Dolce far niente

Ficha técnica

Título: Dolce far niente
Autor: John William Godward
Cronología: 1906
Estilo: *
Materiales: óleo sobre lienzo
Ubicación: Colección privada
Dimensiones: 36.2 x 73.7 cm

COMENTARIO HISTÓRICO ARTÍSTICO DE DOLCE FAR NIENTE

ANÁLISIS FORMAL E ICONOGRÁFICO

“Il dolce far niente”

Expresión italiana

Nos hallamos ante uno de los cuadros más destacados del afamado pintor John William Godward (Wilton Grove, Wimbeldon, Londres, 9/8/1861-Fulham Road, Londres, 13/12/1922).

Se trata de una obra ejecutada en formato horizontal en la que se desarrolla una escena de exterior, concretamente, en un espacio ajardinado con paisaje al fondo; y dividida en dos planos compositivos bien diferenciados.

En el primero, observamos un muro bajo de mármol veteado, al que se accede a la parte superior mediante una escalera que se halla a la derecha, y decorado con una columna de fuste liso, asentada sobre un basamento cuadrado, a la izquierda. Sobre el muro y encima de una delicada piel de leopardo, contemplamos, tumbada, a una hermosa y sensual mujer. Dada la languidez de la postura, vemos que la joven está gozando de un momento de placentero no hacer nada, algo que acentúa la mirada ensimismada dirigida hacia el cielo.

En lo que respecta a la indumentaria, la doncella viste una vaporosa y semitransparente túnica drapeada de seda; de manga corta y escote cerrado, que realza su cuello. Completan el atuendo una cinta doble lisa que entalla la túnica en su cintura; una estola lisa que cubre sus caderas; las delicadas sandalias de cuero que calza; y el peinado: el cabello suelto desparramado por el muro.

Como espléndido photocall, que enmarca soberbiamente la figura femenina, tenemos el segundo plano que lo compone el bello jardín de adelfas floridas; y el paisaje marítimo al fondo, formado por una isla cuyo perfil asemeja a Ischia, una isla cercana a Nápoles.

Es un cuadro muy luminoso, pues la escena plasmada es diurna y esto influirá en la gama cromática empleada, decantándose el artista por una paleta muy suave, donde predominan los azules; blancos; verdes; marrones grises; negros; y rosáceos; mezclados con la intensidad de rojos; amarillos dorados y morados.

Visión general del cuadro

Temáticamente, representa, bajo el prisma de la cotidianeidad de un tiempo lejano, el dulce placer de no hacer nada, uno de los conceptos predilectos de John William Godward, pues lo plasmaría en dos ocasiones más: una en 1897 y otra en 1904.

Probable autorretrato de John William Godward en la obra Waiting for an Answer, 1889

Perteneciente a una clase adinerada, empezó su formación artística bastante tarde, ya que su familia no apoyó su carrera como pintor y le hicieron trabajar en la aseguradora familiar. Tuvo la ocasión de mostrar sus aptitudes artísticas cuando comenzó sus estudios de arquitectura con William Hoff Wonter, y entabló amistad con William Clarke Wonter, hijo del anterior, quien le adentró en el mundo artístico.

Hacia 1880 recibió clases en las escuelas de arte St John´s Wood y la Clapham. Gracias al apoyo del marchante de arte Thomas Mclean, que lo encumbró como artista, obtuvo grandes éxitos en sus exposiciones en la Royal Academy de Londres o el Salón de París y consiguió grandes ganancias con la venta de sus obras. Su decadencia como artista vino cuando las Vanguardias hicieron su irrupción, perdiéndose el interés por sus visiones grecorromanas. De hecho, dejó constancia de ello en su propia nota de suicidio: “El mundo no es bastante grande para mí y un Picasso”.

En lo relativo a su producción artística, casaba muy bien con el gusto victoriano por las escenas placenteras, y tenía un estilo donde mezclaba el Neoclásico; el Prerrafaelismo o el Realismo, advirtiéndose esto en: 

-Del Prerrafaelismo toma prestado el uso de tonos de gran fuerza expresiva; y el empleo de un arquetipo de mujer: una belleza de cabello oscuro y de piel nacarada denominada como la rosa inglesa, una mujer pintada con una estudiada y cuidadísima pose a la que viste a la manera clásica.

-Del Realismo vislumbramos el detallismo y la riqueza con el que recrea las texturas y el drapeado de las telas; el veteado del mármol del muro y los escalones y el óxido en las juntas; la vegetación del jardín; la morbidez del cuerpo femenino; o el pelaje de la piel de leopardo.

-Del Neoclasicismo la temática grecorromana, apreciándose la influencia de autores como Frederic Leighton o sir Lawrence Alma-Tadema, abanderado del movimiento Neo-pompeian. Godward, bajo esta temática, realizó un estudio profundo sobre arqueología, puesto que interpretó con gran detallismo y exactitud los interiores romanos; los atuendos o peinados. Aquí, lo vemos tímidamente esbozado en el paisaje, que recuerda a Italia y Grecia, inspiración tomada de su primer viaje a la península itálica; pero lo elevará a la enésima potencia en la producción de obras hechas en su segundo viaje a Italia en 1911, donde encontrará inspiración tanto paisajística como de estatuaria en la zona de Villa Borghese en Roma.

-Como particularismo, se añade el gusto de introducir elementos anacrónicos como la estola que cubre las caderas de la joven, ya que dicha prenda no era propia de la época griega. A modo de conclusión, decir que esta obra lleva la firma del pintor en la esquina inferior izquierda.




BIBLIOGRAFÍA Y WEBGRAFÍA

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