COMENTARIO HISTÓRICO ARTÍSTICO DEL CRISTO VELADO
CONTEXTO HISTÓRICO
El Cristo velado de Giuseppe Sanmartino, es una de las obras escultóricas más celebradas de la Historia del Arte mundial. Preside la nave de la Capilla Sansevero, en el casco histórico de Nápoles. Según la tradición popular el origen de esta capilla habría que situarlo en un acontecimiento milagroso, en el que la fachada de la calle se derrumbó al paso de un ladrón en huida, descubriendo una pintura mural antiquísima de la Pietà, de ahí que el templo esté consagrado a Santa María de la Piedad. Sin embargo, la tradición popular choca frontalmente con las crónicas de la época.
En la noche del 17 de octubre de 1590 se produjo un terrible crimen que conmocionó a toda la ciudad napolitana. Carlo Gesualdo, célebre compositor del momento, apuñaló y asesinó a su esposa Maria D’Avalos y, al amante de esta, Fabrizio Carafa, arrojando sus cuerpos ensangrentados por la ventana. Los cadáveres, pronto, despertaron el interés de los perros y alimañas callejeras, que devoraron los cuerpos sin demora. A la mañana siguiente, el estado de los cuerpos horrorizó a los lugareños que no dejaban de hablar del suceso. Superado el dolor de lo acaecido, Adriana Carafa della Spina, madre del asesinado y esposa – en segundas nupcias – de Giovan Francesco di Sangro, I Príncipe de Sansevero, decidió levantar una capilla expiatoria dedicada a la Virgen de la Piedad como medio de intercesión divina para la salvación del alma de su hijo.
Con el transcurso de los años esta capilla, que estaba conectada por un corredor superior al Palacio Sansevero, se fue remodelando y decorando paulatinamente, convirtiéndose en el Mausoleo de la familia. El aspecto que presenta el templo en la actualidad fue ideado por Raimondo di Sangro, VII Príncipe de Sansevero, que destacó por sus conocimientos técnico-científicos, sus gustos esotéricos y su vinculación a la francmasonería. En realidad, el mensaje iconológico de la capilla no se entiende sin tener en cuenta el particular ideario del aristócrata italiano.
La nave del templo se presenta como un recorrido iniciático o un camino espiritual a seguir por todo masóna lo largo de su vidapara alcanzar la Sabiduría. El dibujo del pavimento del suelo explicitaba un laberinto enmarañado, en el que solo había un camino posible que conectaba las virtudes o alegorías de la capilla en un orden concreto: Decoro, Generosidad, Celo de la Religión, Suavidad del yugo conyugal, Modestia, Desengaño, Sinceridad, Dominio de sí mismo, Educación y Amor Divino. Desgraciadamente, el pavimento original quedó dañado en 1889 por el derrumbe del puente que conectaba el mausoleo y el palacio, siendo sustituido por un suelo cotto, típicamente napolitano, con los colores de la familia Sangro, por lo que el mensaje del templo quedó parcialmente desvirtuado.
Asimismo, el templo se resuelve en tres niveles: una cámara subterránea, la capilla y una zona superior, analogía de la Muerte, la Vida y el Paraíso. Se conoce que la intención original de Raimondo di Sangro era que el Cristo velado fuese el elemento central de la cámara subterránea, en la que estaría iluminado por lámparas perpetuas ideadas por él mismo, sin embargo, la obra se encuentra actualmente en el centro de la nave de la capilla, desconociéndose si realmente alguna vez estuvo en el subsuelo de la misma.
ANÁLISIS FORMAL
Raimondo di Sangro, se rodeó de los mejores artistas del momento para la realización de las nuevas obras del templo. Nombres de fama internacional como Antonio Corradini, Francesco Queirolo, Francesco Celebrano o Giuseppe Sanmartino, están vinculados a la capilla.
El Cristo velado fue encargado, en principio, a Antonio Corradini, autor del boceto original en terracota de la obra, sin embargo, la muerte repentina de este obligó a redirigir el trabajo a Giuseppe Sanmartino, quien finalmente se encargó de la ejecución del mismo siguiendo las escrupulosas pautas del contrato. A pesar de la reputación de los artistas que trabajaban en la capilla Sansevero, el Príncipe Raimondo, dejaba poco a la imaginación de los mismos, ya que, a través de dibujos y otras directrices especificaba todos los pormenores de las obras, con el objetivo fundamental de que su mensaje no quedase desvirtuado.
