COMENTARIO HISTÓRICO ARTÍSTICO DE CABINAS TELEFÓNICAS
CONTEXTO HISTÓRICO
Richard Estes nace en Kewanee (Illinois) en 1932. Estudia en el Art Institute de Chicago durante cuatro años, tras los cuales comienza una carrera profesional en el mundo editorial y de la publicidad.
En 1959, se traslada a vivir a Nueva York, donde se gana la vida como ilustrador. Es aquí donde toma contacto con el mundo de a fotografía y ahorra dinero para poder realizar un viaje a España y Europa en 1962. La década de los 50 en América es la época de máximo apogeo del McCartismo y la Guerra Fría, y los años 60, la del movimiento hippy, el folk y la vida en cafés y clubs neoyorquinos. Nueva York se convierte en un hervidero cultural es los 60 y 70.
Tras su viaje por Europa, ya de regreso a ese Nueva York, muestra las obras que ha creado al galerista neoyorquino Allan Stone (Allan Stone Gallery), que le organiza su primera exposición individual en 1968, donde ya expone la obra que nos ocupa en este comentario, Cabinas telefónicas, coincidiendo con la eclosión del Pop Art en América, estilo con el que tendrá en común el gusto por la cultura popular de lo masivo, lo cotidiano y el culto por los objetos de consumo.
Estes es considerado uno de los artistas principales del movimiento hiperrealista (también conocido como fotorrealista, aunque existe controversia entre algunos autores sobre la distinción de ambas, o superrealista). Esta corriente nace en Estados Unidos a finales de los años 50 y se desarrolla entre los años 60 y 80 predominantemente, y es difundida por otros artistas como Ralf Goings, coetáneo de Estes. También podemos decir que este estilo contrasta fuertemente con las corrientes de “arte conceptual” que se desarrollan en las mismas décadas.
El hiperrealismo, que es un movimiento predominantemente pictórico y escultórico, pretende representar la realidad con la nitidez del ojo humano o como la captaría el objetivo de una cámara, por esto, se acerca a la visión de la fotografía, usándola incluso cómo material auxiliar preparatorio de las obras. También toma de esta la ordenación compositiva.
Este movimiento pretende sustituir la “idea de arte” por el “objeto de arte”, y lo lleva a cabo reproduciendo imágenes parciales y capturas al igual que haría una cámara fotográfica o el ojo humano.
Según expone Louis K. Meisel, galerista neoyorkino especializado en Hiperrealismo y pionero en la comercialización de este tipo de artistas (en cuya galería se han expuesto y vendido obras de Estes), y que escribió y codificó algunos de los principios de este movimiento, el hiperrealismo/fotorrealismo/superrealismo “utiliza la cámara y la fotografía para recopilar información, el fotorrealista utiliza medios mecánicos o semi-mecánicos para transferir la información al lienzo y el fotorrealista debe tener la capacidad técnica para hacer que el trabajo terminado parezca fotográfico.”, por lo que el pintor hiperrealista requiere una gran técnica pictórica y una clara visión compositiva.
ANALISIS FORMAL E ICONOGRÁFICO

El estilo de Richard Estes, también conocido como fotorrealismo urbano, centra su objeto de interés en la ciudad (sobre todo en Nueva York), representando escenas y rincones cotidianos de esta, prestando especial interés en la captación de los reflejos naturales y brillos de la ciudad (cristales, metales, espejos, etc.) que reflejan la luz y distorsionan las imágenes.
Para realizar sus composiciones usa distintos puntos focales (como si hubiera dispuesto varias fotografías una junto a otra) dónde tanto los objetos laterales y centrales, como los cercanos y lejanos se aprecian con la misma nitidez.
Todo esto lo podemos ver representado en su obra Cabinas telefónicas, pintada en Nueva York en 1967, donde vemos representadas varias cabinas de teléfono en línea (probablemente cabinas fotografiadas en varias calles diferentes de Manhattan y alineadas en la composición por él) dando lugar a una composición compleja.
Dominan las lineas verticales y la geometría (una geometría pictórica que sería muy difícil de captar en fotografía), pero esta geometría se desestabiliza con numerosos brillos y reflejos que confunden al espectador, haciendo de una escena urbana cotidiana un mosaico de realidades y reflejos que le dan un carácter muy complejo, casi abstracto. Además, en el reflejo se pueden reconocer referentes reales de sitios populares de la ciudad, como grandes almacenes.
La obra de Estes, enlaza con la obra de Edward Hopper, uno de sus referentes, aunque al contrario que este, Estes no tiene tanto interés por las escenas nocturnas y no dota a sus obras de ese aire melancólico o emocional que Hopper sí expresa. Además, se conoce que Estes es un admirador de la pintura holandesa del siglo XVII, y seguramente se ve influido por la minuciosidad y el detallismo de esta, sobre todo por el pintor Vermeer de Delft ya que se pueden ver paralelismos entre algunos de los cuadros de Estes y obras como Vista de Delft del pintor holandés o los Interiores de Iglesia de Pieter JanszSaenredam.
En conclusión, esta obra representativa del movimiento hiperrealista americano, nos deja ver mucho más allá de una mera representación fiel de la realidad percibida por el ojo, sino que representa un modo de vida, el ambiente de una ciudad, un realidad cambiante y desde varios prismas, y una técnica impecable.
BIBLIOGRAFÍA Y WEBGRAFÍA
https://trianarts.com/richard-estes-hiperrealismo-urbano/#sthash.MKnw1NYe.dpbs (12/04/2020)
https://masdearte.com/especiales/fotorrealismo-y-mas-alla/ (12/04/2020)
https://www.ecured.cu/Richard_Estes(12/04/2020)
https://www.meiselgallery.com/about/the-gallery/ (13/04/2020)
https://www.museothyssen.org/coleccion/artistas/estes-richard/cabinas-telefonicas (12/04/2020)LUCIE-SMITH, Edward: Movimientos artísticos desde 1945 (Barcelona, 1991)