BREVE RECORRIDO POR EL NEOCLASICISMO
CONTEXTO HISTÓRICO
La Revolución Francesa (1789) y la Revolución Industrial emprendieron los procesos de transformación política, económica y social que se desarrollaron a lo largo del siglo XIX. La Revolución Francesa supuso el triunfo de la burguesía y el fin del Antiguo Régimen, mientras que la Revolución Industrial favoreció la aparición de la nueva figura del proletario y cambió las estructuras económicas y productivas.
En Francia, después del período napoleónico, se produjeron las grandes revoluciones sociales (revoluciones burguesas del 1820 y el 1830, y la revolución obrera de París en 1848).
Las revueltas y la difusión de los ideales revolucionarios se tradujeron en el fin o la agonía más o menos prolongada del absolutismo monárquico, a la vez que surgía a muchos lugares de Europa y a las colonias americanas una conciencia nacional que se materializó en la creación de nuevos estados, como por ejemplo Grecia, que consiguió la independencia en 1830, o las posesiones europeas del continente americano, que se fueron emancipando a lo largo de este periodo.
La consolidación de la clase burguesa y el proceso de industrialización provocaron, durante las primeras décadas del siglo XIX, un aumento notable de los transportes y la aparición de nuevas formas de energía. La población creció también considerablemente, sobre todo en las zonas urbanas, donde se derrocaron las murallas que encorsetaban las ciudades.
Este crecimiento demográfico fue el resultado de factores diversos: retroceso de la mortalidad, aumento de la producción de alimentos, progreso de la higiene y de la medicina, etc., y comportó un fuerte proceso de transformación urbanística.
Por otro lado, los problemas derivados de la sociedad industrial generaron, además, el surgimiento de nuevas doctrinas sociales, como el socialismo y el anarquismo, y de movimientos reivindicativos y revolucionarios.
CARACTERÍSTICAS PRINCIPALES
El término Neoclasicismo surgió a principios del siglo XIX con un notable valor peyorativo y se utilizó para designar una etapa breve de “imitación” aparente de los modelos de Grecia y de Roma en que se produce un arte intelectualista, academicista e impersonal.
El interés por la antigüedad grecorromana, por el modelo político republicano, por las teorías filosóficas del mundo clásico, por el sistema de vida, etc., se extendió a Europa a partir de la segunda mitad del siglo XVIII y tuvo la expresión más capital en la creación del llamado estilo neoclásico.
El Neoclasicismo fue una reacción contra los excesos del Barroco y del Rococó y quiso abandonar la imaginación y someter el arte al predominio de la razón, buscando el equilibrio y la armonía ideal de las formas clásicas.
Por eso, el arte neoclásico se construye a partir de un concepto estético basado en los modelos griegos, que se consideran superiores, más puros que los del mundo romano y menos preocupados que estos por la representación de la realidad.
El arte neoclasicista, pero, no se tiene que entender como una simple imitación del mundo clásico, sino más bien como la revisión o la adaptación de este modelo al mundo del siglo XIX. El arte neoclásico quiso ser un arte moderno y comprometido con la problemática de su tiempo. Cómo afirmó Diderot, “la finalidad de todo hombre honesto que coge la pluma, la paleta o el cincel es hacer atractiva la virtud y ridículo y odioso el vicio”.
El academicismo, es decir, la necesidad de ajustarse a unas normas establecidas por las academias, fue un hecho fundamental del Neoclasicismo. Este hecho coincide perfectamente con el espíritu racionalista de los hombres de la Ilustración, a la vez que refleja el rechazo del decorativismo rococó, considerado una manifestación del gusto decadente de la aristocracia.
Consiguientemente, no es extraño que esté en la Francia napoleónica y, más adelante, en los Estados Unidos donde la arquitectura neoclásica ejerció una influencia más grande.
ARQUITECTURA
La Arquitectura neoclásica rechazó las ornamentaciones superfluas de todo tipo y buscó versiones simplificadas de los modelos griegos, etruscos, romanos y egipcios. Formalmente, las columnas sustituyeron los pilares, mientras los muros se dejaron lisos o simplemente se recubrieron con motivos sencillos en estuco.
