COMENTARIO HISTÓRICO ARTÍSTICO DE LA BASÍLICA DE SAN JUAN DE LETRÁN
CONTEXTO HISTÓRICO
Durante los primeros siglos, a causa de las persecuciones hacia los cristianos, la celebración de la Eucaristía y la catequesis tenían lugar en casas privadas de algunas familias cristianas (habitualmente las que contaban con mayores medios económicas y por tanto con casas más amplias) que ponían a disposición de la Iglesia. Eran las primitivas iglesias domésticas, que en Roma también son denominadas con el nombre de títulos. El títulus era una tablilla de madera que se colgaba en la entrada de las villas romanas, en la que estaba escrito el apellido del propietario; la vivienda también era conocida con el nombre de lagens, o del linaje familiar.
Se calcula que antes del Edicto de Milán (año 313) existían más de veinte títulos en la Ciudad Eterna. Por entonces ya se había convertido al cristianismo aproximadamente un tercio de la población, pero esto no se reflejaba en la fisonomía urbana, debido a que la Iglesia carecía de personalidad jurídica. El emperador Constantino, además de autorizar públicamente el culto cristiano, promovió la construcción de las primeras basílicas cristianas, en Roma y en Jerusalén. Con el establecimiento del Edicto de Milán en el año 313, que pone fin a la persecución cristiana, permitió que se devolvieran algunas propiedades confiscadas a los cristianos y el cristianismo comenzó a gozar de simpatías en el Imperio. Muchas familias nobles romanas se convirtieron al cristianismo y el reinado del emperador Constantino (306-337) consolidó el prestigio de la Iglesia.
Acerca de las basílicas constantinianas, es decir, creadas en tiempo del emperador Constantino, la primera fue la Basílica de San Juan de Letrán. La Basílica surgió concretamente, en una zona llamada Horti Laterani. Esta zona era una antigua propiedad de la familia romana de los Laterani, noble familia romana caídos en desgracia bajo Nerón. Bajo este emperador fue confiscada y pasó al dominio imperial. El palacio pasó a manos de Constantino cuando se casó con su segunda mujer, Fausta, hermana de Majencio, y era conocido con el nombre de Domus Faustae. Por tanto, Constantino era su propietario cuando ganó la batalla del Puente Milvio (contra Majencio), en el 312.
Constantino, permitió la construcción de una basílica en esta zona. La tradición cristiana indica que los terrenos y la residencia de los Lateranos fueron donados al obispo de Roma (la fecha de la donación no es segura pero debería ser durante el pontificado del papa Melquíades), en señal de gratitud del emperador a Cristo, que apareciéndosele durante un sueño, le había hecho vencer en la batalla del Puente Milvio. Un año después, se inició la construcción de la Basílica, la cual sería consagrada en el año 324 por el papa Silvestre I. La Basílica de San Juan de Letrán es, por tanto, la basílica más antigua del mundo. De hecho, precede la fundación de la Basílica de San Pedro. Se la considera como madre y cabeza de todas las iglesias de la ciudad de Roma y de toda la tierra, por ser la sede episcopal del primado de todos los obispos, el papa.
ANÁLISIS FORMAL
A lo largo de los siglos, la basílica ha sufrido diversos incendios, terremotos y devastaciones que han obligado a reconstruirla en más de una ocasión. La basílica original ha desaparecido casi por completo; tan solo se conservan unos pocos restos ya que el conjunto fue destruido en el siglo IX (concretamente en el 846) causa de un incendio y hubo de ser reconstruida. Esta no fue sin embargo, la única reconstrucción, ya que en el siglo XVII Borromini realizó una auténtica reestructuración del templo para otorgar un aspecto más barroco.
Del primitivo edificio sabemos, que se trataba de una basílica de planta longitudinal con cinco naves orientadas de Este a Oeste de las cuales la mayor era más ancha y alta que las naves laterales permitiendo así la iluminación del templo. Según las fuentes documentales en la primitiva basílica de San Juan de Letrán, los fieles encontraban una fuerte dicotomía entre un exterior sencillo y poco decorado con el interior donde se había derrochado ornamento y trabajado con materiales nobles como los dorados de la cúpula que se abría en el presbiterio o los mármoles de color verde, rojo y amarillo que se utilizaron en las columnas que separan las naves.
