COMENTARIO HISTÓRICO ARTÍSTICO DE APOLO Y DAFNE
ANÁLISIS ICONOGRÁFICO
Este grupo escultórico representa una escena mitológica perteneciente a la «Metamorfosis» de Ovidio. La historia comienza con una competición de lanzamiento de flechas, en la que se enfrentaron el dios Apolo y y el dios Eros.
El dios Eros, irritado por la arrogancia de Apolo, y tratándose del dios del amor, decide vengarse lanzando una flecha de oro a Apolo, causándole un enamoramiento inmediato sobre la ninfa; en cambio, Dafne recibe una flecha de plata, provocando en ella el rechazo y el pánico.
Apolo, desbordante de pasión, intenta atrapar a Dafne, pero la ninfa pedirá ayuda a su padre, un dios del río, que decide finalmente convertirla en un árbol de laurel. Cuando Apolo alcanzó a la ninfa convertida ahora en árbol, se echó a llorar y proclamó las siguientes palabras:
«Puesto que no puedes ser mi mujer, serás mi árbol predilecto, y tus hojas, coronarán las cabezas de las personas en señal de victoria»
En este mito convergen la virtud y la lujuria, simbolizando el acto de la ninfa un sacrificio, una acción de castidad eterna. La obra capta el momento en el que Apolo alcanza a la ninfa, pero esta ya se halla en el proceso de metamorfosis. Esta escultura exenta puede ser observada desde distintos puntos de vista, pudiendo apreciar las diferentes expresiones de los personajes, así como los detalles que envuelven a las figuras.
Dafne se vuelve horrorizada hacia la mano de Apolo que la sujeta, siendo ajena del cambio que su cuerpo está sufriendo. Apolo es representado siendo sorprendido por la transformación de su amada; en cambio, su cuerpo aún continua sujetándola. La obra está inspirada además en esculturas helenísticas, como el Apolo Belvedere de Leocares, o el Laocoonte y sus hijos.
ANÁLISIS FORMAL
Bernini utiliza el mármol con gran virtuosismo, apreciable en el realismo de la anatomía de los personajes, así como en los detalles florales. El modelado de esta escultura provoca que la luz cree una ambiente dramático al impactar sobre ella, creando el claroscuro tan común del arte barroco. Bernini introduce una composición abierta y dinámica, confiriéndole asimismo un carácter de cierta inestabilidad.
Esta obra fue comprada por el Cardenal Scipione Borghese en agosto de 1622 para adornar la villa de Porta Pinciana, finalizándola en abril de 1624. En esta obra colaboró Giuliano Finelli, discípulo de Bernini, esculpiendo la parte del follaje. La justificación del cardenal para el encargo de esta obra tan pagana, fue un dístico moral, compuesto en latín por el Cardenal Maffeo Barberini (futuro Papa Urbano VIII), y grabado en el adorno de la base. Éste reza: «Quien ama seguir las huidizas formas de la diversión, al final encuentra hojas y bayas amargas en la mano».
Bernini logró alcanzar la cumbre de su primer estilo con esta obra, con un tratamiento brillante y elegante que causó admiración entre los siglos XVIII y XIX.
GALERÍA DE IMÁGENES
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