COMENTARIO HISTÓRICO ARTÍSTICO DE AYER Y HOY
CONTEXTO HISTÓRICO
La ruina fue, sin lugar a dudas, uno de los motivos más representados en la pintura del romanticismo. El énfasis en este tema se explica fundamentalmente por la aparición de una renovada concepción del tiempo basada en los retornos cíclicos, opuesta a la linealidad teleológica planteada en la Ilustración. Bajo el pensamiento romántico, la ruina representaba el retorno y la superioridad de la naturaleza frente de las creaciones humanas
como la arquitectura o la escultura. El gusto por lo fragmentado e irracional respecto a lo ordenado y racional, hizo que los pintores románticos postularan una nueva estética en torno a la ruina, en la que convergen arte y naturaleza de forma armoniosa. Pero no todo tipo de arte o estilo, sino, específicamente, el gótico. En efecto, pensadores de la época como Chateaubriand o Stendhal centraron su mirada en el pasado medieval, reinterpretando la Edad Media como un tiempo de retorno ideal en donde lo espiritual dominaba lo material. Las ruinas góticas, guardianes de ese pasado, fueron dotadas con una poderosa carga simbólica de reflexión melancólica y nostálgica sobre lo irrecuperable de aquella época en contraste con la decadencia del presente.
Los pintores españoles no fueron ajenos a esta situación, y comprendieron que representar las ruinas era también una forma de denunciar el estado de deterioro en el que se encontraban muchos edificios religiosos junto con las obras de arte que allí residían. Numerosos templos católicos fueron desamortizados en diferentes períodos del siglo XIX. Pero la preocupación de los artistas por estos monumentos parecía ser una cuestión que trascendía lo material, y así lo interpretó el madrileño Cecilio Pizarro (1825-1886).
ANÁLISIS FORMAL E ICONOGRÁFICO
A lo largo de la obra pictórica de Pizarro se muestra un marcado interés por el espacio gótico funerario presentado como un lugar de culto que ha perdido su significado original o su esencia. Así se evidencia en el lienzo Ayer y hoy, pintado en 1863 y conservado actualmente en el Museo de Bellas Artes de Asturias.
En esta obra, enmarcada bajo la estructura de dos arcos apuntados que nos recuerdan a las imágenes del gótico lineal, el autor presenta una comparación temporal de un sepulcro gótico. A la izquierda, vemos el arte religioso en toda su esencia y significado original. La ambientación es típica de la reinterpretación romántica del mundo medieval: dos caballeros (símbolo de los valores morales de la época y del ser español en el contexto del nacionalismo romántico) orando arrodillados frente al monumento funerario, que luce en esplendor estético y ornamental. Es un lugar para el recogimiento, el respeto por los difuntos y la intimidad con Dios. En contraposición, el presente imperfecto: en un día soleado un grupo de niños juega sobre la escultura que está en ruinas. El sepulcro ha perdido su valor y significado cultural, ahora hace parte de una escena pintoresca, cargada de inocencia e ingenuidad. Con esta pintura, Pizarro advierte o denuncia que hay un Dios abandonado y un culto en decadencia dentro de una sociedad moderna que se aleja de lo espiritual para entregarse a lo mundano.
Este enfoque melancólico sobre el paso ineludible del tiempo y la inquietud por la falta de cuidado frente los monumentos del pasado posibilitó que durante las décadas intermedias del siglo XIX se iniciara en España y otros países de Europa una teoría y práctica de restauración de monumentos, generando, así, una conciencia colectiva respecto al cuidado del patrimonio histórico-artístico.
BIBLIOGRAFÍA
– AA.VV. El esplendor de la ruina. Barcelona, 2005.
– MARZO, Jorge Luis. La ruina o la estética del tiempo. Universitas, Nº 2-3, 1989. – BASTIDA, Rebeca. La Edad Media y su presencia en la literatura, el arte y el pensamiento españoles entre 1860 y 1890. Madrid, 2005.
– GORDO PÁEZ, Luis. Ruinas de San Juan de los Reyes de Toledo y la Capilla de Santa Quiteria de Cecilio Pizarro. Museo del Romanticismo, Pieza del mes, mayo 2012.