COMENTARIO HISTÓRICO ARTÍSTICO DE LA CUSTODIA DE LA CATEDRAL DE SEVILLA
CONTEXTO HISTÓRICO
Juan de Arfe (1535-1603) nació en León y perteneció a una familia reputada de plateros. La dinastía parte desde su abuelo, Enrique de Arfe, que realizó las custodias góticas de León, Córdoba o Toledo. Su padre, Antonio de Arfe, fue un grabador que introdujo las formas renacentistas en la orfebrería y que realizó otras custodias como la de Santiago de Compostela.
En España aún estaba presente el estilo gótico que tanto impulsaron los Reyes Católicos como estilo nacional, los elementos italianizantes fueron penetrando poco a poco con artistas como Juan de Arfe que entiende que no sólo tiene que reflejarse este gusto en la arquitectura formal sino también en la orfebrería, como ya inició su padre en sus obras.
Con 25 años ya trabaja para la catedral de Valladolid, ciudad platera a la que se había trasladado su familia. Realiza su primera obra, una cruz labrada de plata. La primera custodia que realiza es la de la catedral de Ávila (1564-1571), aún sobresalen los valores arquitectónicos a los decorativos.
En 1580 gana el concurso al reputado toledano Francisco de Merino para realizar la custodia de la catedral de Sevilla bajo las directrices de Francisco Pacheco. Posteriormente, se traslada a Valladolid de nuevo para realizar la custodia de la catedral de la ciudad entre 1587 y 1590, donde sigue el modelo sevillano, aunque de menor tamaño y sencillez.
También se le atribuyen custodias como las de Segovia, que nunca se finalizó, y la de Burgos, que es de dudosa atribución, ya que no sigue los parámetros de su estilo. Continuará en Burgos muchos años, realizando otras custodias como las del convento del Carmen (1592). Esta obra nos permite conocer la situación del artista en este tiempo, ya que mantuvo un pleito para reclamar el reconocimiento social de su obra frente a cualquier otra de factura artesanal. Defendía que la escultura de plata u oro debería figurar en primera línea frente a las otras artes. Le ofendía que lo trataran de platero, él consideraba que era “escultor de oro y plata y arquitecto, oficios muy distintos del oficio de platero”.
Ya finalizando su vida, en 1595, trabaja en la Casa de la Moneda de Segovia. Esto le permite acceder a las élites e incluso recibir encargos de Felipe II, Felipe III y el duque de Lerma. En 1603 falleció en Madrid dejando inconclusa la obra que le encargó el duque para el panteón familiar del convento de dominicos de San Pablo de Valladolid.
Por tanto, la vida de Juan de Arfe no es más que el reflejo de una sociedad cambiante, que comienza el siglo XVI aún anclada en conceptos góticos para ir evolucionando y llegando a captar a las elites y la realeza en el estilo renacentista que viene heredado de los tratados de Serlio.
ANÁLISIS FORMAL
El cambio fundamental para el estilo de Juan de Arfe fue su traslado en 1579 a Sevilla para el encargo que le hace la catedral. Durante su estancia asimila muy bien los conceptos de los tratados de Serlio reflejados en las obras de Hernán Ruiz, el joven que conoce de primera mano. Además, también contó con el control del canónigo, Francisco Pacheco. No confundir con el pintor, se trata de su tío. Otra gran influencia fue su colaborador, Juan de Minjares, que había trabajado en la catedral de Sevilla desde 1583 y contaba con numerosos tratados y libros de Serlio, Alberti o Vitrubio, que sin duda llegaron a manos de Arfe.
Además, contactó con grandes plateros coetáneos a él como Francisco de Merino, con el que compitió para conseguir el concurso, o con Francisco de Alfaro, autor de otra de las custodias de la catedral de Sevilla, conocida popularmente como “la chica” y que porta la reliquia de la Santa Espina en la procesión del Corpus Christi.
En cuanto a la obra que estamos analizando, la custodia de Sevilla cuenta con cuatro cuerpos, sustentados el primero por el orden jónico, el segundo por el corintio y los dos últimos por el orden compuesto con plantas circulares, basándose en las teorías de Alberti que defienden que la forma más perfecta es el círculo. Por lo que viene a ser la representación idónea para la estructura que albergue a Dios Sacramentado. Pese a que ya había introducido este elemento en uno de los cuerpos de la custodia de Ávila, aquí parece que asimila toda la obra de Bramante, como es la construcción de San Pietro in Montorio, y la manifiesta al completo.
