COMENTARIO HISTÓRICO ARTÍSTICO DEL BUSTO DE NEFERTITI
ANÁLISIS ICONOGRÁFICO
El busto de Nefertiti está considerado como una de las obras maestras del arte Egipcio. Fue hallado en 1912 en la antigua ciudad de Akhetaton, por un grupo de arqueólogos alemanes dirigidos por el profesor alemán Borchardt. Entre los escombros del taller del escultor real Tutmose, se halló esta figura prácticamente intacta, faltándole únicamente la pupila del ojos izquierdo y fragmentos menores de los lóbulos de las oreja, aunque se ha comprobado posteriormente que nunca habrían llegado a colocarse. El busto corresponde a Nefertiti, esposa del faraón Amenofis IV o Akenaton, y reina del la XVIII dinastía. Fue una mujer de gran belleza que ocupó un papel fundamental en la vida política del momento, llegando a estar en igualdad de condiciones que el propio faraón.
ANÁLISIS FORMAL
Este busto de 20 kg y 48 cm se encuadra dentro de las reglas comunes de cualquier pieza del arte egipcio, presentando un grado elevado de hieratismo e idealización, aunque contiene características que lo hacen destacar entre el resto de piezas conocidas. Un detalle a tener en cuenta es el tono bronceado que se ha utilizado en el rostro en lugar del característico tono amarillento o rosado.
Se observa en el rostro el estilo amarniano que se impuso con el faraón Akenatón, y que evidencia en los labios gruesos, curvados en una media sonrisa y bien definidos; ojos almendrados, cuello estilizado y marcados pómulos que contactan con el resto de rasgos suaves que dominan el rostro.
Presenta un alto grado de detallismo y realismo a pesar de resultar inconclusa. la alta corona azulada que porta ha perdido gran parte de su brillantez, pero ha quedado bien conservada y apenas se vislumbran muescas o erosiones. la banda amarilla que sostiene la corona imita el oro, así como la imitación de la hilera de incrustaciones de piedras preciosas en tonos rojizos, azulados y verdosos. se procedió a crear de la misma manera el voluminoso collar que adorna el cuello de la reina.
OTROS DATOS DE INTERÉS
En uno de los últimos estudios realizados en 2009 por unos investigadores de Berlín, permitió descubrir que bajo la parte exterior de esta escultura se escondía un segundo rostro, aunque este más imperfecto y menos idealizado. Se cree que el escultor debió añadir otra nueva capa de yeso para adaptar las facciones de la reina a los cánones estéticos que se pusieron de moda. El rostro bajo el actual tiene arrugas en la comisura de los labios y en las mejillas, unos pómulos menos prominentes, y una nariz imperfecta.
GALERÍA DE IMÁGENES