La actual basílica está dividida en 5 naves de 130 metros de largo. El interior está decorado en estilo barroco fruto de la radical transformación de Francesco Borromini en el siglo XVII. De la decoración anterior se conservan el ciborio gótico, el suelo de estilo cosmatesco y el cielorraso de casetones de la nave central, diseñado por Pirro Ligorio y ornamentado por Daniele da Volterra. Los magníficos mosaicos del enorme ábside, aunque reconstruidos, se remontan a la época medieval. En ellos el simbolismo del agua hace referencia al sacramento del Bautismo. En la nave principal destacan las monumentales estatuas de los doce apóstoles enmarcadas por grandes nichos de mármol verde, encajados en los pilares. Los nichos son obra de Borromini, las estatuas datan de principios del s. XVIII. Sobre los nichos de los Apóstoles se encuentran representadas algunas escenas del Antiguo y del Nuevo Testamento.
En el ábside se encuentra la cátedra, el trono episcopal del obispo de Roma en mármol y mosaicos. Es una imitación del siglo XIX de la original cosmatesca, con mosaicos y bajorrelieves, que ahora se encuentra en el claustro. El altar del Santísimo Sacramento está situado en el brazo izquierdo del crucero de la basílica de San Juan de Letrán. Fue construido durante el papado de Clemente VIII en ocasión del Jubileo del año 1600 utilizando cuatro columnas colosales de bronce dorado de época romana. Estas columnas son los únicos restos visibles de la Basílica de Constantino.
Con respecto al Baptisterio de la Basílica, al inicio del siglo IV sólo las catedrales tenían baptisterio. Como ya hemos mencionado, la catedral de la diócesis de Roma es San Juan de Letrán y por este motivo, su baptisterio fue el primero. Es, por tanto, el baptisterio más antiguo de Roma. El edificio fue construido por orden de Constantino en el siglo IV transformando unas termas de una preexistente casa romana; con un interior cuya forma es de carácter octogonal, Sixto III (432-449) lo reconstruyó completamente y le agregó un atrio. La última restauración del siglo XVII fue efectuada por Borromini.
La fachada fue reformada en el siglo XVIII por Alejandro Galilei, ganador de un famoso concurso en el que participaron veintitrés arquitectos. Constituye otro magnífico ejemplo de clasicismo barroco. Está constituida por un largo atrio con cinco entradas y una galería abierta en el nivel superior. En el lado izquierdo del atrio se encuentra una estatua de la época romana que representa a Constantino.
Mirando la fachada principal de la Basílica de San Juan de Letrán, a su derecha se encuentra el Santuario de la Escalera Santa. Fue construido por Doménico Fontana en 1589 por voluntad de papa Sixto V que trasladó aquí la Escalera Santa, hasta entonces conservada en el interior del Palacio de Letrán. Según la tradición, Santa Elena, madre de Constantino, durante su peregrinaje a Tierra Santa hizo desmontar y transportar a Roma la escalera que Jesucristo subió para presentarse ante Poncio Pilato. Cuando llegamos a la parte más alta de la Escalera Santa podemos contemplar el interior del Sancta Sanctorum. Se trata de la Capilla privada de los Papas y contiene la imagen del Salvador Acheiropoieton, “no pintada por mano humana”. La frase latina en el entablamento sobre el altar afirma “non est in toto sanctior orbe locus”. Es decir, “no existe en todo el mundo un lugar más santo”.
CURIOSIDADES
En 1980 fue incluida en la lista del Patrimonio de la Humanidad en Europa por la Unesco.
Durante mil años desde tiempos de Constantino en el año 324 hasta el 1305, época en que los Papas se fueron a vivir a Avignon, el edificio contiguo a la Basílica, el Palacio de Letrán, fue la residencia de los Pontífices. Allí se celebraron cinco Concilios ecuménicos. Cuando los Papas (en concreto Gregorio XI) volvieron de Avignon en 1377 se trasladaron a vivir al Vaticano. Además, en este palacio se firmó en 1929 el pacto entre el Vaticano y el gobierno de Italia, conocido como el Tratado de Letrán.
El papa suele celebrar ciertas ceremonias litúrgicas en este lugar como por ejemplo, la misa de la Cena del Jueves Santo, o la misa de la fiesta del Corpus Christi.
BIBILIOGRAFIA
Krautheimer, R. (1996) Arquitectura Paleocristiana y Bizantina. Cátedra; Madrid.
Marchi C. (1988) Grandes pecadores, Grandes catedrales. Seix Barral; Barcelona
Barral, X. (1998) La Alta Edad Media: de la Antigüedad tardía al año mil. Taschen; Barcelona
CASTELFRANCHI VEGAS, L. (1994) El Arte en la Edad Media: Historia del Arte Europeo. Moleiro; Barcelona
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