COMENTARIO HISTÓRICO ARTÍSTICO DEL ACUEDUCTO DE LOS MILAGROS
CONTEXTO HISTÓRICO
El emperador Octavio Augusto fundó la Colonia Iulia Augusta Emérita en el año 25 a. C. para asentar a los soldados eméritos de las legiones X Gemina y V Alaudae que habían combatido en las guerras cántabras.
Situada junto al río Anas y en una zona de paso entre la Bética y el norte de Hispania, Emerita se convirtió en una réplica de la madre Roma en la otra punta del Imperio, siendo capital primero de Lusitania y después de Hispania.
Como buena ciudad romana, contaba con todos los pormenores necesarios para la vida romana: edificios de espectáculos, templos, vías de comunicación… y, por supuesto, acueductos. Emérita contó hasta con cuatro acueductos, siendo los más conocidos el de San Lázaro-Rabo de Buey y el de los Milagros, el más espectacular.
Lo primero que se debía resolver al proyectar la ciudad era el suministro de agua para abastecer industrias y satisfacer las necesidades de los emeritenses. Para captar el agua se construyeron embalses y se canalizaron diversos manantiales, encauzándose sus aguas hacia la ciudad.
Una vez el agua llegaba a Emérita, se distribuía desde los castellum aquae o torres de agua hasta llegar a los diversos puntos de la ciudad, todo a través de una red de canales.
ANÁLISIS FORMAL
Un acueducto es una conducción que lleva agua desde un manantial hasta la ciudad. A menudo, este acueducto partía de una cisterna que recogía el agua. Estas captaciones se solían hacer desde ríos, lagunas o embalses artificiales, construidos expresamente para este fin.
Mérida cuenta con el embalse de Proserpina y el de Cornalvo. Será desde el embalse de Proserpina donde el acueducto de los Milagros transporte el agua hacia la ciudad. La conducción partía como una galería abovedada de 2 metros de alto y 1 metro de ancho, que se desarrollaba hasta alinearse con el acueducto.
Esta conducción fue en parte subterránea y los restos conservados muestran el hormigón revestido de specus con una capa de opus signinum y cubierta con una bóveda de ladrillo.
Se distingue claramente la piscina limaría, un depósito de 3 metros con 3,50 metros de lado, con dos cámaras diferentes. Esta piscina tenía como función limpiar el agua de las impurezas. Será desde esta piscina donde el canal tome altura hasta remontar sobre las arquerías del acueducto.
Actualmente no se conserva ni la mida de los arcos del Acueducto de los Milagros. El acueducto tenía más de 800 metros y 25 metros de altura, a los que se añadiría el specus (galería) y un probable ático. La estructura se organiza en pilares y arcos entres alturas.
Los pilares son de planta rectangular con contrafuertes en las zonas donde se necesitaba refuerzo por la fuerza del agua. Estos contrafuertes tienen la sección inferior más grande y gruesa que la superior (forma de talud). Algunos de estos contrafuertes han desaparecido.
Los pilares tienen el núcleo de hormigón y se revisten de sillares mezclados con ladrillos en una sucesión de cinco hiladas, dotando al monumento de un cromatismo muy característico. Los arcos son de ladrillo aunque en la zona del río se conserva, de manera excepcional, un arco con dovelas de granito.
El uso del ladrillo no responde a una simple cuestión estética, sino a razones técnicas, pues facilitaba el fraguado del hormigón y permitía, mediante el recrecido, la nivelación del corte irregular de la piedra. Los dos pilares donde se inserta el arco de piedra, se recubren con sillar almohadillado.
Hasta hace poco no se sabía de forma exacta donde acababa el acueducto. En una casa de la Calle Calvario se conserva un último pilar y, tras derribar la ermita del Calvario (a 72 metros de donde se ubica el pilar) apareció una construcción romana identificada como un castellum aquae, su punto final.
Se puede ver una plataforma bien cimentada con hormigón y una capa de sillares, pero sólo queda el arranque de los muros, que perfilan una torre cuadrada de 5,85 metros en mampostería y hormigón y recubierta en su interior de mármol, cuya finalidad sería decantar y distribuir el agua.
El uso de estas diversas técnicas constructivas ha llevado a pensar que el acueducto se realizó en diversas fases, aunque los estudios arqueológicos los datan en el siglo I, con arreglos posteriores.
El pasado mes de noviembre, un estudio de la Universidad Autónoma de Madrid realizado por dos ingenieros afirmaba que el acueducto se construyó a partir del siglo IV. Este estudio se basa en realizar unas pruebas de termoluminiscencia a uno de los ladrillos de la construcción, defendiendo que la obra tiene influencia bizantina.
El director del Consorcio de la Ciudad Monumental de Mérida, Félix Palma, respondió a este despropósito, afirmando que el acueducto se construyó en la segunda mitad del siglo I y se mantuvo en uso dos o tres siglos más, durante los que se fue reparando.
El director del Consorcio se apoya en los numerosos estudios realizados y evidencias arqueológicas encontradas en el monumento.
BIBLIOGRAFÍA Y WEBGRAFÍA
“Mérida. Patrimonio de la Humanidad”. Edición Consorcio de la Ciudad Monumental Histórico-Artística y Arqueológica de Mérida, 2003.
ARTE LA GUÍA 2000https://arte.laguia2000.com
CONSORCIO DE LA CIUDAD MONUMENTAL DE MÉRIDAhttps://www.consorciomerida.org
EL ESPAÑOL (periódico digital)https://www.elespanol.com
TURISMO MÉRIDAhttps://turirsmomerida.org