La isla de la Palma, más allá del volcán

COMENTARIO HISTÓRICO ARTÍSTICO DE SANTA CRUZ DE LA PALMA

Domingo, 19 de septiembre de 2021. El volcán Cumbre Vieja de la montaña Rajada entra en erupción y la atención mediática se centra en la isla de la Palma. Empieza a conocerse un territorio de esos que podríamos incluir en la España olvidada, donde muchos no saben diferenciar entre la Palma, Palma o Las Palmas, ni hablemos de cuando se enteren de que hay más de una ciudad de Santa Cruz. Si bien, como se ha informado desde varios medios de comunicación, la isla “sólo” se ha visto afectada en el 8% de su territorio por este fenómeno natural. Es por ello, que vamos a intentar difundir el patrimonio que se encuentra, especialmente, en su capital, Santa Cruz de la Palma porque la Palma es mucho más que una isla volcánica y cultivos de plataneras.

CONTEXTO HISTÓRICO

Santa Cruz de la Palma es la capital de la isla de la Palma, fundada en el 3 de mayo de 1493 tras ser conquistada por Alonso Fernández de Lugo con el nombre de villa de Apurón. Poco tiempo más tarde, adquiría el nombre de Santa Cruz, ya que el 3 de mayo es la onomástica dedicada al santo crucifijo.

Esta conquista se llevó a cabo con el beneplácito de los Reyes Católicos que le otorgarían los beneficios obtenidos en la contienda a través de los aborígenes capturados y sus bienes. Este negocio le era rentable al bueno de Alonso, ya que contaba con socios como el fiorentino Juanoto Berardi asentado en la ciudad de Sevilla, que se encargaba de comerciar con esclavos. Se enriqueció tanto que llegó a patrocinar conquistas como la que estamos hablando de la isla de la Palma o expediciones como las de Cristóbal Colón hacia América.

En un inicio, consiguió avanzar de forma pacífica con algunas de las tribus que conformaban la isla, que en su total eran 12. Sólo ofreció resistencia eficaz el cantón de Aceró, que se asentaban en la caldera de Taburiente, es decir, una zona que en su momento fue el cráter de un volcán y que es considerado actualmente como parque nacional desde el año 1954. Este clan estaba liderado por Tanausú que consiguió resistir gracias a las ventajas que la geografía de su territorio le ofrecía. El español sabía que en su territorio era fuerte, por lo que intentó con mensajeros mediar para ofrecerle una rendición a los palmeros. Se negaron y ofrecieron un encuentro pacífico en una zona fuera de su territorio. Fernández de Lugo desconfiaba y temía una trampa por lo que a la llegada de los aborígenes comenzó una batalla en la que serían aplastados, acabando con Tanausú apresado. Sería enviado a Castilla, negándose a comer y beber en el viaje para dejarse morir en el trayecto a la península. Se pone así fin, en un solo año de invasión castellana, a la existencia del pueblo Benahoarita del que se tiene constancia arqueológica desde el siglo IV a.C..

Bajo el control de los Reyes Católicos, la capital se sitúa al noreste de la isla por ser una zona portuaria idónea, protegida de los vientos y que facilitaba la llegada de las embarcaciones. Este punto estratégico entre España y América atrajo la atención de comerciantes, pero también de la piratería. François Le Clerc, apodado como Pata de Palo, incendió y destruyó la primitiva ciudad de Santa Cruz de la Palma en 1553. Esto obligó a fortificarla para protegerla de futuros ataques. De estas estructuras nos quedan testimonios como el castillo de Santa Catalina, edificio del siglo XVII que cuenta en su portada con la heráldica de los Reyes Católicos, o el castillo de Santa Cruz del Barrio, además de algunas de las murallas y su portada.

La importancia de la Palma para el comercio con las Américas no se quedó sólo en tiempos de los Reyes Católicos de forma testimonial. En 1558, Felipe II crea el Juzgado de Indias, que como en Sevilla con la Casa de Contratación, cualquiera que quisiera viajar de las islas a América tenía que ir a la Palma para registrar sus intenciones comerciales. Es por ello, que podemos ver la importancia que tuvo y la afluencia de embarcaciones que Santa Cruz de la Palma llegó a recibir en este periodo.

Saltando en el tiempo a los acontecimientos que provocaron la Guerra Civil Española. Francisco Franco en 1936 era el comandante general del Archipiélago de la II República Española y desde allí da sus primeras órdenes para iniciar el Golpe de Estado contra el gobierno al que había jurado lealtad. Pese a que se inició el 18 de julio del citado año, la isla de la Palma mantendría su legalidad republicana hasta el día 25 de julio, en la que sería conocida como Semana Roja. Los sublevados eran pocos en la isla, contaban con sólo 25 soldados y los republicanos se organizaron más rápido al movilizar las milicias obreras. La realidad fue que durante una semana no hubo apenas altercados ni enfrentamientos, la República se mantuvo en la isla a la espera de qué ocurría, recibían noticias de normalidad en el gobierno central, pero al mismo tiempo que el ejército sublevado avanzaba, pero en la isla no sucedía nada. El 25 de julio aparecería el cañonero Canalejas en el puerto de Santa Cruz de la Palma con tropas falangistas para tomar definitivamente la isla y poner fin a la Semana Roja.