En cuanto a tipo de edificios, se acentuó una tendencia que se había iniciado ya en el período rococó y que aconteció la característica más relevante de la arquitectura moderna: la desaparición progresiva de la arquitectura religiosa y la construcción de un gran número de edificios de carácter público y de espacios urbanos, como bibliotecas, mercados, museos, pórticos, plazas, etc.
En este sentido fue importante la aportación de Napoleón, que, siguiendo las costumbres imperiales romanas, potenció la arquitectura civil.
El clasicismo oficial estuvo representado en una construcción parisiense, Madeleine de Pierre Vignon, construida como templo de la Gloria y finalmente convertida en iglesia. En este periodo, también se edificaron grandes columnas conmemorativas y arcos de triunfo a la manera romana, como la Colonne Vendôme erigida en honor de Napoleón y el Arco de l’Étoile de Jean Chalgrin, los dos a París.
En Alemania sobresalieron sobre todo las obras del arquitecto Leo Von Klenze, entre las cuales destacan los Propileos y la Gliptoteca en Múnich.
También se tiene que hacer mención de la abundante arquitectura neoclásica que se desarrolló en los Estados Unidos y que tiene uno de los ejemplos más relevantes en el edificio del Capitolio a Washington, obra de grandes proporciones y coronada por una gran cúpula que sintetiza las aportaciones hechas durante el Renacimiento y el Barroco en la construcción de este tipo de estructura.
En España, el academicismo potenciado por Ventura Rodríguez a finales del siglo XVIII a través de la Academia de San Fernando, continuó con una arquitectura más clasicista en la obra de Juan de Villanueva, autor del Museo del Prado y del Jardín Botánico de Madrid.
ESCULTURA
El paso de la escultura barroca a la escultura neoclásica supone unos cambios formales que se produjeron lentamente y que llevaron a la sustitución del dinamismo característico del Barroco por el equilibrio y la proporcionalidad, gracias en parte, al racionalismo surgido durante la segunda mitad del siglo XVIII.
El resultado fue una escultura más armoniosa, basada en modelos de la antigüedad clásica. En este sentido, hay que remarcar que el deslumbramiento que provocaron los modelos clásicos fue tan grande, que no se pretendió de recrearlos, como hacía el Renacimiento, sino, simplemente, de copiarlos, porque su perfección se consideraba insuperable.
La temática mitológica es omnipresente en la escultura neoclásica, tratada directamente o bien de manera alegórica, mientras que los temas religiosos se pretende una idealización alejada de las formas del Barroco más tardío. Los materiales escultóricos más habituales son el mármol y el bronce, dejando de banda la madera policromada del Rococó.
Los géneros más menudeados por la escultura neoclásica fueron el retrato (característico de la burguesía), el monumento público y el monumento funerario.
Por un lado, el hecho que la monarquía, la alta nobleza y la Iglesia dejaran de ser los únicos clientes y, de otra, la irrupción en el mercado del arte de una burguesía de gustos más prosaicos comportó un cambio sustancial en la escultura y en el arte en general. Los escultores neoclásicos más destacados fueron el danés Bertel Thorvaldsen y, sobre todo, el italiano Antonio Canova.
En España hay que mencionar la obra de los escultores catalanes Damià Campeny y Antoni Solà, ambos formados en Roma bajo la influencia de Canova.
PINTURA
A pesar de las escasas muestras de la pintura del mundo clásico conservadas, la pintura neoclásica, como reacción a los divertimentos del Rococó, se inspiró en la orden y en el equilibrio de la antigüedad. Fieles a este concepto, se establecieron tres características pictóricas principales:
- Aplicación estricta de la perspectiva lineal, situando los personajes en un plan único (como en los relieves clásicos).
- Predominio del dibujo sobre el color y uso de colores puros para precisar los contornos; una luz fría de solemnidad al conjunto.
- Predilección por la temática del mundo clásico, las figuras desnudas y los contenidos ideológicos, heroicos y moralizadores.
La pintura neoclásica quiso trasladar la coherencia compositiva racional a la nueva situación revolucionaria y esto se refleja en los temas tratados: clásicos, históricos y mitológicos, con referencias constantes a la libertad y a los sentimientos que dieron al Romanticismo.
