COMENTARIO HISTÓRICO ARTÍSTICO DE LA CATEDRAL DE ZAMORA
CONTEXTO HISTÓRICO
Durante la construcción de la catedral de Zamora tienen lugar los reinados de Alfonso VII de León llamado “el Emperador” (1.126-1.157) y Fernando II de León (1.157-1.188), pertenecientes a la Casa de Borgoña. Alfonso VII, hijo de la reina Urraca I de León y del conde Raimundo de Borgoña.
Teniendo en cuenta la idea imperial de Alfonso III y Alfonso VI, el 26 de mayo de 1.135 fue coronado Imperator totius Hispaniae (Emperador de toda España).
La presencia de los almorávides y los almohades en la Península Ibérica hizo que desde 1.138 Alfonso VII centrase su atención en el sur y se mantuvo muy activo a través de diversas expediciones y ataques de saqueo incitando a las poblaciones a sublevarse contra ellos.
En 1.157, los almohades recuperaron el control de la ciudad de Almería y Alfonso VII intentó reconquistarla sin lograr conseguirlo, a su regreso fallece el 21 de agosto. Su hijo Fernando le sucedió en el trono de León mientras que su otro hijo Sancho ocupó el trono de Castilla.
El rey Alfonso III, el Magno, fundó la Sede Episcopal Zamorana que los historiadores modernos datan en el año 901 y señalan, según documentos encontrados, que su primer obispo fue San Atilano. Podemos distinguir una primera etapa de la Sede Zamorana que quedó interrumpida por las devastaciones musulmanas, en este caso Almanzor, quien arrasó a Zamora en el año 988.
Se puede considerar la plena restauración de la Sede Zamorana cuando Alfonso VII a través de su tío, el Papa Calixto II, consiguió la emisión de una Bula en el año 1.120, en la cual se reconoce la Sede de Zamora como sufragánea de la archidiócesis de Toledo. El primer obispo de esta Sede después de la restauración fue Bernardo, que murió el año 1.149. Alfonso VII estimó que la capacidad del lugar para dar culto a Dios se quedaba corta y decidió ampliar dimensiones; para ello, el año 1.135 cedió, en donación hecha al obispo Bernardo, unos terrenos colindantes. El obispo Esteban sucedió a Bernardo quien ya inicia la construcción de la catedral aunque no se ha descartado que Bernardo realizara obras de preparación. Así pues su desarrollo se produce a lo largo de veintitrés años, según el epitafio del obispo Guillermo, tercero después de la restauración, que refleja la consagración de la catedral el 15 de septiembre del año 1.174.

ANÁLISIS FORMAL
La catedral se estructura en planta de cruz latina. Consta de tres naves con cuatro tramos cada una. Las dos laterales están cubiertas con bóvedas de aristas, recurso técnico utilizado en el Románico para cubrir los espacios, aportando seguridad pero sin permitir ganar mayor altura, mostrando paramentos sobrios y austeros, y capiteles sin ornamentación según la Orden de Císter. La nave central se cubre con bóveda de crucería mientras que el transepto con bóveda de cañón apuntado. Los tres ábsides originales se sustituyeron en el siglo XV por los actuales góticos.
El crucero se cubre con una doble cúpula. Su interior es semicircular gallonada, de dieciséis plementos y en su exterior es apuntada. La cubierta exterior se decora con lajas de piedra con forma de escamas de pez. La cúpula se apea sobre un tambor calado por dieciséis ventanas que originariamente estaban cerradas por vidrieras. Sus extremos se levantan cuatro torrecillas circulares rematados con apuntadas cupulillas culminadas por escamas al igual que la cúpula grande. Entre ellas se sitúan cuatro frontones triangulares con arquerías ciegas de similares características que las torrecillas y que se corresponden con los cuatro puntos cardinales. Entre la cúpula y el tambor recorre el perímetro una imposta decorada con arquería ciega.


El cimborrio, de planta circular, se apoya en las cuatro columnas centrales del crucero utilizando el sistema de transición a través de cuatro pechinas sin ningún tipo de ornamentación, mostrando sobriedad y austeridad. Acerca de la cúpula nos habla un poema de Jesús Hilario Tundidor: “Rumor de tiempo y mar, de trigo amigo, el Duero al fondo del amor te acosa y te corteja. Silenciosa rosa, callada rosa, en el azul testigo. Digo rumor de tiempo, escribo, digo alto y bello desdén. Ah, prodigiosa piedra bordada, eternidad dichosa, guirnalda fiel que condecora el trigo. Un hondo amparo de color belleza orna y comba tu altura en movimiento, jirón de luz, purísima tristeza, para en hilos de sol ser la costura, miriñaque del órgano y del viento, del pensamiento de la arquitectura”.


