COMENTARIO HISTÓRICO ARTÍSTICO DEL CRISTO DEL PERDÓN
ANÁLISIS FORMAL
Luis Salvador Carmona, nos presenta una talla de madera policromada de carácter procesional. Este tipo de imágenes fueron muy común durante el barroco español, especialmente en los tres principales focos escultóricos del país: Castilla, Andalucía y Levante. En este caso, habría que localizar la talla dentro de la orbe de la escuela castellana, aunque no se puede negar influencias externas de la escuela andaluza, ya que, Salvador Carmona desarrolló casi toda su producción en Madrid, donde conoció artistas de diversa procedencia.
Nos encontramos ante una imagen de Cristo doliente y sufriente, en genuflexión sobre un globo terráqueo. Son visibles las cinco llagas del cuerpo de Jesús, que fueron producidas durante la Pasión y Muerte. Además, presenta los atributos de la corona de espina y la soga, signos indisolubles del proceso pasionista. Los ropajes se presentan sobre el globo terráqueo, estando la imagen únicamente provista de un sudario mixto, que combina los recursos del nudo y la cuerda. Destaca el virtuosismo técnico de la talla, así como su perfección anatómica.
ANÁLISIS ICONOGRÁFICO
A priori podríamos pensar que la iconografía de la imagen está relacionada con el proceso pasionista de Jesús, sin embargo, estamos ante una imagen alegórica, basada en las sagradas escrituras. El Cristo del Perdón es una representación del Varón de Dolores, basada en una visión del profeta Isaías, quien vio a Cristo: “Despreciado y desechado entre los hombres, varón de dolores, experimentado en quebranto; y como que escondimos de él el rostro, fue menospreciado, y no lo estimamos”.
El apogeo de las representaciones artísticas de Cristo como Varón de Dolores se desarrolló a partir del siglo XV, cuando Alberto Durero realizó algunos grabados que ilustraron la iconografía mencionada. En esta primera versión aparece Cristo, junto a la cruz, mostrando las llagas, mientras dirige los brazos al cielo. La sangre que brota de sus llagas sirve para redimir el pecado original de Adán y Eva. Se puede considerar que esta imagen fue tomada como referente por los artistas del barroco español, ya que, estas estampas viajaron y se popularizaron rápidamente por toda Europa, sin embargo, será en este país donde la iconografía desarrolle particularidades propias.
En la imagen vallisoletana no vemos a Cristo de pie, sino en genuflexión. Sabemos que Manuel Pereira, escultor portugués afincado en Madrid, realizó una interpretación del mismo tema en el que Cristo ya aparecía arrodillado. Desgraciadamente, esta imagen fue destruida durante la Guerra Civil española. Sí se conserva el Cristo del Perdón que Bernardo del Rincón realizó para la iglesia vallisoletana de San Quirce y Santa Julita en 1656, que sigue los postulados de la de Manuel Pereira.
Otra novedad sería la inclusión del globo terráqueo como peana de la propia imagen. Este recurso fue utilizado por primera vez por Pedro Roldán, en la imagen del Cristo del Perdón que se conserva en la iglesia de Santa María la Mayor Coronada de Medina Sidonia (Cádiz), realizada en 1679. Sin embargo, Salvador Carmona, es el gran desarrollador de este atributo, llevándolo a unas dimensiones mayores. Esto hizo posible que el globo terráqueo se utilizara para representar otros pasajes bíblicos relacionados con el pecado original. En este caso podemos ver representaciones de Adán y Eva ante el árbol prohibido, el castigo de Sodoma y Gomorra o el Diluvio universal.
El mensaje de la imagen es claro: Cristo, se presenta como redentor del pecado original. La sangre de su martirio, que brota de sus llagas y recorre todo su cuerpo, sirve para limpiar los errores de los hombres, por lo que Cristo es la única vía para la salvación de las almas.
OTROS DATOS DATOS DE INTERÉS
Hasta tres imágenes del mismo estilo llegó a realizar durante su vida Salvador Carmona para las localidades de La Granja (1751), Atienza (1753) y Nava del Rey (1756-1757). Se puede afirmar que la imagen de Nava del Rey, como la de Atienza, son versiones del propio artista de la homónima que realizó para la iglesia de Nuestra Señora del Rosario de La Granja de San Ildefonso. La imagen despertó una gran admiración en la reina Isabel de Farnesio, quien costeó el retablo donde se cobijaría. El éxito de esta escultura, hizo que se repitiese el modelo para las localidades de Atienza y Nava del Rey, en las que las variaciones estilísticas son mínimas. En 1768, Juan Antonio Salvador Carmona, sobrino de Luis Salvador Carmona, realizó un grabado de la escultura de La Granja, que ayudó a difundir el modelo creado por su tío.
OTRAS VERSIONES DEL CRISTO DEL PERDÓN
GALERÍA DE IMÁGENES