COMENTARIO HISTÓRICO ARTÍSTICO DE LA CÚPULA DE LA ROCA
ANÁLISIS DE LA OBRA
Edificada en Jerusalén, concretamente en la explanada de Haram al-Sharif, la Cúpula de la Roca es el monumento islámico más antiguo que se conserva y sirvió como carta de presentación por parte de la dinastía Omeya.
La Cúpula de la Roca es un edificio levantado con una clara intención monumental cuyo principal propósito era conmemorar la victoria del Islam frente al cristianismo y judaísmo. Fue el primer gran edificio arquitectónico islámico que compitió con las edificaciones cristianas. La construcción parte del cubrimiento de una gran roca que emergía del suelo.
Este monumento presenta una disposición muy interesante al aparecer acotando la gran explanada, creando en la parte superior una nueva plataforma regularizada a la que se accedía a través de cuatro escalinatas con arquerías. El edificio es de planta centralizada, elemento que nos remite de manera clara e inmediata a la tradición arquitectónica bizantina. Por lo tanto estamos ante una planta octogonal con un doble ambulatorio articulado con unas arquerías que apean sobre columnas y pilares.
El doble ambulatorio cierra el espacio central de forma circular que se organiza en torno a la gran roca emergida del suelo y que es objeto de veneración. En alzado la estructura aparece muy bien definida. De esta manera destaca un primer nivel para el ambulatorio y el espacio centrado se concibe como una gran cúpula con un tambor cilíndrico de primer nivel apoyada en cuatro pilares y doce columnas. Las columnas son de mármol y junto a los capiteles fueron tomados de otros edificios. La cúpula tiene unos 20 metros de diámetros por 25 de altura y está revestida por placas de metal.
El edificio está ricamente decorado, especialmente en la zona superior. Originalmente el exterior aparecía decorado con mosaico y mármol, sustituido en período otomano por baldosas turcas de gran calidad. Sin embargo sigue habiendo ejemplo de mosaicos en la parte superior de los pilares, intradoses, en algunas enjutas y en los dos tambores. Los mosaicos conservados resultan de capital importancia para entender el desarrollo posterior de esta técnica dentro de la cultura islámica: el primero es el uso no realista de formas realistas y el segundo la combinación no naturalista de formas naturalistas. Muchas veces la decoración estaba sujeta a cambio, y de esta forma-y si el artista lo estimaba oportuno- el tronco de un árbol podía pasar a convertirse en un mueble con piedras preciosas incrustadas.
Finalmente destacar de nuevo su bella cúpula, fijando la atención en cómo sobresale del octógono, de una manera totalmente diferente de San Vitale de Rávena o Aquisgrán. El diseñador de la cúpula la realizó de manera que fuera más atractiva y llamativa en su exterior que en su interior.
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