COMENTARIO HISTÓRICO ARTÍSTICO DE ATENEA PARTHENOS
ANÁLISIS ICONOGRÁFICO
El siglo de Pericles, periodo de intensa actividad política, militar y cultural en Atenas, supuso un programa de embellecimiento de la ciudad ática sufragado ilícitamente con fondos de la marítima Liga de Delos. El Partenón, y la propia estatua de Atenea, hoy desaparecida, servían de depósito para el tesoro de la Liga. Fidias fue episkopos (supervisor) del Partenón en estrecha colaboración con Ictino y Calícrates, y proyectando la realización y colocación de la estatua, que, con sus más de 12 metros de altura, supuso un costo mayor que la propia construcción del Partenón.
Atenea es, en la mitología griega, la diosa de la guerra, la civilización y la sabiduría, y la protectora de la ciudad de Atenas. Esta obra se concibe como una enorme estatua de culto crisoelefantina (de oro y marfil). Por ello la diosa tiene una postura rigurosamente frontal y apenas presenta movimiento. Atenea se representa como Parthenos, es decir, virgen, su estado elemental. Esta es la razón de que, frente a otras advocaciones (Lemnia, Prómacos…) aquí tenga sus atributos genuinos: lanza, escudo, égida, yelmo, serpientes…
Una descripción sorprendentemente parca para la importancia que tenía la estatua nos la ofrece Pausanias en su Descripción de Grecia:
La estatua está hecha de marfil y oro. En el centro del casco apreciamos la figura de la Esfinge […], y a uno y otro lado del casco hay grifos esculpidos. […] La estatua representa a Atenea erguida, con manto largo hasta los pies y la cabeza de Medusa labrada en marfil sobre el pecho; sostiene una Niké de unos cuatro codos, y en la mano una lanza. Junto a sus pies hay un escudo, y cerca de la lanza una serpiente que podría ser Erictonio. En el pedestal de la estatua está representado en relieve el nacimiento de Pandora.
Además, podemos reconstruir idealmente la obra de Fidias gracias a las fuentes escritas y al análisis comparativo de las copias romanas en mármol que nos han llegado, entre las que destacan las del Museo Arqueológico Nacional de Atenas (Atenea Varvakeion), el Museo del Prado y el Museo del Louvre, todas ellas del siglo II.
La diosa aparecería representada portando la característica égida, que a modo de coraza rígida protege el torso sin llegar a la cintura, probablemente compuesto de dos partes unidas y rematadas por la sempiterna representación de la Gorgona.
Toda superficie susceptible de ser decorada incluía elementos míticos, como esfinges, grifos y pegasoi (caballos alados) en el yelmo. Sabemos además que en su escudo se representó la lucha de las amazonas en la parte externa y la gigantomaquia en la interna, y que sostenía una Niké (vitoria). También los altos bordes de las sandalias tenían decoración, en este caso la centauromaquia, y el pedestal incluía el tema de la creación de Pandora por los divinos artífices Hefesto y Atenea.
ANÁLISIS FORMAL
La monumental estatua se habría situado al final de la cella o cámara interior del templo, con la intención de abrumar por su tamaño, riqueza y profusión decorativa y así suscitar alabanzas en el espacio de culto. Un estanque frente a ella reflejaría su brillo para hacer más diáfano el espacio, además de mantener una humedad adecuada para el marfil.
Sabemos que la Atenea Parthenos estaba compuesta por un núcleo de madera y que de marfil estaban hechos el rostro, los brazos y manos, los pies y, en fin, toda parte desnuda de la piel de Atenea; característica que Platón emplea en su diálogo sobre la belleza Hipias Mayor como ejemplo de principio estético de adecuación: No hizo [Fidias] de oro los ojos de Atenea, ni el resto del rostro, ni tampoco los pies ni las manos…, sino que los hizo de marfil. Para el atuendo y la mayoría de las partes restantes se emplearon placas de oro; en total pesaban 40-44 talentos (algo más de una tonelada), y eran desmontables. Quizá contribuyeron a su magnificencia otros materiales, como bronce o piedras semipreciosas, pero no tenemos constancia de ello.
El tratamiento de la anatomía y las formas revela el interés del antropocentrismo propio del periodo clásico por aunar belleza física y moral, estableciendo un canon de proporciones estéticas naturalistas.
Además de los datos que nos ofrece Pausanias, sabemos que el peplo estaría ceñido a la cintura con dos serpientes enroscadas simétricamente y caería en forma tubular hasta el suelo. De él sólo sobresaldrían las sandalias que calza Atenea, y se distinguiría su pierna izquierda levemente retraída y doblada en la rodilla. La Niké que sostenía tenía una altura de unos 2 metros.
La obra tuvo gran éxito y fue el origen de la proliferación de obras crisoelefantinas por los santuarios helénicos más importantes, como la gran estatua de Zeus en el santuario de Olimpia que lleva su nombre.
La célebre réplica del Partenón en Nashville (Estados Unidos) incluye una réplica de 13 metros de la Atenea Parthenos en yeso, fibra de vidrio y metales pintados.
BIBLIOGRAFÍA
PAUSANIAS: Descripción de Grecia en AZCONA GARCÍA, C., Clásicos de Grecia y Roma. Ed. Alianza. Madrid, 2002.
BIANCHI BANDINELLI, R. y PARIBENI, E.: El arte de la Antigüedad Clásica: Grecia. Madrid, 1998. Pág. 68.
SCHRÖDER, STEPHAN F.: Catálogo de la escultura clásica. Volumen II: Escultura mitológica. Museo Nacional del Prado. Madrid, 2004.
ROBERTSON, M.: El arte griego. Ed. Alianza. Madrid, 1985.