LA FAMILIA AMARILLA SE RINDE ANTE LOS GRANDES ARTISTAS
¿QUIÉNES SON «LOS SIMPSON»?
Seguro que, al menos una vez en vuestra vida, habéis visto un episodio o algún vídeo de esta familia norteamericana, un tanto disfuncional, formada por Homer, Marge, Bart, Lisa y Maggie y creada por Matt Groening.
Desde su primera aparición en forma de cortos en «El show de Tracey Ullman» allá por 1987, son más de treinta años los que esta familia nos llevan acompañando.

Centenares de personajes de todos los ámbitos sociales han pasado por sus episodios (ya se sabe, no eres nadie hasta que no sales en «Los Simpson«), decenas de especiales de Halloween, miles de trastadas de Bart y cantidad de predicciones caracterizan a esta serie, además de ese humor ácido que la hace que aún hoy siga siendo uno de los programas más vistos del mundo.
Pero hay algo que está muy presente desde su nacimiento y que, en más de una ocasión, pasa desapercibido, y eso es la gran cantidad de referencias al mundo del arte que aparecen. Un buen ejemplo de ello es uno de los episodios en los que más obras de arte aparecen.
UN JEFE DÉSPOTA, UN VEERMER Y UN 4 DE JULIO
De entre todos lo episodios artísticos de la serie, he escogido el número diecisiete de la temporada 21 titulado «American History X-celente» por girar en torno a uno de los grandes robos de arte de la historia.
De sobra es conocida la mala fama del Sr. Burns, bien ganada por otra parte. Tacaño, asocial, antipático y el peor jefe que alguien pueda tener. Y esto último se refleja a la perfección en este episodio.

Es 4 de julio, día festivo por excelencia para los estadounidenses. En lugar de dar el día libre a sus trabajadores, Burns los obliga a montar una fiesta para su disfrute personal, sin compasión alguna, por supuesto.
Como es lógico, sus empelados están hartos y deciden tomar lo que es suyo como pago por ese día festivo en el que se han visto obligados a trabajar.
Homer, Lenny y Carl se cuelan en la mansión del viejo Burns, saquean su bodega y dejan la casa patas arriba. Y es aquí cuando sucede el hecho que nos interesa, pues los tres usan diversas obras de arte para jugar al Twister o para lanzárselas unos a otros. Vamos a ver con más detalle de qué obras se trata.
- El doctor Paul Gachet, Vincent van Gogh (1880). Museé d’Orsay, París.

El doctor Gachet fue una de las figuras más importantes del último periodo de van Gogh, cuando residía en Auvers.
Aparte de ser médico, era un apasionado de las artes y mantuvo contacto con varios artistas, por eso no es extraño que Vincent acabase su casa tras su ingreso en Saint-Rémy-de-Provence. Además, Gachet estaba especializado en psiquiatría e intentó ayudar al artista.
Vincent realizó dos retratos del doctor. En ambos aparece sentado, apoyando su brazo en una mesa y con la cabeza inclinada sobre él, con aire melancólico. El azul del fondo, junto con el de los ojos del médico, amplían aún más esa sensación de melancolía.
Será la primera versión la que aparece en la serie como indican la mesa, más colorida que en la segunda versión, con la flor en otra posición y con dos libros amarillos sobre la mesa.
- La Virgen de la rueca, Leonardo da Vinci (hacia 1501). Colección privada.

Esta obra también se conoce como «La Virgen del huso» y probablemente fue un encargo de Florimund Robertet, Secreatario de Estado de Luis XII de Francia.
La Virgen está sentada, con el Niño apoyado en su regazo, a la derecha, aferrándose a la bobina de hilo de su madre, creando así una cruz en la parte superior de la misma.
Esta bobina es parte de una rueca y simboliza el carácter doméstico de la Virgen a la vez que se convierte en una premonición de lo que le sucederá a Jesús.
Esta obra puede enlazarse con la muerte a través de su vinculación con las Moiras o Parcas, cuyo símbolo también es la rueca y el hilo. Eran deidades primitivas llamadas Cloto, Láquesis y Átropos, hermanas que personificaban el destino de los hombres.
Cloto hilaba las hebras de la vida con su rueca; Láquesis era la encargada de determinar cuánto iba a vivir una persona, midiendo el hilo de la vida; y Átropos decidía el momento de la muerte, cortando ese hilo de la vida con sus tijeras.
- Retrato de un joven, Rafael Sanzio (1513-1517). Museo Czartoryski, Cracovia.

Rafael representa aquí el busto de un joven en tres cuartos que mira directamente al espectador. Lleva una boina negra que cae hacia atrás, descansando en su abundante melena, que le cubre los hombros.
El manto de piel que viste nos indica que es un hombre rico. Lo vemos sentado, girado ligeramente hacia el espectador. El fondo lo constituye una pared en tonos marrones, lo que nos lleva a pensar en un interior. En dicha pared se abre una ventana por la que se divisa un paisaje con árboles, un lago y una pequeña fortificación al fondo.
La obra estuvo en el museo de Cracovia hasta 1939 cuando fue robado por los nazis. Hoy sigue desaparecido.
Como curiosidad, esta obra aparece en varias ocasiones en la serie.
- Retrato de Maddalena Doni, Rafael Sanzio (1504-1507). Galería Uffizi.

