La moda y lo coquette en el Rococó

BREVE RECORRIDO POR LA MODA Y LO COQUETTE EN EL ROCOCÓ

Aunque siempre hubo quien en la historia de la moda se atrevió a arriesgarse en su estilo, durante el siglo XVIII, particularmente en el Rococó, esta tendencia hacia la innovación en la moda se intensificó significativamente entre las élites sociales. 

El término «rococó» tiene su origen en la palabra francesa «rocaille», que se utilizaba para describir de manera jocosa las ornamentaciones con forma de concha que decoraban las grutas y jardines. En el siglo XIX, esta denominación adquirió una connotación peyorativa, al asociarse con lo frívolo y excesivo. En la actualidad, el término «rococó» se refiere a un estilo artístico que se distingue por temas de amor, seducción, coquetería y un marcado glamour. 

Este estilo emergió tras la muerte de Luis XIV, también conocido como el «Rey Sol». Durante su reinado, las leyes y costumbres eran extremadamente estrictas, y el protocolo y las ceremonias en la corte de Versalles desempeñaban un papel crucial en la vida social y política de la época. 

Después de la muerte de Luis XIV, se instauró un período de regencia bajo la dirección de Luis Felipe de Orleans (1773-1850) mientras se esperaba a que su hermano asumiera el trono. Cuando Luis XV alcanzó la mayoría de edad, la corte y la aristocracia comenzaron a relajar sus normas y adoptaron un estilo de vida diferente. Esta transición dio lugar a una nueva manera de entender la vida cotidiana, el placer y las artes. 

En medio de esto, todo el mundo quería gozar del lujo, el libertinaje, lo pomposo; y la indumentaria en este contexto es una parte muy importante.

INDUMENTARIA Y SU DIFUSIÓN

Con el propósito de tener una moda donde los principios de este estilo estuvieran reflejados, se comenzaron a originar literaturas dedicadas a la moda; una de las más famosas fue Mercure galant (1672) al cual se le sumó posteriormente Mercure de France en 1717 donde incluyen descripciones y reproducciones de la moda del momento. 

Singular atención merece un método para difundir la moda adoptada por las damas de la aristocracia francesa durante la época. Consiste en las llamadas Gran Pandora y Pequeña Pandora, muñecas que eran vestidas al detalle; una con ropa de ceremonia y otra con ropa del día a día y enviadas a las cortes de toda Europa. 

MODA FEMENINA 

El vestuario femenino del siglo XVIII está estrechamente relacionado con el uso del miriñaque o panier, una estructura interior diseñada para darle volumen a la falda. Este tipo se remonta a su primera aparición en el siglo XVI con el verdugado español, una prenda que constaba de aros de madera o metal que se cosían en las faldas para crear una forma acampanada.

Con el tiempo, esta estructura evolucionó y en el siglo XVII se conoció como guardainfante, el cual presentaba una forma y función similares, pero con variaciones estilísticas que reflejaban las tendencias de la época. 

La reaparición del panier en Francia en 1719, específicamente en un teatro, marcó el comienzo de una nueva era en la moda femenina. A partir de ese momento, el panier experimentó diversas modificaciones en sus dimensiones y proporciones, adaptándose a los gustos y exigencias de cada periodo.

Esta estructura, que podía estar hecha de materiales como mimbre, ballena o metal, se colocaba alrededor de la cintura y se extendía hacia afuera, permitiendo que las faldas se expandieron de manera exagerada hacia los lados, creando una silueta distintiva que era sinónimo de elegancia y estatus social.

Su uso no solo afectaba la apariencia estética de la vestimenta, sino que también influía en la manera en que las mujeres se movían y se comportan. Su gran tamaño y rigidez imponían una postura erguida y un andar pausado, aspectos que eran considerados apropiados y deseables en la sociedad de la época. 

Conjuntamente con la aparición del miriñaque surgió el traje característico del periodo de la regencia. Llamado por algunos como vestido volante o vestido Watteau, siendo seguro que el pintor de las famosas fiestas galantes no intervino en absoluto en su creación.

La moda y lo coquette en el Rococó
Declaration of Love, by Jean Francois De Troy 1731

Este vestido consistía en un corpiño ceñido sobre corsé rígido, con punta al frente, falda muy amplia con pliegues sobre el miriñaque de forma circular; las mangas eran lisas y estrechas en los hombros ,muy amplias en el antebrazo donde terminaban ; en la espalda posee una amplia capa que cubría la parte posterior. 

Hacia 1720, el vestido volante queda en la simplicidad y se transforma en robe à la française o vestido a la francesa. Este vestido estaba constituido por un corsé muy ajustado que se fijaba a una falda puesta sobre numerosas enaguas que, a la vez, iban colocadas sobre un armazón que daba volumen a las caderas denominado pannier (‘cesto’ en francés).

La moda y lo coquette en el Rococó
Retrato de Madame de Pompadour por François Boucher, (1756).donde se observa una pieza del estómago decorada con lazos de seda. 

En 1755, la princesa de Piamonte, hermana de Luis XVI, en el día de su boda en Lyon lució el vestido a la piamontesa que era una variante del vestido a la francesa: los pliegues de la espalda únicamente se sujetan al vestido en la escotadura y a partir del talle. El Museo virtual de moda de Catalunya conserva un modelo de vestido a la piamontesa en raso color marfil bordado con hilos de seda.