Los principales pintores neoclásicos fueron Anton Raphael Mengs, Jean-Auguste-Dominique Ingres y, sobre todo, Jacques-Louis David.
ARTISTAS Y OBRAS
ARQUITECTURA
Jacques-Germain Soufflot (1713-1780) fue un arquitecto francés, estudió las obras de la Antigüedad y las obras de Palladio en Italia de 1731 a 1738. Hubo un viaje esencial para la implantación del neoclásico en Francia fue en 1749, cuando Madame de Pompadour lo eligió para acompañar a su hermano marqués de Marigny, a un nuevo viaje por Italia junto al grabador Charles-Nicolas Cochin.
Jean Chalgrin (1739-1811) fue un arquitecto francés, en sus estudios iniciales ya se percibía su orientación neoclásica que fueron con el profeta de neoclasicismo Giovanni Niccolò Servandoni y su estancia al Premio de Roma entre 1759 y 1763, en la Academia Francesa de Roma.
Juan de Villanueva (1739-1811) fue un arquitecto español, máximo exponente de la arquitectura neoclásica en España. De muy pequeño ingresó como alumno de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando. Su estilo, de gran severidad y sentido de las proporciones, se caracteriza como una síntesis entre el estilo herreriano y el neoclasicismo.
ESCULTURA
Antonio Canova (1757-1822) fue el escultor de más éxito del Neoclasicismo. Su carrera empezó como picapedrero. Su dedicación a la escultura se produjo a raíz de su traslado en Venecia en 1768.
Las primeras esculturas que realizó mostraban un aire vivo y naturalista, que cambió cuando llegó a Roma, el 1781. A partir de aquel año, la obra de Canova se definió mediante un estilo claramente influenciado por la escultura clásica antigua.
James Pradier (1790-1852), también conocido como Jean-Jacques Pradier, fue un escultor francés nacido en Suiza, más conocido por su trabajo en el estilo neoclásico.
Ganó un Premio de Roma que le permitió estudiar en esta ciudad desde 1814 hasta 1818 con Jean Auguste Dominique Ingres. En 1827 se convirtió en miembro de la Academia de Bellas Artes y profesor en la École des Beaux-Arts.
Francisco Gutiérrez (1724-1782) fue un escultor español, sus obras de joven fueron todas de naturaleza religiosa, sobre todo imágenes de santos. En 1746 obtuvo una pensión de la real Academia de Bellas Artes de San Fernando para estudiar en Roma, estuvo rodeado de arte clásico y esculturas monumentales.
PINTURA
Jacques-Louis David (1748-1825) es una de las figuras centrales del Neoclasicismo. Hizo su aprendizaje con Boucher, y en 1776 viajó a Italia, donde pudo admirar la antigüedad clásica, que marcó el estilo de su obra.
Cuando volvió a París, el 1780, David, que, con su obra y especialmente con sus cuadros de temática histórica, se erigió como el mejor representante contra la frivolidad del Rococó, fue nombrado académico en 1784. Posteriormente, participó de manera activa en la Revolución el 1789, de la cual fue considerado el artista oficial.
Jean-Baptiste Regnault (1754-1829) fue un pintor académico y neoclásico francés. Ganó el Premio de Roma en 1776 con la obra Alejandro y Diógenes. Posteriormente permanece en la Villa Médicis en compañía de Jacques Louis David y de Pierre Peyron.
La admisión en la Academia de bellas artes ocurrió en 1782 con el lienzo La educación de Aquiles. Alrededor del año 1789 recibe el encargo de la que se considera una de sus mejores obras de joven en la tradición academicista, El descendimiento de la cruz para la Capilla Real de Fontainebleau.
Jean-Auguste-Dominique Ingres (1780-1867) fue un pintor francés. Su padre Jean Marie Joseph Ingres fue escultor, pintor y decorador, reconoció en su hijo el talento pictórico y a los 11 años en 1791 lo ingresó en la academia de Toulouse.
En 1797, la Academia le otorgó el primer premio de dibujo y se fue a París para estudiar bajo la dirección de Jacques Louis David, pero su manera de ver el estilo neoclásico no era el mismo tenían diferencias.
Una respuesta a «Neoclasicismo»
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