COMENTARIO HISTÓRICO ARTÍSTICO DE LA ALEGORÍA DEL RÍO NILO
ANÁLISIS DE LA OBRA
Nos encontramos ante un grupo escultórico que representa al río Nilo como un anciano recostado acompañado por una esfinge que simboliza su recorrido egipcio y dieciséis niños pequeños jugando a su alrededor. Según Plinio, los dieciséis niños que rodean y trepan por el cuerpo del Nilo representan los dieciséis codos que podían crecer las aguas del río en la estación de la inundación de los campos.
Esta obra se trata de una copia romana de un original griego, más concretamente helenístico de la Escuela de Alejandría, creada con mármol blanco, una piedra dura que permite una vida más duradera de la obra. La alegoría del río Nilo fue descubierta en el siglo XVI en Roma en el transcurso de unas excavaciones.
Esta obra tiene rasgos que se aprecian en todas las esculturas de la época. En primer lugar, se fijó como módulo la cabeza y, a diferencia de los egipcios, variaron el canon de belleza ideal del cuerpo humano con el transcurso del tiempo: en el siglo V la proporción armónica fue de siete cabezas, y en el siglo IV subió a ocho.
Los griegos opinaban que el desnudo era un esqueleto perfecto; este principio de la diartrosis les hizo acentuar a división entre el tronco y las extremidades, y dentro del torso marcaron nítidamente los pectorales, la cintura y el pliegue inguinal. Finalmente rompieron con la ley de frontalidad tan típica en el arte egipcio para adoptar la postura de contraposto.
Gracias a las conquistas de Alejandro Magno comienza lo que se denomina el periodo helenístico, donde la visión del arte griego fue adaptándose a los nuevos estilos más orientales aportando a la escultura un ligero toque exótico. No solo se representan cuerpos adultos atléticos sino que aparecen ya niños y ancianos. Se abandona el idealismo clásico buscando un mayor realismo de la figura y una búsqueda de movimiento.
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