COMENTARIO HISTÓRICO ARTÍSTICO DE LA CAPILLA SIXTINA
«La idea de este hombre extraordinario era componer en función del cuerpo humano y de sus proporciones perfectas, en la diversidad prodigiosa de sus actitudes y en la totalidad de las pasiones y arrobamientos del alma»
Giorgio Vasari
CONTEXTO HISTÓRICO
Johann Wolfgang von Goethe escribió en su diario titulado «viaje a Italia» el 23 de agosto de 1787 lo siguiente: «Sin haber visto la Capilla Sixtina, no es posible hacerse una idea cabal de lo que el ser humano es capaz de lograr. Oímos y leemos sobre personajes ilustres y egregios, pero aquí lo vemos sobre todos nosotros en todo su esplendor al alzar la vista». La reacción de Goethe en su visita a la Capilla Sixtina no distancia de la que han tenido otros personajes del gremio literario; quienes quedaron impactados ante la monumentalidad de los frescos creados por Miguel Ángel.
CONSTRUCCIÓN
Es el 8 de mayo de 1508 cuando Miguel Ángel firma el contrato de trabajo con el papa Julio II, muy a su pesar puesto que esto podía impedir que continuara con el trabajo que anteriormente había pactado con el papa: la construcción de su mausoleo en mármol y que le aseguraría a sus principales rivales escultores (como Bramante) que se mantendría ocupado y alejado de los bloques de mármol.
También se habla sobre una carta escrita en mayo de 1506 en donde se cuenta que ya existían los deseos del papa de encargarle el trabajo a Miguel Ángel; también de cómo había dudas sembradas por parte de Bramante sobre la calidad y dominio de la técnica en fresco del pintor florentino, mismos que no estuvieron tan alejados de la realidad, ya que en la primera ronda del trabajo, Miguel Ángel se enfrentó a graves errores técnicos que sin medida tuvo que reparar.
Para dar inicio a la creación de las pinturas, se hizo un andamio basado en un modelo dado por el mismo Miguel Ángel y que fue construido por su amigo y colega Piero Roselli. Primero se había propuesto uno hecho por Bramante, pero por la estructura de este, se vería la necesidad de agujerear la bóveda y maltratarla. En cambio, el ya propuesto por Miguel Ángel tenía una altura de 20 m de alto y un espacio de 16 m de anchura para una estructura central, permitiendo así al pintor poder trabajar de forma sentada o tumbada.
A los flancos de la construcción se instalaron unos escalones que ayudaron también a Miguel Ángel a poder pintar las zonas laterales y las pechinas de la bóveda; tambien en la parte superior se instaló una lona que ayudaba a que la pintura que cayera del techo no ensuciara el suelo de marmol y sobre todo, que su acomodo permitía que se siguieran celebrando misas mientras el maestro pintor trabajaba arduamente.
Para la ayuda en la construcción de la obra, Miguel Ángel solicitó que se buscara en Florencia a colaboradores que le ayudaran con la empresa. Entre las actividades a realizar por estos ayudantes se encontraban el preparar la paleta de colores y trasladar los dibujos y estampas para los muros recién lustrados. Lo que continuó era el quitar las pinturas existentes en la bóveda y sobre todo la representación de un cielo estrellado, creación del pintor Pier Matteo d´Amelia, pero también se tuvo un pequeño inconveniente, ya que se encontró una grieta en diagonal, que paralizó el trabajo en la capilla por seis meses.
Una vez comenzados los trabajos, Miguel Ángel decidió modificar el plan iconográfico presentado desde un inicio mismo que estaba compuesto por una representación de los doce apóstoles en los laterales de la bóveda y varias figuras geométricas en la franja central. Cuando se le presentó el nuevo proyecto al sumo pontífice Julio II, este le dió entera libertad al pintor de hacer lo que quisiera, que sólo quería verlo terminado. Del resto de las paredes de la capilla, se encargaron de decorarla grandes maestros del Quatrocentto: Piero Perugino, Sandro Botticelli, Ghirlandaio y Cosimo Roselli.
ESTRUCTURA
Las imágenes que ocupan la franja central de la bóveda, son un reflejo de la idea renacentista de que la historia cristiana sigue un orden cronológico iniciando con un plan divino que coronará en el fin de los tiempos. El orden de lectura de los frescos van desde la entrada de la capilla y finalizando en el altar. Las secciones en las cuales está dividida la bóveda son nueve historias basadas en el libro del Génesis y divididas en grupos de tres:
- GRUPO 1: Separación de la luz y las tinieblas/Creación de los astros y las plantas/Separación de las aguas.
- GRUPO 2: Creación de Adán/ Creación de Eva y del pecado original/ Expulsión del paraíso.
