Los consejos para lograr las mejores fotografías de estudio

Trabajar en el estudio supone para cualquier fotógrafo todo un reto. No cabe duda de que contar con un espacio propio permite a los profesionales ofrecer servicios más completos y abrirse a posibilidades que les están excluidas cuando no cuentan con estas instalaciones.

De hecho, muchos fotógrafos empiezan con ansias el momento de tener uno para poder realizar sus propias sesiones y trabajos de iluminación. Y es importante poner el foco en la iluminación porque, junto con la teoría de cámara, es uno de esos elementos que todo profesional debe dominar.

Para poder desenvolverte de manera cómoda en estudio hay que conocer el equipamiento, la técnica de iluminación, las pautas de trabajo en el set y hasta el propio material accesorio para estas instalaciones. Un ejemplo son los fondos de estudio, ya que usar fondos de estudio para la fotografía nos permite tener un mayor control de la iluminación.

¿Qué elementos son imprescindibles para la iluminación en la fotografía de estudio?

Si has conseguido un estudio deberás equiparlo de manera suficiente y para ello no olvides flashes de estudio que se activan directamente desde la cámara. Son más potentes que el flash de mano y con él se pueden modificar muchos aspectos de las fotografías.

A esto hay que sumar flashes de mano, que son asequibles y se colocan tanto en la cámara como en el trípode. Para hacerlos funcionar podrás utilizar un controlador. Son una buena opción para fotógrafos que se inician en el estudio, ya que con ellos se realizan trabajos de calidad sin necesidad de realizar una gran inversión.

Por supuesto, no hay que olvidar los modificadores o pantallas reflectoras. Otros nombres muy comunes son tamices o softbox. En realidad son pantallas que hacen rebotar la luz y la dirigen hacia la posición deseada. Junto con los modificadores aparecen también las gelatinas, unas placas de color que se sitúan delante de la luz para modificar su color o temperatura.

Y como no, deberás echar mano de trípodes y un fotómetro. Todo el mundo sabe qué son los trípodes, pero para los despistados, los fotómetros son pequeños aparatos que miden la cantidad de luz y ayudan a obtener un buen contraste en las fotografías de estudio.

Todos estos elementos, y algunos más, han de ser de buena calidad. En los flashes de mano, que son una inversión económica y muy inteligente, porque no son muy costosos y ofrecen bueno resultados, encontramos cuál es la dinámica a seguir para dotar de accesorios de confianza un estudio: calidad, resistencia y presupuestos equilibrados. Para seguir con la iluminación, lo cierto es que existen muchos fabricantes, siendo Godox uno de los mejores en cuanto a relación calidad precio.

El paso a paso para conseguir una buena iluminación en el estudio

Continuando con la luz, el gran desafío para los fotógrafos es obtener en el estudio unas condiciones de luminosidad parecidas a las que hay en el exterior. Ese debe ser el primer objetivo. La iluminación por excelencia es la emitida por el sol.

En el estudio lo ideal es imitar en la medida de lo posible estas condiciones, pero tener claro qué resultado se quiere obtener. La meta no es hacer parecer que las sesiones de estudio parezcan de exterior, sino que tengan una luz con características compartidas debido a lo favorecedor de la luz natural.

A esto ayudan los accesorios citados anteriormente y su buen uso. De nada te servirá equiparte con materiales de calidad si no sabes realmente cómo utilizarlos. Por otra parte, debes tener en cuenta qué tipo de fotografía planteas para cada sesión, para así echar mano de unos u otros reflectores, flashes y demás equipamiento.

A partir de ahí, el fotómetro se convierte en un elemento imprescindible para conocer la intensidad de la luz. Su uso resulta válido de manera puntual, para mediar áreas; o bien de manera más continua, analizando la cantidad de luz que llega al objeto o protagonista a fotografiar.

Como tercera recomendación o paso clave a completar en la fotografía de estudio está el balance de blancos. Los fotógrafos expertos saben que tienen que corregir la temperatura de color en la cámara con el fin de que reproduzca los colores reales del motivo fotografiado.

Volviendo a los flashes, ten precaución con el ISO. Al controlar la cantidad de luz que emiten los flashes, los disparos con la cámara deben mantener un ISO con valores bajos. De 100 a 200 es una buena referencia. Valores más extremos pueden provocar ruido en la fotografía y que las imágenes pierdan nitidez.

Finalmente, algo que ayuda mucho en la fotografía de estudio es seleccionar diferentes esquemas de iluminación. Son distribuciones de los accesorios profesionales que permiten obtener buenas condiciones de luz y que no resulta nada complejo implementarlos. Se habla de sistema Butterfly, Loop, Rembrandt o Split. Con ellos se obtienen distintos efectos, así que habrá que decantarse por uno u otro en función de los resultados deseados.

¿COMPARTIR ESTE ARTÍCULO?

Share on facebook
Compartir en Facebook
Share on twitter
Compartir en Twitter
Share on linkedin
Compartir en Linkdin
Share on pinterest
Compartir en Pinterest

Deja tu comentario

Deja una respuesta

Esta web utiliza cookies propias y de terceros para su correcto funcionamiento y para fines analíticos y para fines de afiliación y para mostrarte publicidad relacionada con sus preferencias en base a un perfil elaborado a partir de tus hábitos de navegación. Al hacer clic en el botón Aceptar, acepta el uso de estas tecnologías y el procesamiento de tus datos para estos propósitos. Configurar y más información
Privacidad