Las principales normas para el Cristo velado fueron que la escultura debía estar realizada en un solo bloque de mármol y cubierta por un velo uniforme que cubriese la totalidad del cuerpo. Gracias a un documento conservado en el Archivo Histórico del Banco di Napoli, se conoce que Sangro dejó en depósito cincuenta ducados a favor del artista, aunque, finalmente, el coste total de la escultura ascendió a la considerable suma de quinientos ducados.
Giuseppe Sanmartino, nos presenta un Cristo yacente de tamaño natural, recostado delicadamente sobre un túmulo funerario negro que resalta la tonalidad blanquecina de la figura principal. La rigidez formal se rompe gracias a la incorporación de dos almohadones que levantan la efigie de Cristo, cuyo rostro vira a la derecha. La desnudez de la figura se suaviza por el velo que cubre completamente el cuerpo. Se reconoce la influencia clásica de la técnica de los paños mojados, por lo que apreciamos casi la totalidad de la anatomía, especialmente el rostro.
Sin embargo, la armonía, el ritmo o la cadencia clásica se ven alteradas por el efectismo barroco, deudor de las formas berninescas, que busca esencialmente conmover al espectador desde la primera lectura. La magistral ejecución del velo, que incide en la sensación traslucida del mismo, eleva la solución de Sanmartino a las copas más altas de la escultura mundial. Junto a los pies de Cristo podemos apreciar los instrumentos de la Pasión de Cristo: la corona de espinas, las pinzas y los clavos.
ANÁLISIS ICONOGRÁFICO
La escultura se fundamenta en el pasaje bíblico de la Pasión de Cristo, en el que Cristo yace sobre el sepulcro, una vez ha sido descendido de la Cruz. Es una de las representaciones más clásicas del arte cristiano, en la que se resalta especialmente el patetismo de la figura de Cristo, para incidir en la conmoción del espectador y despertar el aspecto devocional. No es extraño que aparezca esta iconografía en el centro de la nave de la capilla Sansevero, ya que, el templo sirve como mausoleo familiar, sin embargo, no debemos pasar por alto la intención original de Raimondo di Sangro, que pasaba por ubicar la escultura en la cámara subterránea, ideada para albergar los restos de los familiares venideros, por lo que la intencionalidad de la obra es clara.
El velo de la figura ha sido el centro de numerosas especulaciones. Durante mucho tiempo se creyó que la tela no estaba realizada en mármol, debido a su magistral ejecución, y que era fruto de un proceso de calcificación que permitía transformar la tela en mármol. En consecuencia, se pueden encontrar escritos que hacen referencia al método de la marmorizzazione, que, según estas teorías, es un proceso secreto y alquímico ideado por el propio Raimondo di Sangro. Sin embargo, en la actualidad, no se tiene ningún tipo de dudas sobre el material del velo, que no es otro que el mármol. En cualquier caso, la leyenda del velo incide en el aura de misterio que caracteriza el lugar.
BIBLIOGRAFÍA Y WEBGRAFÍA
BACCALARIO, Pierdomenico: La leyenda del príncipe alquimista. Madrid, 2002.
CABRERIZO, Jorge: Di Sangro: Señor de Nápoles. Granada, 2010.CATELLO, Elio: Giusepe Sanmartino (1720-1793). Nápoles, 2004.
CAUSA PICONE, Marina: La cappella Sansevero. Nápoles, 1959.
CIOFFI MARTINELLI, Rosanna: La cappella sansevero. Arte Barocca e ideologia massonica. Nápoles, 1994.
MUSEO CAPPELLA SANSEVERO: Cristo velato: la leggenda del velo. https://web.archive.org/web/20131012085553/http://www.museosansevero.it/cappellasansevero/cristovelato/leggendadelvelo.html (Consulta: 18/04/2018).
MUSEO CAPPELLA SANSEVERO: Cristo velato: il capolavoro. https://web.archive.org/web/20131024144747/http://www.museosansevero.it/cappellasansevero/cristovelato/capolavoro.html (Consulta: 18/04/2018).
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