Este retrato fue pintado junto al de Agnolo Doni y, en origen, formaban parte de un díptico con escenas representadas en el reverso. Estas escenas eran «El Diluvio de los Dioses» y «Deucalión y Pirra», ambos realizados por un colaborador de Rafael.
Siempre se ha establecido una relación entre este retrato y «La Gioconda» pues parece ser que Rafael pudo ver la obra de da Vinci en Florencia allá por 1504.
El retrato realizado por Rafael se caracteriza por la claridad de formas y colores y por el detallismo tanto en rostro, como en joyas y tejidos. Destaca, dentro de este detallismo, el colgante de Maddalena, formado por una montura con forma de unicornio, tres piedras preciosas y una perla, todo ello alusivo a la pureza virginal y la fidelidad conyugal, ya que Maddalena y Agnolo eran matrimonio.
- Apolo Belvedere, mediados del siglo II. Museos Vaticanos.

Esta escultura también se conoce como «Apolo Pitio». El sobrenombre de «Belvedere» viene a raíz de ser hallado en el patio del Palacio Belvedere.
Apolo, casi de tamaño natural, aparece desnudo, vistiendo únicamente sandalias y un ligera capa que lleva sujeta al cuello y envuelve parte de su brazo izquierdo. El brazo derecho descansa sobre un tronco, por el que trepa una serpiente, animal relacionado con uno de los mitos del dios. Una banda recorre su pecho y sujeta el carcaj que lleva a su espalda.
La escultura muestra el ideal de belleza griega, con rasgos serenos y un cuerpo atlético, con un contrapposto que acentúa el movimiento. Parece ser que el dios acaba de lanzar una flecha de su carcaj con su arco, que pudo sostener con su mano izquierda, pero que hoy no se conserva.
La obra se pude considerar un transito entre el Clasicismo y el Helenismo, pues el contrapposto y la diartrosis (división entre el tronco y las extremidades) pertenecen al Clasicismo y el contraste entre el cuerpo pulido y los pliegues de la capa son propios del Helensimo.
Se considera una copia romana en mármol de un original griego, realizado en bronce, que dataría entre los años 330-320 a.C. y realizado por Leocares.
- La tormenta en el mar de Galilea, Rembrandt van Rijn (1633).

También conocido como «Cristo en la tormenta en el mar de Galilea«, es el único paisaje marino pintado por Rembrandt y que realizó al poco tiempo de trasladarse a Amsterdam.
Se trata de la única marina realizada por el pintor y en ella muestra como la fuerza de la naturaleza se enfrenta a la fragilidad humana. En ella vemos a los discípulos de Cristo luchando contra la tormenta para conseguir tomar el control de la embarcación justo cuando una gran ola choca contra ellos. La ola los acerca peligrosamente hacia unas rocas, que vemos en primer plano.
Los rostros de los discípulos muestran un amplio abanico de expresiones ante lo que está sucediendo, desde el terror, la sorpresa hasta la incredulidad.
Unos se aferran a la vela, otros suplican a Cristo, también en el barco, que los ayude y otros se intentan ocultar. Entre todo ese caos, Cristo aparece completamente sereno, atendiendo a las súplicas de sus discípulos. Además, es el único punto de luz en una obra muy sombría, gracias a lo blanco de sus vestiduras.
Este pasaje de La Biblia se cuenta en el capítulo cuarto del Evangelio de San Marcos y cuanta el primer milagro de Jesús, cuando calmó las aguas en medio de una tormenta en le mar de Galilea.
- El concierto, Johannes Vermeer (1664).

Lo que parece una simple escena de tipo musical, para los holandeses esconde un trasfondo de amor y seducción.
La escena se desarrolla en los típicos ambientes de interior, suntuosos, tan presentes en su producción. Tres personas protagonizan la pintura: una joven que toca el clavicémbalo, situada a la izquierda; un hombre de espaldas, en el centro, que tañe el laúd; y una joven a la derecha, en pie, que canta y cierra la composición.
Todos parecen pertenecer a la alta burguesía, como podemos deducir por su vestimenta, además de por la estancia, toda ella repleta de materiales nobles.
Si nos fijamos, en el fondo, se ve colgada en la pared una pintura de Dirck van Baburen llamada «La procuradora».
Esta pintura de Vermeer está considerada como la obra de arte robada más cara del mundo, pues se estima que su valor rondaría los 250 millones de dólares.
Tanto la obra de Rembrandt como la de Vermeer fueron robadas del Museo Isabella Stwart Gardner en 1990 y aún hoy ambos están desaparecidos. Pero, en la serie, dan con el paradero de las obras, que están en la mansión del Señor Burns, siendo detenido por el robo del cuadro de Vermeer.
El Señor Burns intenta defenderse de las acusaciones, alegando que la mejor opción es que la obra esté en su mansión, pues él si que sabe apreciarla, a que cuelgue en un museo donde nadie la va a apreciar.
Otras dos obras que también aparecen en ese Twister artístico son «Judit» de Gustav Klimt (1901) y «Autorretrato» de Rembrandt van Rijn (1630).


BIBLIOGRAFÍA Y WEBGRAFÍA
METZGER, Rainer; WALYER. Igno F.; «Van Gogh, la obra completa». Taschen.
VALTIERRA LACALLE, Ana; «Las Moiras o Parcas». Departamento de Historia del Arte. Universidad Complutense de Madrid.
GALERIA DEGLI UFFUZI.
LEONARDO DA VINCI
https://www.leonardo-da-vinci.net
MUSEO CZARTORYSKI
MUSEÉ D’ORSAY
MUSEOS VATICANOS
RED HISTORIA
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