Dánae

Ficha técnica

Título: Dánae
Autor: Rembrandt Harmenszoon van Rijn
Cronología: 1636
Estilo: Barroco
Materiales: Óleo sobre lienzo
Ubicación: Museo del Hermitage, San Petersburgo, Rusia
Dimensiones: 1,85 m x 2,03 m
Escrito por: Victoria López

COMENTARIO HISTÓRICO ARTÍSTICO DE DÁNAE

CONTEXTO HISTÓRICO

Dánae, obra del pintor Rembrandt Hermenszoon van Rijn, fue realizada en 1636 en óleo sobre lienzo, y se encuentra actualmente en el Museo Hermitage, San Pertersburgo, Rusia.

Cabe destacar la época en la que nos encontramos, cuya mayor parte de las obras se realizaban sobre encargos de burgueses que solicitaban escenas religiosas. Sin embargo, aunque con menor frecuencia, había excepciones, es el caso de la obra ante la cual nos encontramos.

Rembrandt desarrolla el estilo barroco dentro de la escuela flamenca. La relación de la pintura flamenca con el mercado del arte es muy importante desde finales del siglo XVI. Es el mercado del arte lo que provoca una especialización de la pintura, pasando de primeras representaciones de episodios bélicos, flores, bodegones o retratos, a grandes composiciones de pintura de género, paisajes, naturaleza muerta, religión o mitología.



ANÁLISIS DE LA OBRA

La escena representa una de las historias mitológicas recogidas en la obra del poeta Ovidio, Metamorfosis:

 Cuenta la mitología como Acrisio, rey de Argos del Peloponeso, preocupado por su descendencia acude a un Oráculo. El Oráculo advierte a Acrisio de que su hija Dánae dará a luz a un hijo que acabará con la vida del rey. Acrisio decide encerrar a Dánae en una torre con la intención de apartar a la joven de todo contacto con el exterior, evitando así que se cumpliera la profecía. 

Sin embargo, Zeus, dios del Olimpo, encaprichado por Dánae, decide metamorfosearse en lluvia de oro y penetrar en la torre cayendo sobre el regazo de la muchacha. Dánae quedará embarazada tras este encuentro. 

Acrisio tras conocer la noticia, emplea un castigo popular en aquella época, lanzar al bebé al mar. En esta ocasión, madre e hijo viajarán juntos en un arcón, y ayudados por Poseidón, dios del mar, llegarán a la isla de Séfiros donde serán socorridos por el pescador Dictis. Finalmente, el hijo de Dánae crecerá, convirtiéndose en uno de los mayores héroes de la mitología, Perseo.

Esta metamorfosis, según expone el autor, sugiere una alegoría que, para reivindicar Zeus su poder, elige la lluvia dorada como elemento todopoderoso, quedando por encima de la mortalidad de Dánae. Tanto es así, que pudiera interpretarse que los personajes son tratados como si estuvieran enzarzados en una comedia, donde Acrisio, padre de Dánae, acepta la osadía del dios ensimismado con su dinero. Dánae queda reflejada entonces como mujer que acepta perder la virginidad a cambio de una suma de dinero.

La ambigüedad que el mito presenta viene dada por el rico vocabulario que emplea, ya que sus palabras bien pueden ser traducidas en contextos totalmente diferentes. Es el caso de la palabra “sinus”, que podría entenderse como bolsillo o útero, o el caso del verbo “praebuit”, que se puede explicar como extender u ofrecerse a realizar el coito. De esta manera, las dos acepciones primeras conjugarían dando sentido a la idea de que Zeus, a través de un pago, consigue saciar su apetito sexual. Sin embargo, las dos acepciones segundas nos hablarían del momento en el que la metamorfosis de Zeus tiene como objetivo seducir a la joven utilizando esta apariencia y ocultado la verdadera.

Este hecho mitológico que narra el poeta, es utilizado posteriormente como inspiración para grandes autores, y así podemos disfrutar en la actualidad de esta gran obra maestra del arte barroco.

Dánae
Dánae

Rembrandt pinta a la joven Dánae desnuda por completo sobra la cama, observando a su derecha la entrada de luz potente. Ese foco de luz corresponde a la representación del dios Zeus metamorfoseado, que aún no ha llegado a la estancia donde se encuentra la muchacha. Al fondo de la pintura, aparece una anciana que cuida de Dánae y acude temerosa a presenciar lo que ocurre.

Destacamos en la pintura la figura de la joven, de cuerpo voluminoso y bonitas curvas que son iluminadas por los rayos de luz que entran en la estancia, otorgando varios contrastes de luces y sombras. Se representa a Dánae sobre una cama de bronce con dosel, simbolizando la riqueza de la princesa, decorada con un amorcillo (representación de un pequeño niño desnudo alado, que simboliza al vengador del amor no correspondido, Anteros) que parece llorar por la situación complicada que le espera a la protagonista. Bajo el amorcillo un símbolo del amor puro y la castidad. Las sabanas de la cama y el cortinaje dejan entrever, también, la riqueza que poseía la familia.

La sensación de vitalidad que se crea está reforzada por el gesto de extrañeza de Dánae y la curiosidad de la anciana, creando la impresión de estar presentes ante una escena teatral.

Rembrandt con su elección, pone de manifiesto una atención especial a una temática más espiritual dentro del aspecto divino del amor.

En el año 1985, un hombre llamado Bronius Maigis, roció la obra con ácido sulfúrico y atentó contra ella realizando varias incisiones con un cuchillo. El lienzo sufrió diversas restauraciones que duraron en torno a 12 años, comenzando el mismo día en el que la pintura fue agredida y concluyendo en el año 1997. Los restauradores comenzaron rociando el lienzo con agua, manteniendo la pintura en posición vertical para evitar la degradación del óleo. Finalmente, se pudo volver a exponer pero tras un cristal protector en el Museo Hermitage.

En palabras de Mijaíl Piotrovski, el director del Museo Hermitage, quien comentó al respecto de lo sucedido, “aquella Dánae que existía ya no existe. Nuestro objetivo es mostrar al público lo que ha quedado de la obra maestra de Rembrandt. Los restauradores no se inmiscuyeron en la pintura del autor y, por eso, se logró conservar su espíritu”.

BIBLIOGRAFÍA Y WEBGRAFÍA

DE LA ESCOSURA, Patricio: Manual de mitología: Compedio de la Historia de los dioses, héroes y más notables acontecimientos de los tiempos fabulosos de Grecia y Roma. Madrid, 1845.

KUDRIÁVTSEVA, S., LOPATO, M., LINKIN. V., PSHKOVA, T. y VESNÍN, S.: El Hermitage. San Petersburgo, 2016.

OVIDIO: Metamorfosis. Madrid, 1807.

OVIDIO: Poetas latinos. Madrid, 1970.

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