- GRUPO 3: Sacrificio de Noé/Diluvio Universal/ Embriaguez de Noé
Los cuatro registros menores están flanqueados por desnudos ó ignudi (ángeles en la tradición cristiana) sedentes que sostienen diez grandes medallones con escenas del Libro de los Reyes. Entre los lunetos de los lados mayores Miguel Ángel sitúa alternadamente a profetas y sibílas acomodados en tronos monumentales y que representan la unión entre el mundo antiguo y el cristiano; las profecías de estos personajes anunciaban la venida del salvador del mundo. Finalmente se encuentran las pechinas de los ángulos extremos, y que hacen que se enlacen las historias del centro de la bóveda y las de los laterales, narrando heróicos parajes de la historia de Israel como: Judith y Holofernes/David y Goliat/La serpiente de Bronce y el Castigo de Amán.
ESCENAS PRINCIPALES
JUDITH Y HOLOFERNES
Miguel Ángel narra en esta secuencia a un guardia dormido, Judith de su sierva y cubriendo con un paño la cabeza de Holofernes (mismo que es un autorretrato del maestro) y el cuerpo decapitado del general asirio, representando la salvación del pueblo a manos de Judith. El juego de colores que se maneja en esta escena, juega de forma maravillosa en los pliegues de los vestidos para agregarle un valor de movimiento, el amarillo presente en el vestido de la sirvienta, es el representativo de la iglesia y un buen símbolo de pureza.
PROFETA EZEQUIEL
El profeta Ezequiel es el tercero de los profetas mayores y por inspiración de Dios, es el encargado de llamar al pueblo de Israel al arrepentimiento de sus pecados y anunciarles la nueva Jerusalén. Se encuentra en las laterales, a la altura del centro y justo enfrente de la Sibila cumana. La posición del profeta muestra un gesto mirando hacia el pasado, además de su corpulencia estructura y su lenguaje corporal que interactúa con el ángel a las espaldas de él.
SIBILIA CUMANA
El origen de la Sibila cumana que plasmó Miguel ángel no es Etrusca como se cree, si no de origen griego, en donde las sacerdotistas tenían un prestigio de divinas y a un grado cercano al de los profetas bíblicos. Este mismo valor de la Sibila se relaciona con los nueve libros proféticos que contienen la historia del mundo y el anuncio del Salvador.Los colores utilizados en la escena y en la manta son en ocre, y contrastan con el paño que cubre su cabeza, pero lo que resalta más en ella, son los músculos que indican la edad avanzada de la mujer; además de confirmar el amplio conocimiento de Miguel Ángel sobre la anatomía Humana.
LA CREACIÓN DE ADÁN
De toda la gama de frescos existentes en la bóveda, la creación de Adán es la más importante y la más representativa de la Capilla Sixtina. Es además una de las obras más conocidas en el mundo de la historia del arte y en cuanto a arte sacro refiere, de las más valiosas. El relato de la Creación nunca se había logrado representar de una manera tan sencilla y fuerte como la representó Miguel Ángel, tanto que logra mostrar en un solo gesto la creación del primer hombre y la grandeza de la omnipotencia divina.
E. Gombrich escribe en su libro «La historia del Arte» que esta obra es uno de los mayores milagros en el arte, hacer que el maestro lograra con un toque de la mano divina el centro y punto cumbre la pintura y como hace ver al espectador la gloria y poder de Dios. La figura de Adán está en posición de un renacer a la vida y su lenguaje corporal contrastan con la fuerza y el vigor de la figura de Dios, que hasta en la forma de estirar su dedo índice.
La figura del padre se manifiesta a través del mando alzado por la brisa producida por el movimiento de su fuerza; los ángeles sin alas que se encuentras al fondo y que lo transportan sin alas exaltan su acto de creación, además de las barbas que muestran la madurez y sabiduría de Dios. El trabajo que Miguel Ángel realizó en la bóveda y en conjunto con el Juicio Universal pintado años después, enmarca y glorifica la grandeza de la obra del divino. Desde el Renacimiento hasta nuestros días, siempre será un ícono de orgullo para los italianos y para el mundo cristiano, además que siempre logrará la admiración de miles de personas en cada generación.
BIBLIOGRAFÍA Y WEBGRAFÍA
HISTORIA NATIONAL GEOGRAPHIC: https://historia.nationalgeographic.com.es/a/capilla-sixtina-maravilla-renacimiento_8594
CAMPS, Teresa: Miguel Ángel: Grandes maestros de la pintura. Barcelona, 2008.
PARÍS, Yvonne: «Los frescos de la bóveda de la Capilla Sixtina», Miguel Ángel. Reino Unido, 2009.
GALERÍA DE IMÁGENES