MUSEO DE ARTE COLONIAL DE LA HABANA, SU ENTORNO Y SIGNIFICADO
El Museo de Arte Colonial de La Habana se encuentra en la Plaza de la Catedral de la Habana, Cuba, en el distrito de La Habana Vieja y justo frente a la misma catedral de San Cristóbal.
El excelentemente conservado edificio, y uno de los más antiguos de la ciudad, es un palacete del siglo XVII, antigua residencia de los Condes de Bayona, familia noble, natural de Cuba, que habitó el edificio hasta mediados del siglo XIX, dónde empezó a albergar algunas instituciones educativas y culturales, para pasar finalmente a convertirse en museo a partir del año 1969.
Pese a su simple fachada de piedra que recuerda a las antiguas casonas castellanas del mismo periodo, cuenta con algunos aspectos característicos de la arquitectura y decoración colonial que hacen únicos al conjunto del edificio.
Los frontones simples, el pórtico de caballeriza, la decoración de vidrio policromado en los altos de ventana, los balcones de forja y madera, o las contraventanas en colores característicos de la tradición cubana, en este caso el famoso “azul Habana”, nos hacen ver que la propia elección del edificio, que guarda una estrecha relación con su entorno arquitectónico dentro de la plaza, es una sutil y elegante referencia a la colección que se encuentra dentro de su espacio, que contrasta con la aparente sobriedad de la fachada.
La entrada al museo tiene un precio de 300 pesos cubanos, 1EU al cambio y su aportación económica se destina íntegramente al cuidado de su personal, colección y edificio.
Además, existe la posibilidad de aportar alguna donación para ampliar la seguridad de los fondos económicos de la Oficina del Historiador, la institución dependiente del departamento de Historia del Arte y Conservación y Restauración del Patrimonio de la Universidad de La Habana, que se ocupa del mantenimiento del museo.
El recorrido de la colección, guarda estrecha relación con la propia casona, donde las salas que circundan el patio interior central se interconectan, consiguiendo una muy simple pero coherente y ordenada visita.
Así pues, recuerda a las “casas-museo” ya que la disposición de las obras y el ambiente están planteados desde un aspecto en el que el visitante, aparte de admirar las obras individualmente, pueda analizar la vida en las casas de la antigua nobleza y alta burguesía cubana del periodo colonial español, desde los siglos XVI hasta el XIX (period-rooms).
En este sentido, puede recordar a algunos ejemplos cercanos como el Museo del Romanticismo de Madrid, que cuenta con un aspecto muy similar si tenemos en cuenta el itinerario expositivo.
En este marco, el museo cuenta con nueve salas, una de ellas reservada a exposiciones temporales relacionadas con la temática histórico-artística del museo; (en noviembre de 2023, la colección temporal mostraba carros de caballos del siglo XIX, de Europa y América). Las ocho salas restantes, repartidas en la planta baja y primera cuentan con la colección permanente.
La exposición se centra en los numerosos ejemplos y muestras del arte durante el periodo colonial en la isla de Cuba. El museo cuenta con una amplia colección de objetos cotidianos, rituales, cerámica, vajilla, mobiliario, artesanía y decoración provenientes de algunas de las antiguas familias más poderosas de la isla durante los años de la colonia.
Destacan salas como la habitación principal o los salones de estilo barroco-victoriano de la planta noble, donde se pueden admirar piezas de mobiliario de maderas selectas y piedras preciosas, vajilla pintada de gran calidad y refinamiento, en muchos casos encargada a los mejores talleres de Italia y Francia, joyas, objetos de cerámica, biscuit y porcelana china, tapices, pinturas, (en su mayoría retratos, paisajes e historicismo del siglo XIX y de pintores españoles y locales), la armadura de madera pintada y ornamentada en los techos que se elevan a unos cinco metros del suelo, y en su conjunto, la disposición del modelo ideal de la vivienda colonial.
También, llaman la atención las salas de la planta baja que muestran una excelente colección de objetos de forja como puertas, faros, ornamentos arquitectónicos, candelabros entre otros… Además de una sala dedicada a las vidrieras policromadas de las ventanas de las viviendas típicas de la arquitectura colonial cubana.
El Museo de Arte Colonial inmortaliza la rica tradición del arte desarrollado en Cuba durante esta época además del estilo de vida y gusto refinado de las históricas familias aristocráticas que consiguieron la promoción de Cuba y otros lugares de Hispanoamérica como territorio de gran riqueza, lo que posteriormente atrae grandes olas de inmigración europea y mestizaje cultural; que culmina con la consolidación de una poderosa clase media en los próximos siglos, que continúa la tradición y la innovación en el arte, y en las parcelas de la arquitectura y urbanismo en los siglos XIX y XX, esto, es una experiencia muy visible cuando se camina por las calles y el entorno que rodea el museo, además de los reflejos de este aspecto en la literatura y el arte, en especial, durante el periodo del Romanticismo hispanoamericano.
La primera foto, la Plaza de San Francisco de Asís, muy cercana al museo, reflejo del ambiente artístico y arquitectónico de aspectos que trata la colección del museo. La segunda, la vista de la catedral de estilo Barroco de San Cristóbal de la Habana y la misma plaza donde se ubica el museo.
BIBLIOGRAFÍA
V. Domínguez Bazán (2023). Las «casas-museo» o museos de ambiente: tipología museográfica en España. Consultado el 25 de marzo de 2024. Recuperado de https://arqueotimes.es/las-casas-museo-o-museos-de-ambiente-tipologia-museografica-en-espana/
Realizado por: Mario Molina Tovar