COMENTARIO HISTÓRICO ARTÍSTICO DEL CONVENTO DE SAN ANTONIO DE MONDÉJAR
El Convento de San Antonio en Mondéjar fue declarado Monumento Nacional en 1921, por imperativo de la disposición adicional primera de la Ley 16/1985 de Patrimonio Histórico Español es considerado Bien de Interés Cultural. Este monumento posee un valor histórico-artístico incalculable, siendo una de las primeras construcciones de estilo renacentista en España – aunque hay algunos autores defienden incluso que fue la primera –.
Como ya comentamos cuando hablamos de la Iglesia de Santa María Magdalena, también en Mondéjar, la familia Mendoza fue imprescindible a la hora de introducir las formas renacentistas en España. No obstante, cabe puntualizar que el Renacimiento en España no tiene un carácter puramente clasicista, pues se mezcla con las características propias del estilo gótico imperante.
Introduciéndonos un poco en el contexto histórico, a finales del siglo XV, España tiene una de las monarquías más estables de toda Europa y el formato artístico predominante es el gótico. Las grandes construcciones que se han realizado durante el siglo XV y se continúan realizando durante parte del siglo XVI, son en su mayoría góticas.
Las construcciones patrocinadas por los Reyes Católicos tenían consolidado este estilo y los nobles lo harán perdurar en el tiempo debido al afán que había de que sus propias edificaciones fueran lo más parecidas posibles a las de los monarcas. Este afán por construir los monumentos con el citado estilo no significa que no se introdujeran las nuevas formas provenientes de Italia, sino que fueron implementándose principalmente en elementos ornamentales.
Con el paso del tiempo, a mediados del siglo XVI, ya se pueden observar algunas construcciones en el territorio español de carácter puramente clasicista como se puede observar, por ejemplo, en la Sacra Capilla del Salvador en la ciudad de Úbeda. Por ello, el Renacimiento español tiene un lenguaje mixto en su introducción en la Península, con formas a la par góticas y renacentistas.
La relevancia de la familia fundadora junto a los arquitectos que intervinieron, hace de esta obra arquitectónica una pieza fundamental a la hora de estudiar y entender la introducción de este estilo en la Península Ibérica.
La obra comienza en el año 1489, mandada construir por el segundo conde de Tendilla, don Íñigo López de Mendoza (primer marqués de Mondéjar) tras conseguir la bula para levantar un convento para frailes de la Orden de San Francisco en la villa de Mondéjar, después de su reciente viaje a Italia.
Fue en este reciente viaje a Italia donde don Íñigo López de Mendoza pudo empaparse de la cultura artística que se estaba creando allí, quedando impresionado por las nuevas fórmulas renacentistas. De esta forma, a su vuelta a España trajo consigo ese gusto por lo antiguo, lo clásico, que se convirtió en el ahora denominado Renacimiento italiano.
Para la construcción del convento hizo llamar a Lorenzo Vázquez de Segovia, quien conocía las nuevas formas que en Italia se estaban dando. De esta forma, habría sido Lorenzo Vázquez, de mano de la familia Mendoza, quien habría introducido las primeras líneas renacentistas al estilo italiano.
No obstante, no introdujo formas estructurales propias de este estilo, sino que se fijó en la parte más ornamental del mismo, “disfrazando” los edificios de tradición hispana con ornamentos puramente renacentistas.
Esto se puede apreciar perfectamente en el Convento de San Antonio, del cual en la actualidad no queda más que la portada principal y el hastial de la cabecera. Sin embargo, esto es suficiente para observar cómo Lorenzo Vázquez crea una obra que, visualmente – no estructuralmente –, en la que ya se encuentran elementos distinguibles de este nuevo estilo. La portada está formada por un arco semicircular con arquivoltas que han sido decoradas con motivos naturales, como rosetas u hojas.
El entablamento está finamente decorado con motivos de delfines y querubines; justo por debajo de un arco escarzano donde se encuentra representada la Virgen con el Niño en brazos sobre un medallón circular de fondo avenerado. Este fondo es verdaderamente llamativo debido a que recuerda más a la diosa Venus, a la que se identifica con este elemento tradicionalmente.
Además, el hecho de que esté rodeada por cornucopias de la abundancia y cintas simbolizando el triunfo, parece relacionar el mundo clásico con la victoria de la Virgen, así como de los Mendoza. Remata la portada un tímpano que está decorado con candeleros y formas vegetales.
Por otro lado, también se ha relacionado a Pedro Machuca – arquitecto de renombre del estilo renacentista en España –, con esta obra. El arquitecto toledano habría intervenido en algunos detalles de la ornamentación ya comentada.
En cuanto al testero, se conservan en él tres escudos correspondientes a la familia Mendoza que están orlados con coronas de laurel, elemento puramente clasicista. Por todo ello, se puede observar cómo esta portada – y la escasa decoración interior conservada – incluye elementos puramente italianos y, con ello, configura una de las primeras aportaciones de este estilo en España.
El edificio sufrió grandes pérdidas a lo largo de la historia debido a diferentes conflictos que se sucedieron en el país como la Guerra de la Independencia – acogiendo a los mandos franceses –, la Desamortización de Mendizábal en 1836 – siendo desprovisto de parte de sus riquezas y quedando en el olvido –, la Desamortización de Madoz en 1851 – con la venta de los pocos bienes que aún se conservaban y quedando en muy mal estado – y la construcción de la Plaza de Toros de la villa con las piedras del convento en 1916.
Sería en 1921 cuando Alfonso XIII declaró Monumento Nacional el Convento, ante la posibilidad de que se perdiese lo poco que quedaba de él. Sin embargo, el edificio continuó en ruinas y fue incluido en la Lista Roja del Patrimonio de Hispania Nostra el 2 de diciembre de 2007 por el pésimo estado de conservación del edificio, totalmente abandonado y en ruinas.
En el año 2014 el Ayuntamiento de Mondéjar adquiere el convento por 75.000€ y en 2015 se lleva a cabo la restauración. Gracias a esta intervención, se consiguió rehabilitar gran parte del edificio – centrándose sobre todo en la portada, el testero y la rehabilitación del exterior -.
El 13 de noviembre de 2015 se incluyó en la Lista Verde del Patrimonio de Hispania Nostra por la rehabilitación de la fachada, consolidación, restauración y acondicionamiento del entorno. El impresionante trabajo de restauración fue llevado a cabo por las restauradoras María Campoamor Martínez y Cecilia Hernández de la Torre.
BIBLIOGRAFÍA
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