PATRIMONIO HISTÓRICO Y ARTÍSTICO

¿Y quién ha sido testigo de toda esta Historia? Sin duda, uno de los edificios más destacados de Santa Cruz de la Palma es la iglesia matriz de El Salvador. Un templo que fue levantado ya en periodo de los Reyes Católicos y del que se tiene constancia desde 1500, aunque cuenta con varias reformas y ampliaciones a lo largo del tiempo. En este edificio podemos encontrar varias obras de arte de primer nivel, como es el caso del Santísimo Cristo del Perdón, obra del artista canario Fernando Estévez, uno de los máximo exponentes del arte sacro insular o el Cristo de los Mulatos, obra flamenca que fue titular de una hermandad racial como es la de los mulatos, que en ciudades como Sevilla tuvieron representantes como en la Hermandad del Calvario o la Hermandad de los Negritos. Precisamente, de origen sevillano es la pintura que centra el retablo mayor de estilo neoclásico y que representa la Transfiguración de Cristo, realizado por el hispalense Antonio María Esquivel en el siglo XIX.

Acude a este punto cada cinco años la que es la patrona de la isla de la Palma, la Virgen de las Nieves. Se trata de la imagen mariana más antigua de Canarias y la advocación con mayor antigüedad tras la Virgen de Candelaria de Tenerife. Se cree incluso que los antiguos aborígenes llegaron a rendirle culto y que llegaría a la isla a través de algún naufragio, aunque lo más seguro es que llegara a los primitivos palmeros a través de algunas misiones evangelizadoras previas a la conquista de la isla. Estas misiones fueron impulsadas por el papa Urbano V a finales del siglo XIV y llevadas a cabo por misioneros de Palma de Mallorca, por lo que el nombre de la isla siempre se ha vinculado a la presencia de mallorquines en este periodo. La talla es estilo románico tardío y datada en torno al siglo XIV.

Su momento cumbre es cuando se celebran las fiestas lustrales de la bajada de la Virgen desde su santuario a la iglesia de El Salvador. Tienen su origen en el siglo XVII cuando unas sequías atormentaban a la isla de la Palma con hambrunas en los años 30 de dicho siglo. Se repetirían estas procesiones en 1646 con la erupción del volcán Martín y en 1659 por una plaga de langostas. La tradición actual se establece en 1676, cuando por otra sequía se realiza la procesión extraordinaria. El obispo Bartolomé García Ximénez al ver la devoción que arrastraba la imagen mariana y el éxito de dicho culto externo decide establecer que a partir de 1680 se hiciera dicho acto cada cinco años.

Con la Bajada de la Virgen en los días previos se dan otras festividades como son las danzas de Mascarones, lo que es conocido en otros puntos de nuestro país como gigantes y cabezudos, la Pandorga, que es un desfile con faroles de madera y papel al estilo de como se hace habitualmente en China y que son quemadas al final del recorrido. Destacan también las danzas acrobáticas y la famosa Danza de los Enanos. Quedan como recuerdo de aquellos autos sacramentales y marianos barrocos el discurrir del carro alegórico, un elemento que llegó a formar parte de procesiones como el Corpus Christi de Sevilla, llegando a ser prohibido, y afortunadamente conservado en la Palma.

En cuanto a procesiones y festividades, tampoco podemos dejar de lado la riqueza e importancia que tiene la Semana Santa de Santa Cruz de la Palma. En ella, podemos encontrar tallas de origen mejicano como el Señor de la Piedra Fría del siglo XVI, ejemplos de la conexión comercial entre las islas y Sevilla con el Señor de la Caída, obra del imaginero barroco sevillano Benito Hita del Castillo o ejemplares autóctonos como las obras del orotavense Fernando Estévez. Como característica especial es que las procesiones se suceden en orden cronológico, es decir, podemos ver la Pasión y Muerte de Cristo en el orden correcto de sus pasajes, lo que facilita la comprensión del asistente.

Domingo de Ramos: Entrada Triunfal en Jerusalén y Oración en el Huerto.

Lunes Santo: Prendimiento.

Martes Santo: Flagelación.

Miércoles Santo: Camino del Calvario.

Jueves Santo: Jesús en el Calvario.

Viernes Santo: Crucifixión, Muerte y Santo Entierro.

No todo es patrimonio vinculado al mundo religioso. Ejemplo de la riqueza que generó la isla para la aristocracia nos queda la Quinta Verde, una hacienda situada en el casco urbano de la capital para el retiro y descanso de esta clase acomodada cuyo origen se remonta a finales del siglo XVI. Cuenta con elementos del siglo XVII como la capilla-oratorio o la sala principal que cuenta con una techumbre con un rico artesonado mudéjar.

Otros edificios emblemáticos de la ciudad son el Teatro Circo de Marte o el Teatro Chico. El primero de estos edificios fue concebido inicialmente para acoger peleas de gallo, de ahí su categoría de Circo, que mantiene hoy día en recuerdo. Tuvo que ser transformado con la construcción de un muro perimetral para acoger las escenas teatrales desde 1918. El Teatro Chico fue creado en 1866 a partir de un antiguo oratorio del hospital de los Dolores y Concepción, que se fundó en 1514. El convento fue abandonado en 1837 por las clarisas, quedando en estado ruinoso hasta que al ayuntamiento cede el espacio a unos vecinos que se encargan de su transformación a la función teatral.

Sin duda, las erupciones volcánicas han sido una constante y seguirán siéndolo, pero no podemos dejar de lado la riqueza histórica, cultural y patrimonial que podemos disfrutar en la isla de la Palma y en su capital, Santa Cruz de la Palma. Una ciudad que cuenta con su casco histórico considerado Bien de Interés Cultural como Conjunto Histórico y en el que todos los monumentos que hemos mencionados están incluidos en esta lista y catalogados como Monumentos Históricos.

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