COMENTARIO HISTÓRICO ARTÍSTICO DE RETRATO DE BAILARINA BASCULANDO
CONTEXTO HISTÓRICO-ARTÍSTICO
La segunda mitad del siglo XIX fue un periodo de grandes cambios en Europa, especialmente en Francia, donde se vivió una transformación cultural y social profunda. París, considerada la capital cultural del mundo, experimentó un auge en las artes escénicas gracias a la Ópera de París y el creciente interés por el ballet como espectáculo tanto artístico como social. Las bailarinas se convirtieron en símbolos de elegancia y disciplina, pero también eran vistas como trabajadoras cuyos ensayos y rutinas diarias representaban un esfuerzo físico y emocional significativo.
Edgar Degas, nacido en este contexto, reflejó en su obra el dinamismo de la vida moderna. A pesar de ser identificado frecuentemente como impresionista, Degas rechazaba ciertas prácticas del movimiento, como pintar al aire libre. Su interés residía en explorar temas urbanos y escenas interiores, como cafés, teatros y estudios de ballet. A través de estas obras, Degas creó un puente entre el realismo de mediados del siglo XIX y la subjetividad del arte moderno.
La obra «Bailarina basculando» se enmarca en un momento en el que Degas estaba experimentando intensamente con el pastel, técnica que le permitió capturar texturas y colores con una inmediatez difícil de lograr con el óleo. Las bailarinas fueron uno de sus temas predilectos, no solo por su gracia y belleza, sino porque representaban la disciplina, el esfuerzo y la búsqueda de la perfección en un mundo que las veía, muchas veces, como meros objetos decorativos.
BIOGRAFÍA DEL ARTISTA
Hilaire-Germain-Edgar Degas nació el 19 de julio de 1834 en París, en una familia burguesa de ascendencia italiana. Desde joven, mostró interés por las artes, lo que lo llevó a ingresar a la Escuela de Bellas Artes de París en 1855. Sin embargo, su formación no fue exclusivamente académica; viajó a Italia, donde estudió a los grandes maestros renacentistas como Miguel Ángel, Rafael y Tiziano. Estas influencias clásicas serían fundamentales en su obra posterior, aunque las reinterpretó con un enfoque moderno.
A lo largo de su carrera, Degas se destacó por su enfoque innovador y su capacidad para captar la esencia del movimiento. Aunque participó en exposiciones impresionistas, su estilo se apartaba del plein air típico de Monet y Renoir. Prefirió el trabajo en estudio y se interesó por temas como el ballet, las carreras de caballos, la vida cotidiana de las mujeres y los retratos.
En sus últimos años, Degas sufrió problemas de visión que limitaron su capacidad para trabajar, pero no detuvieron su creatividad. Utilizó el pastel como medio principal, lo que le permitió seguir explorando el color y el movimiento. Falleció en 1917, dejando un legado que influiría en generaciones posteriores de artistas.
ANÁLISIS FORMAL

Técnica
Degas empleó pasteles en esta obra, una técnica que le permitió experimentar con la textura y el color. Los trazos son visibles, lo que otorga a la composición una sensación de espontaneidad y dinamismo. El pastel, a diferencia del óleo, proporciona una calidad táctil que se adapta perfectamente a la representación de las telas y los tutús de las bailarinas.
Composición
La obra está estructurada con un enfoque asimétrico, característico de Degas. La bailarina principal ocupa el primer plano, mientras que las figuras del fondo están parcialmente difuminadas, lo que crea una sensación de profundidad. El uso de ángulos oblicuos, posiblemente influido por la fotografía y las estampas japonesas, confiere a la composición un carácter moderno e innovador.
Color
La paleta cromática está dominada por verdes, azules y anaranjados, creando un contraste vibrante que resalta la figura central. Los colores transmiten no solo la atmósfera del escenario, sino también la energía del movimiento. Los pequeños destellos blancos y amarillos en el tutú simulan el reflejo de las luces sobre la tela, añadiendo un toque de realismo.
Luz y sombra
La iluminación juega un papel crucial en la obra. La bailarina principal está bañada por una luz suave que resalta los pliegues de su vestido y su postura, mientras que el fondo permanece en penumbra, reforzando la jerarquía visual y dirigiendo la atención del espectador hacia el primer plano.
Movimiento
El título mismo, «Bailarina basculando», sugiere un momento efímero de equilibrio. La postura de la bailarina, con un brazo extendido y el cuerpo ligeramente inclinado, transmite una sensación de gracia y dinamismo. Los trazos del pastel en el tutú parecen seguir el movimiento del cuerpo, enfatizando la acción en curso.
ANÁLISIS ICONOGRÁFICO
Las bailarinas en la obra de Degas son más que simples figuras estéticas; representan una exploración de la vida contemporánea y los contrastes sociales. En el París del siglo XIX, el ballet era un espectáculo asociado con la élite, pero las bailarinas, a menudo provenientes de familias humildes, enfrentaban condiciones de trabajo arduas y, en algunos casos, relaciones de dependencia con sus patrocinadores.
En esta obra, la bailarina principal parece estar captada en un momento íntimo, casi privado, alejándose de la imagen idealizada del escenario. Las otras figuras, colocadas en el fondo, refuerzan la idea de que esta escena pertenece al ámbito del ensayo, donde el esfuerzo físico y la repetición son elementos esenciales.
CURIOSIDADES
- Degas solía visitar los ensayos de ballet en la Ópera de París, donde observaba y esbozaba a las bailarinas en movimiento. Su enfoque era casi científico, con un interés profundo por la anatomía y la postura.
- La influencia de la fotografía y las estampas japonesas en su obra es evidente en sus composiciones, que a menudo incluyen encuadres inusuales y cortes inesperados.
- Aunque Degas representó a menudo bailarinas en poses elegantes, también capturó momentos más mundanos, como cuando ajustaban sus zapatillas o descansaban entre ensayos, mostrando un lado más humano.
- Degas prefería los pasteles porque le permitían trabajar rápidamente y experimentar con colores vivos. También los usó para superar sus problemas de visión en la vejez.
CONCLUSIÓN
«Bailarina basculando» es un testimonio del genio de Edgar Degas, quien logró combinar la precisión técnica con una profunda comprensión de la condición humana. A través de su uso del pastel, su composición innovadora y su enfoque en los detalles cotidianos, Degas transformó un tema aparentemente sencillo, como el ballet, en una exploración compleja de la modernidad, el esfuerzo y la belleza.
Esta obra no solo es un reflejo de su tiempo, sino también una fuente de inspiración para generaciones posteriores, que han encontrado en el trabajo de Degas una lección sobre cómo el arte puede capturar tanto lo efímero como lo eterno.
BIBLIOGRAFÍA
- Kendall, R. (1996). Degas and the Dance. Harry N. Abrams.
- Roe, R. (2010). Impressionists and Their Legacy. Thames & Hudson.
- Valéry, P. (1936). Degas, Danse, Dessin. Gallimard.
- Thompson, R. (1988). The Private Degas. Yale University Press.
- Armstrong, C. (1991). Odd Man Out: Readings of the Work and Reputation of Edgar Degas. University of Chicago Press.