Vestido a la piamontesa, 1770-1780 .Museo Virtual de la moda de Catalunya. 

Más adelante, el vestido de corte, difiere excesivamente ya que el miriñaque, lleva un cuerpo rígido con hombreras atadas en la espalda y sujeto a la cintura dando así volumen a las caderas. 

Fragmento de la película “Maria Antonieta” dirigida por Sofia Coppola

A finales de la década de 1770 aparece el vestido a la inglesa que se caracteriza por un corset emballenado y se recoge hacia atrás sobre un falso trasero, también contiene una manta sobre la espalda y al final del vestido pequeños pliegues. 

Los vestidos a la francesa fueron reservados para las ceremonias , mientras que los vestidos a la inglesa dominaban en la vida corriente cada día. 

Por último, tenemos el vestido a la polaca. Va ceñido al busto y la falda forma faldones redondeados más o menos grandes. Las mangas llegan hasta el codo y los escotes de este tipo de vestidos pueden ir ribeteado con un cuello levantado que recibe el nombre de archiduquesa. 

ACCESORIOS

Los sombreros se volvieron muy populares. En Inglaterra, a partir del siglo XVIII, todas las clases sociales usaban sombrero. Esta moda llegó a Francia, donde las mujeres más elegantes, influenciadas por el estilo pastoril, empezaron a usar sombreros que formaban parte de sus peinados.

Se hicieron populares los grandes sombreros estilo Marlborough, adornados con plumas de avestruz, y los sombreros estilo Devonshire, decorados con catorce plumas de garceta mezcladas.

El arreglo de la cabellera femenina alcanzó en el curso del siglo XVIII los extremos más sorprendentes. En los tiempos de la regencia, los cabellos se cortaban y se ondulaban formando un pequeño moño. 

El célebre Legros, peluquero de la corte, publicó en su obra «El arte del peinado de las damas», que tuvo varias ediciones entre 1765 y 1768, numerosos diseños de peinados, pelucas y postizos creados por él. Durante este período, las mujeres usaban diversos tipos de cofias o gorros, excepto cuando vestían para ceremonias o eventos de la corte. Gradualmente, la moda de los gorros se volvió cada vez más extravagante, utilizando cualquier excusa para modificar su forma y decoración. 

El término «poufs au sentiment» se refiere al voluminoso y adornado peinado femenino que se popularizó en Francia en la segunda mitad del siglo XVIII, especialmente gracias a la reina María Antonieta (1755–1793). Este estilo fue creado por el renombrado peluquero de la reina, Leonard Autié, junto con la modista Rosa Bertin, conocida como «la ministra de la moda».

El peinado poufs consistía en llevar flores, plumas y diversos objetos decorativos, reuniendo en la parte superior de la cabeza una variedad de elementos inimaginables.

BELLEZA 

El ideal de belleza tanto para los hombres y mujeres se empolvaban el pelo con harina de arroz, la cual les brindaba un grisáceo a las cabezas de los niños, jóvenes y adultos. Aparentar vejez eran la moda del momento a lo cual, también se empalidecen el rostro.

Completaba el diseño ,el colorete en el rostro y los lunares pintados. Según el lugar donde se ubicaban poseen diversos significados ; en la comisura de los labios: besucón; sobre el labio: coquetón; en el centro de la mejilla: galante. 

VESTIMENTA MASCULINA

La vestimenta del traje del hombre durante los tiempos de Luis XV vario solo en detalles. La casaca ,llamada también Sortour, que durante la Regencia poseía los faldones fue aligerándose. El ancho y chato cuello se fue transformando en un par de solapas puntiagudas. Estas prendas dan origen al frac y el chaqué

Este conjunto utilizado por los miembros de la realeza y corte, estaba confeccionado con tejidos ricos y brillantes colores: sedas, terciopelos,lanas,brocados y bordados. Elementos de gran importancia eran los puños de la camisa y la corbata.Los primeros eran elaborados con costosos encajes colocados en vuelos. 

ACCESORIOS

Un accesorio que formó parte inseparable de la indumentaria fue la espada. La peluca masculina, también forma un elemento importante ya que fue empolvada y se peinó durante esta etapa hacia arriba, separada de la frente y con un bucle o grupo de rizos a ambos lados de la cara. 

El sombrero característico continuó siendo el tricornio, usado solamente debajo del brazo y para saludar. El bastón constituye un accesorio fundamental, confeccionado en bambú y marfil. 

CALZADO 

El zapato en el Rococó constituye un elemento muy importante. En los tiempos de Luis XIV, poseía tacón. Al final del periodo se sustituyó el lazo por la hebilla.

Las puntas pasaron de ser cuadradas a puntiagudas de forma definitiva. Las botas son más cortas y se siguen llevando las cañas acampanadas muy abiertas, pero con menor cantidad de adornos y puntillas, también el uso del tacón se hace menos generalista.

La piel de calidad para la burguesía con grandes lazos de colores que combinan con el tono del tacón. En España también influenció la moda francesa, y en lo que respecta al calzado fue menos importante, ya que los calzados españoles del barroco, eran menos recargados que los usados en la corte francesa y, aunque también tuvo su importancia, las formas más suaves y estridentes, recargadas y ornamentales de otros países.




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