COMENTARIO HISTÓRICO ARTÍSTICO DE AUTORRETRATO CON LA MUERTE TOCANDO EL VIOLÍN
La muerte, presente en todo momento en la historia de la humanidad es el claro ejemplo de que nadie puede burlarla. Desde las posturas en donde es vista de una forma graciosa y simpática, hasta donde es vista como algo temerosa e intimidante, la muerte logra fusionarse de manera seductora y lograr las conocidas vanitas, donde la muerte posa de forma alegórica y simbólica ante el fin de la vida.
Arnold Böcklin fue un pintor suizo y uno de los principales representantes del simbolismo (ideología en donde el mundo es un misterio por resolver y todo el sentimiento lo unen a algún objeto sensible para el artista). Su trabajo influyó mucho para los artistas de la corriente surrealista como Max Ernst, Salvador Dalí y H.R. Giger.
El legado artístico de Böcklin es fiel a la tradición del Romanticismo y, tanto este autorretrato, como su otra obra más conocida (La isla de los muertos) inspiraron a diversos artistas románticos a crear obras de inspiración alegóricas con aires de mitología y leyendas, tales como los poemas sinfónicos de Rajmáninov y Heinrich Schülz-Beuthen; también Max Reger en 1913 compuso la serie de poemas titulada: Cuatro poemas tonales según Böcklin los cuales se enumeran de la siguiente forma:
Poema tonal 1: El ermitaño tocando el violín
Poema tonal 2: El juego de las olas
Poema tonal 3: La isla de los muertos
Poema tonal 4: Bacanal
ANÁLISIS DE LA OBRA
Para el espectador, el cuadro puede dar distintos mensajes como una oda al amor por la muerte y el arte, otro sobre la fugaz que es la vida y también, el deseo del ser humano de evitarla a toda costa.
La pose del artista es intrigante: vestido elegantemente, con un abrigo de cuello raso y una camisa blanca debajo, mira al espectador como un individuo heróico y una mirada objetiva, misma que se torna perdida al momento de escuchar el susurro de la muerte.
La muerte, que con su sola presencia y con el violín en pleno acto, evidencia que Böcklin está atento a la melodía que ella toca con esa risa burlona, y que al ritmo de la melodía que un violín de una sola cuerda puede tocar, recuerda que la vida es un momento y es tan fugaz como una melodía, aquí es donde entra la representación del MEMENTO MORI (recuerda que morirás). La muerte con el violín también hace referencia a La danza Macabra.
El autorretrato, se inspiró en en un cuadro que el autor había visto en la pinacoteca de Múnich: El retrato de Sir Brian Tuke con la muerte, en donde también aparece un esqueleto que señala un reloj de arena que se encuentra sobre una mesa, clara lectura de que el tiempo pasa no hay marcha atrás. Después, fueron los pintores Hans Thoma y Lovis Corinth quienes se atrevieron a recrear el autorretrato de Böcklin de formar y estilo peculiar.
En los años posteriores, el pintor haría las obras que lo volverían aún más famoso y reconocido en la corriente del simbolismo: obras oníricas y llenas de misticismo.
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