EXVOTOS DE LA VIRGEN DE GRACIA (ARCHIDONA, MÁLAGA)
En las alturas de Archidona (Málaga) encontramos el Santuario de la Virgen de Gracia, patrona de esta localidad y figura de gran devoción tanto allí como extramuros de la misma. Dedicaremos unas líneas a los exvotos a lo largo de la historia se han ido acumulando alrededor de la Virgen de Gracia, un tema diferente que al público local y foráneo puede generar curiosidad y abrir nuevos caminos.
El Santuario de la Virgen de Gracia en Archidona adquiere un gran valor etnográfico si observamos los numerosos exvotos que se conservan en el mismo y que durante mucho tiempo formaron parte de las paredes de la propia ermita. La cantidad de exvotos y objetos personales que se han ofrecido a la que es patrona de Archidona a lo largo de su Historia superan los nueve mil, de ahí que hablemos de una de las joyas del patrimonio andaluz.
Los exvotos se entienden como aquellos objetos metálicos, personales, pinturas, modelados en cera, o fotografías, entre muchos otros tipos, que se entregan como ofrenda a la Virgen, Jesús o un santo para que este les ayude en un momento difícil de la vida del creyente o en agradecimiento de un beneficio que los fieles habían recibido.
En el caso de Nuestra Señora de Gracia, los exvotos más importantes gracias a su brillante conservación y su valor artístico son las tablillas pictóricas que se pueden visitar en el conjunto del santuario. La cronología de estas abarca desde el último tercio del siglo XVII hasta el final del siglo XIX, por lo que es una perfecta muestra de la devoción popular que la Virgen de Gracia ha mantenido a lo largo de los siglos, tanto dentro como fuera de Archidona.
En estas tablillas, normalmente de pequeño formato, podemos ver las escenas por las que se ofrece ese exvoto, como por ejemplo el regreso de un soldado a su casa o la curación milagrosa de un enfermo. En la parte superior, como si dividiéramos la tablilla, siempre presente la Virgen de Gracia rodeada por nubes o flotando, mientras que en la parte inferior o ‘terrenal’, aparecen esos personajes del pueblo llano en actitud de rezo hacia la Virgen.
En el año 2012, con motivo de la celebración del 550 aniversario de la llegada de la Virgen de Gracia a la ciudad de Archidona, se realizó una exposición en la Sala de Exposiciones del Ayuntamiento de la localidad en la que se expusieron alrededor de seiscientas piezas de este tipo. En todas ellas podemos ver repetidas las características anteriores, ya que los autores (anónimos en el mayor de los casos) de los exvotos pictóricos seguían un mismo patrón que se va sucediendo por norma general en las mismas.
Con la aparición de la fotografía, se fue perdiendo la pintura en los exvotos. Los retratos se abren paso, aunque imitando todavía lo pictórico en cuanto a los escenarios y las posturas de los fotografiados. En el siglo XX llegan las imágenes a color y las temáticas comienzan a ser muy variadas: desde retratos familiares, pasando por militares y soldados, hasta parejas retratadas en el día de su enlace matrimonial. Lo que sí es común en todas ellas es que buscaban el amparo y la protección de la Virgen de Gracia en circunstancias o momentos decisivos de sus vidas.
Más difíciles de conservar son otras dos tipologías de exvotos, aunque el número realizado fue seguramente mucho mayor del que hoy en día se mantiene: los de metal y los hechos usando cera.
Si nuestro pueblo es tierra de ganaderos y agricultores no es de extrañar que los exvotos metálicos con figuras de animales empleados en la ganadería sean abundantes. Su desgaste es mayor que los exvotos pintados en tabla, pero se mantienen ejemplos de caballos, ovejas, toros, cabras, y un largo etcétera que nos da muestra de la humildad de estos trabajadores, que también se encomendaban a nuestra patrona. De igual forma, existen ejemplos de partes del cuerpo humano o de figuras de cuerpo entero, tanto con ropajes populares como otros que aparentan un mayor lujo. Todos ellos se ofrecían desde el anonimato del devoto, aunque hay casos en los que aparece la identidad del mismo en los lacitos que cuelgan el exvoto. En Archidona, se conocen por el nombre de “milagritos de plata”, a modo de curiosidad.
Los exvotos hechos mediante el modelado de la cera son sin duda los más frágiles de todos los que hemos mencionado. Esta característica ha hecho que el número de los mismos sea muy inferior al resto de tipologías, conservándose en el Santuario poco más de diez de ellos.
Por último, destacar los objetos personales que se fueron acumulando en la ermita como muestra de fe, agradecimiento y ofrecimiento. Sin duda, algunos de los más llamativos son las enormes trenzas y colas de pelo que se conservan, una práctica que adquirió una gran popularidad en épocas concretas y que se convirtió en costumbre. Resaltar también otros objetos que se relacionan con los exvotos por enfermedades, como muletas u otros de tipo ortopédico. En el pasado se ubicaban alrededor del lienzo de la Virgen de Gracia, pero se fueron retirando debido a su falta de estética acorde con un lugar, que cuenta con un valor simbólico, religioso y social tan grande como el que tiene la Virgen.
Visto desde la perspectiva de la historia del arte, es necesario concienciar sobre la importancia de la conservación de este tipo de patrimonio, que, como hemos podido comprobar a lo largo de estas líneas, cuenta con unos valores magníficos en el camino de la historia de la Cofradía y también para un pueblo que desde el siglo XVII ha ido depositando en nuestra patrona su fe y parte de su vida, quedando testimonios muy interesantes entre las paredes de la ermita. Es nuestro deber y obligación mantener en buen estado el conjunto de exvotos que se conservan para que las generaciones venideras puedan conocer la historia de un pueblo que confía plenamente y se desvive por su Virgen de Gracia.
BIBLIOGRAFÍA
MUÑOZ NUEVO, Jacinto, “La donación de exvotos como expresión de la devoción histórica hacia la Virgen de Gracia”, La Virgen de Gracia de Archidona: iconografía, devoción y patrimonio. Archidona, Instituto del Patrimonio de Archidona e Ilustre Ayuntamiento de Archidona, 2009.
Escrito por: Marisa Caballero Gemar