EL ARTE TEXTIL EN LA ANTIGÜEDAD
Cuando hablamos de historia del arte se suelen distinguir tres tipos de disciplinas por encima del resto: arquitectura, escultura y pintura. Estas tres «artes mayores» eclipsan a otras como el arte textil, ese que nos ha dejado su muestra sobre seda, satén y otros muchos tejidos, siendo tan importante en la antigüedad.
Desde las telas del Antiguo Egipto hasta Grecia
Lo cierto es que este tipo de manifestaciones se pueden apreciar desde tiempos muy pretéritos. Ya en la cultura egipcia hubo un gran desarrollo en este sentido, que probablemente tuvo mucha trascendencia posterior, en época griega.
Hablamos de una actividad que se podría calificar como «tradicional» ya que estaba más que presente en la vida cotidiana. El cultivo del lino se conoce en Egipto desde desde el quinto milenio antes de Cristo, por lo que no resulta complicado encontrar referencias al arte textil en frescos de la época o incluso en grabados, hecho que detalla la gran importancia que tenían las telas para la sociedad egipcia.
Tanta era la importancia que hablamos de un tejido que no solo se usaba para vestir, sino también para una de las prácticas rituales de más importancia (sino la que más) en toda la cultura egipcia: la momificación. Al ser el lino un tejido de difícil trabajo, en Egipto había cierta sobriedad a la hora de vestir.
El gusto por la decoración en los tejidos
Sin embargo esta situación cambia con la llegada del gusto oriental, tanto en Egipto como en Grecia. Las influencias orientales establecen unos nuevos gustos entre las sociedades, potenciándose la decoración en los tejidos.
La llegada de los griegos a Egipto ya no solo sirve para terminar de cambiar estos gustos de los que hablamos, sino para introducir la lana como uno de los tejidos predilectos. Se potencia una mayor decoración en el textil que no decae ya hasta la época clásica, cuando se vuelve a una mayor sobriedad.
Ya llegados a Roma, como sucede en el resto de las disciplinas el impacto cultural de Grecia es mayúsculo y se produce una mimetización con lo anterior. Sin embargo, sí que resulta curioso el hecho de que los romanos dejasen de tejer, en una tradición que solo se mantiene en las provincias del Imperio que habían heredado del pasado Griego esta actividad.
La aparición de la seda
La seda, que llegó a Grecia a través de los intercambios comerciales propios del momento con el mundo oriental en una época ya cercana al siglo I a.C., se convierte en época romana en un material cada vez más y más importante en el mundo textil.
Este material, que en principio se asociaba con las clases más pudientes de Roma, cuajó tanto entre la sociedad que, con el paso de los años y sobre todo en época de República, acabó siendo vestido por la gran mayoría del pueblo, de forma que la indumentaria en pocas ocasiones podía servir para determinar la clase de una persona.
Y así es como el tejido se convirtió no solo en un arte, sino en una necesidad dentro de la sociedad, que pasó a valorar cada vez más la nobleza de los materiales y la riqueza de los diseños.