo ornamental a su ropa, pero luego corta a través de su abdomen como un cinturón plano.
Así mismo, el artista del romanticismo, Henry Fuseli (1741-1825) creó una serie de imágenes que son consideradas como punto de referencia de la iconografía de la Femme Fatale, pero sin afirmar que él creo la imagen de esta mujer fatal, sino que este tipo femenino solo aparece en contadas ocasiones en las obras del artista; nunca existió la voluntad artística de crear un determinado tipo iconográfico.
En el óleo Titania acariciando a Botton (1780-1790) el artista basó su escena en una comedia de William Shakespeare, «El sueño de una noche de verano«. Esta obra señala la naturaleza teatral y la expresividad visual distintiva en la obra de Fuseli.
A diferencia del enfoque perspectivista típico del Renacimiento, el autor no sigue las convenciones tradicionales de representación. En lugar de eso, sus figuras exhiben una calidad imaginativa y una sensualidad notable, alejadas de las normas anatómicas convencionales, lo que añade un elemento de fantasía y una dimensión sensual a su trabajo.
Algo que llama la atención es el fondo oscuro que emergen de ambos lados, a la derecha, dos figuras: Una muchacha y un anciano. La joven, con una mirada malévola desafiante y seductora dirige la mirada al espectador con cierto erotismo y manipulación sosteniendo al anciano, atado a una cadena, como si fuera su esclavo.
Este personaje es una mujer fatal, con su mirada y atributos logra captar nuestra atención dejando así en evidencia cómo la figura femenina va tomando un poder de la cual todavía el público no estaba acostumbrado a ver.
En la obra de Leopold Schmutzler (1864 -1940) Salomé, no solo se ha relacionado con el mundo de la mujer fatal, sino también al burlesque. Este público también tenía una fascinación con el exotismo, que creció en parte de la moda cultural más grande que rodeaba el personaje bíblico de Salomé, conocido mejor por sus habilidades de baile eróticas y su deseo sediento de sangre por la cabeza de Juan el Bautista en una bandeja.
La figura de Salomé en esta obra es realizada como un personaje femenino asociado con una sexualidad poderosa, exótica y peligrosa. La princesa, es presentada como un símbolo salvaje y auténtica, que a su vez encanta y aterroriza al público. Con su estómago desnudo y su falda cubierta telas y pluma de pavo real, marca ese exotismo de oriente, remitiéndonos a las bailarinas del vientre.
Las mayoría de las protagonistas orientales realizadas por artistas europeos, debían realizar este tipo de imágenes desnudas, mostrando sus atributos ,cubiertas de joyas para poder diferenciarlas de las mujeres occidentales.
Si de cine hablamos, debemos nombrar a una de las primeras femme fatale que la cinematografía nos ha dejado en numerosas ocasiones, Cleopatra.
La reina del Nilo subió al trono con apenas 18 años y tuvo una vida llena de amantes, traiciones y guerras por el poder. Su leyenda la convierte en uno de los personajes más populares de la historia y del cine.
Han habido muchas películas hollywoodenses, novelas o leyendas que su figura ha protagonizado, pero hay algo que la ha convertido en un icono de seducción y poder, la imagen de femme fatale.
Su representación cinematográfica es de una mujer embriagadora con altas expectativas para no solo tener a Julio César y Marco Antonio bajo sus encantamientos de seducción ,sino también tener el mundo a sus pies.