La Torre campanario de 45 metros de altura fue edificada en el ángulo noroccidental durante el siglo XIII, en su origen era un auténtico baluarte defensivo, debido al lugar estratégico de la ciudad situada en la vía romana de Mérida a Astorga. Desde el exterior, debido a la división por líneas de impostas apreciamos cinco cuerpos pero en su interior solo dispone de tres. Los dos pisos inferiores hacen de base y soportan el peso de la torre. La planta baja está ocupada por la capilla de Santa Inés, el primer cuerpo es macizo y no dispone de vanos, el segundo cuerpo tampoco dispone de vanos, es una sala dividida en dos alturas por un suelo de madera, el piso superior fue cubierta con bóveda de cañón apuntada. Desde esta sala se accede al tercer cuerpo a través de una escalera de caracol, el cual se estructura en dos niveles separados por un entramado de madera que la convierten en una gran sala de campanas de tres alturas: La primera altura con un solo vano para cada frente de la torre, en la segunda altura dos son los vanos por frente y en la tercera, tres vanos abiertos en cada uno de sus frentes.

La portada dispone de un gran arco de medio punto flanqueado por dos pares de semicolumnas de estilo corintio que sostienen un entablamento rematado en un frontón triangular con cuatro pináculos decorativos piramidales. En el centro del frontón un relieve del Salvador procedente de la antigua portada perdida. Le sigue un pequeño atrio cubierto justo antes de entrar en la iglesia.
El claustro original fue destruido por un incendio el 23 de junio de 1.591 durante una procesión claustral en dicha víspera por San Juan. El actual es clasicista del siglo XVI, fue trazado por Juan de Ribero Rada (1.592) y construido por Juan y García de la Vega y Juan y Hernando de Nates (1.603).

ANÁLISIS ICONOGRÁFICO
En el perímetro de la catedral encontramos diferentes capillas:
La Capilla Mayor cuenta con el Retablo Mayor, situado en la nave transversal gótica que sustituyó a la cabecera románica, alberga el relieve de mármol de Carrara de la Transfiguración de Cristo. El presbiterio que precede al ábside, está formado por tres tramos, los laterales, ocupados a la izquierda por el Retablo de Nuestra Señora de la Majestad realizado por Juan Falcote. A la izquierda encontramos el retablo del Santo Cristo, imagen de 1.546 de Cristo Crucificado con fondo de una pintura de un paisaje, atribuida al escultor Arnao Palla.
Las capillas de San Miguel o del Santísimo, San Nicolás, San Pablo, Santa Inés, San Ildefonso o del Cardenal Mella, San Juan Evangelista y San Bernardo fueron construidas entre los siglos XIV Y XVII.
El Coro fue construido en madera de nogal muy a principios del siglo XVI por el taller de Juan de Bruselas y representa en los respaldos de la sillería alta una serie de santos de la iglesia, además de a Jesús y a los Apóstoles y en la sillería baja encontramos a profetas y personajes del Antiguo Testamento. En el sitial del obispo la representación la tiene Cristo Salvador titular del templo.
Merece ser destacada la Portada del Obispo, conservada original en su estilo románico. Se divide en tres cuerpos y tres calles. La portada se decora con cuatro archivoltas abocinadas con sus particulares rollos zamoranos. Flanqueando la portada encontramos dos alargados nichos en arco de medio punto con los tímpanos decorados. En el tímpano de la izquierda se representa a San Pablo y San Juan Evangelista, ambos con libros abiertos, en actitud de ir andando y hablando entre ellos. El tímpano de la derecha está ocupado por un grupo escultórico formado por la Virgen Sedente con el Niño Jesús en sus rodillas (María como Madre de Dios). La flanquean dos ángeles turiferarios.




CURIOSIDADES
Fue declarada Monumento Nacional por Real Orden de 5 de septiembre de 1889.
Es la más pequeña y antigua de las catedrales de Castilla y León.
BIBLIOGRAFÍA Y WEBGRAFÍA
FERRERO FERRERO, Florián: “El claustro antiguo de la Catedral de Zamora”, Studia Zamorensia, Vol. XIV, 2015. pp. 33-51.
GARCÍA MARTÍNEZ, Jesús: Historia de la Santa Iglesia Catedral de Zamora. Zamora, 1.904.
HILARIO TUNDIDOR, Jesús “A la cúpula de la Catedral de Zamora” en Tejedora de azar (poemas exentos), 1995.
RIVERA DE LAS HERAS, José Ángel. La Catedral de Zamora. Salamanca, 2001.
“Introducción Histórica”, Estatutos del Cabildo Catedral de Zamora. Zamora, 1991.