Los soportes son columnas pareadas, siendo las externas a modo de peristilo que sustentan entablamentos de ritmos alternos, mientras que en el interior siguen el modelo serliano, sustentando arcos de medio punto entre dinteles, colocando hornacinas con veneras entre las columnas.
ANÁLISIS ICONOGRÁFICO
Una de las necesidades de tener una nueva custodia en la catedral de Sevilla fue la de adaptarse a los tiempos de la Contrarreforma y que se ajustara a las nuevas tendencias aprobadas en el Concilio de Trento. A través de estas enseñanzas, se pretendía difundir el conocimiento de pasajes bíblicos que no estaban al alcance de una población que no sabía leer y que estaba empezando a ser condicionada por las teorías protestantes iniciadas por Lutero.
Como dijimos anteriormente, el amplio programa iconográfico fue planteado por el canónigo Francisco Pacheco. Que se desarrolla de la siguiente manera.
Primer cuerpo: Se representa a la Iglesia militante. San Pedro, San Pablo, la Sabiduría y el Entendimiento se encuentran en el interior del cuerpo, queriendo destacar que son las figuras principales. En un inicio, la Fe iba al centro, pero la reforma realizada en el siglo XVII la eliminó de esta zona. En el exterior y por debajo de las figuras anteriores, aparecen San Ambrosio, San Gregorio, San Jerónimo, San Agustín, Santo Tomás y San Dámaso, doctores de la Iglesia. La carga iconográfica de este cuerpo no se limita a las esculturas, sino que éstas se sustentan sobre 36 relieves (18 del Antiguo Testamento y 18 del Nuevo Testamento), todos vinculados a escenas relacionadas con la Eucaristía. Para cerrar la carga simbólica, en la parte superior se representan en hornacinas las figuras de los sacramentos.
Segundo cuerpo: Lo preside el motivo principal de la custodia, la Eucaristía con el viril para colocar la Hostia consagrada rodeada de los cuatro evangelistas. Al exterior y a un nivel más bajo, los patrones de la ciudad colocados por pareja y mirando hacia Dios Sacramentado, las parejas son las siguientes: Santa Justa y Rufina, San Isidoro y San Leandro, San Hermenegildo y San Sebastián, San Servando y San Germán, San Carpófono y San Laureano, y San Florencio y San Clemente.
Tercer cuerpo: Figura la Iglesia triunfante, en el interior se representa una escena del Apocalipsis con la escultura del Cordero recostado sobre el libro de los siete sellos con los símbolos del tetramorfos (los cuatro evangelistas). El basamento está repleto de escenas vinculadas al sacrificio de Cordero como símbolos de la Eucaristía.
Cuarto cuerpo: Representación de la Trinidad, Padre e Hijo sentados bajo un arco que corona el Espíritu Santo.
Quinto cuerpo: Hoy reformado, en principio estaba rematado por una pirámide sobre la que iba una esfera coronada por la cruz.
Como decimos, ha sufrido algunas reformas siendo la de 1668 la más importante en la que se añade en el primer cuerpo un basamento y 12 jarras, colocando la imagen de la Inmaculada en el lugar de la Fe que pasó a situarse coronando la torre a modo triunfante.
La obra de Juan de Arfe no termina en la propia custodia, sino que se ve en la obligación de realizar un folleto, Descripción de la traça y ornato de la custodia de plata de la Sancta Iglesia de Sevilla, en el que explicara toda la iconografía del conjunto para su mejor lectura.
BIBLIOGRAFÍA
DE ARFE, Juan: De varia commesuracion para la escultura y architectura. Madrid, 1806.
GÁMEZ CASADO, Manuel: El grabado de la custodia de la catedral de Sevilla de Lucas Valdés y Benoît Farjat. Antigrama, nº 30, 2015. Pp. 261-273.
HEREDIA MORENO, María del Carmen: Juan de Arfe Villafañe y Sebastiano Serlio, Archivo Español de Arte, nº 304, 2003. Pp. 371-388.
SÁNCHEZ CANTÓN, Francisco Javier: Los Arfes. Escultores de plata y oro (1501-1603). Madrid, 1920.
SÁNZ SERRANO, María Jesús: Juan de Arfe y Villafañe y la custodia de la catedral de Sevilla. Sevilla, 2006.
SÁNZ SERRANO, María Jesús: La custodia de la catedral de Sevilla. Universidad de Sevilla, 2010.
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