COMENTARIO HISTÓRICO ARTÍSTICO DE LA EJECUCIÓN DE LOS COMUNEROS DE CASTILLA
CONTEXTO HISTÓRICO
Vamos a situar este apartado en dos partes:
- Contexto histórico en el que se sitúa el autor.
- Contexto histórico de la obra.
El primer apartado se centra en Antonio Gisbert. Nace en Alcoy en 1834 y fallece en París en 1902. Pertenece a la primera generación de pintores de historia.
Tiene una formación en la Real Academia de San Fernando donde estuvo pensionado durante 3 años. Participó en las Exposiciones Nacionales de Bellas Artes, convirtiéndose en uno de los más importantes artistas de la pintura de este tiempo.
Su primera medalla vino en 1858 con la obra «Los últimos momentos del Príncipe Don Carlos« que hoy se encuentra en el Palacio del Pardo de Madrid.
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La obra de los Comuneros se expondrá en 1860 y en la misma veremos como el autor deja patente su pensamiento político, de carácter liberal. Fue un protegido por sus pensamientos, y conoció a Amadeo I el cual le hace numerosos encargos.
Gisbert, fue director del Museo del Prado durante la Revolución Liberal desde 1868 a 1870, sustituyendo a Federico de Madrazo que estuvo en este cargo durante el reinado de Isabel II.
Abandonará España y se instalará en París, aquí es donde realiza una de las obras maestras de la historia del arte: «Fusilamientos de Torrijos y sus compañeros en las playas de Málaga«, fechada en 1888.
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El segundo apartado hablará del contexto histórico que requiere la obra para su entendimiento. Se centra en la ejecución de los Comuneros castellanos, Juan de Padilla, Juan Bravo, y Francisco Maldonado, por la sublevación llevada a cabo en 1521.
Todo transcurrirá cuando aún Castilla se encuentra recelosa tras la muerte de su Reina Doña Isabel el 26 de noviembre de 1504. Les esperaba un futuro algo incierto, ya que los descendientes directos de los Reyes Católicos y los más preparados para gobernar habían muerto, como la primogénita Isabel, y el único hijo varón Don Juan de Aragón.
Ahora el peso de la corona recaerá en la tercera hija, Juana y proclamada para el trono como Juana I de Castilla. Prácticamente caerá en sus manos y en las de su esposo Felipe el Hermoso, archiduque de Austria. Juana a diferencia de su madre no tenía gran interés por la política.
Con la muerte de Felipe, Juana es encerrada en Tordesillas por orden de su padre, ya que consideraba que su hija tenía actitudes desequilibradas para gobernar. Ahora el heredero al trono sería el primogénito de Juana y Felipe, Carlos.
La regencia hasta la mayoría de edad del Príncipe va a recaer en el Rey Don Fernando, que era querido en cierta medida por los castellanos, a la muerte de éste, recae en el Cardenal Jiménez de Cisneros, que en su momento fue confesor de la Reina Isabel.
El problema viene por parte de Carlos. Llega a Castilla desde Flandes acompañado por toda su corte, sus consejeros flamencos y por su hermana mayor Leonor de Austria, el problema es que Carlos se corona como Rey de Castilla en Gante, incluso antes de fallecer la Reina legítima Doña Juana.
Todo esto supuso un malestar entre los castellanos más aferrados y es que muchos consideraban como legítimo heredero al infante Don Fernando, también hijo de Juana y Felipe. Fernando nació en Castilla, ya que Juana se lo dejó a sus padres. Se decía de él que estaba bien formado y que conocía bastante bien los terrenos castellanos, además de que era el nieto favorito del Rey Católico.
Según las crónicas, el Rey, quiso proclamar a este nieto como sucesor de sus reinos, pero fueron los consejeros de su majestad los que lo convencieron para que no fuera así, ya que el heredero por edad era Carlos.
Carlos fue en 1520 elegido como Emperador del Sacro Imperio, con lo que resumiendo tenemos que en 1516 es Rey de Castilla y en 1520 es Emperador. Este último cargo supuso unas ausencias del Rey en Castilla, que fueron solventadas más adelante por su esposa la Emperatriz, Doña Isabel de Portugal, también nieta de los Reyes Católicos.
El Rey cometió un error que hizo que el vaso reventara de agua por así decirlo, y es que decidió nombrar como sustituto del Cardenal Cisneros (Arzobispo de Toledo) a un flamenco de tan sólo 20 años, Guillermo de Croy.
Los castellanos más aferrados no entendieron esto, ya que no comprendían como en cargos tan importantes para Castilla, ponían a extranjeros que no conocían las necesidades del reino. Por lo que se dio una sublevación por el descontento de una élite, cuya élite se conocerá como Comuneros de Castilla. Los Comuneros intentaron quitarle la incapacidad a la Reina Juana para subirla al trono.
La Reina estaba recluida en Tordesillas en un primer momento por su padre y ahora por su hijo, pero aún así Juana nunca quiso hacerle sombra a su hijo, ya que Carlos oficialmente la respetaba, la ponía en los documentos como legítima Reina y heredera de los territorios que gracias a ella, él poseía.
Se dieron muchas revueltas en las zonas castellanas, donde el Rey decidió vencer el problema cortando la raíz y decidió ejecutar a sus líderes. Lo que los Comuneros querían en todo momento era que el nuevo Rey quisiera tanto Castilla como la quiso su abuela la Reina Isabel, y como la querían ellos.
Esta siguiente cita, se solía poner en las puertas de las iglesias haciendo ver el malestar de los castellanos:
«Tú, tierra de Castilla, muy desagradecida y maldita eres al sufrir que un tan noble reino como eres sea gobernado por quienes no te tienen amor»
ANÁLISIS ICONOGRÁFICO Y FORMAL
![Ejecución de los comuneros de Castilla](https://lacamaradelarte.com/wp-content/uploads/2024/08/Ejecucion-de-los-comuneros-de-Castilla-1024x781.jpg)
En un primer plano y en el centro de la obra estaría Juan de Padilla, que escucha los consuelos del fraile, y que parece no hacerle mucho caso. Padilla viste ricos ropajes de pieles, donde se pudiera ver la buena condición con la que contaba. Mira hacia abajo y con entereza el cuerpo de su amigo, ya decapitado, Juan Bravo.
Aparece maniatado y sumiso, como asentando con la actitud de su cuerpo, su devenir. En el suelo sobre paja, con buen tratamiento de ropajes, aparecería Juan Bravo, muerto, sin cabeza, el verdugo parece desatarle las manos.
Al fondo del plano está el otro verdugo mostrando la cabeza al pueblo para que sirva como de escarmiento de que si alguien va en contra de la corona, esto era lo que le sucedería. El verdugo aún soporta el hacha con la que lo ha decapitado.
Maldonado con las manos atadas mira a Padilla mientras se dispone a subir las escaleras del patíbulo, parece que lo ayuda un fraile que empuña un crucifijo, que lo apunta a la mirada del acusado, y que a su misma vez el fraile le pasa la mano por la espalda como dándole el último impulso.
En Ejecución de los comuneros de Castilla se da un perfecto tratamiento de las telas, teniendo movimiento, realismo, textura, color y pliegues, estando muy bien trabajadas y viéndose en la minuciosidad del estampado de la camisa de Maldonado.
El realismo de Ejecución de los comuneros de Castilla no sólo lo veremos en los ropajes sino también en los rostros, hacer mención también al detalle, de que ninguno de los dos rostros de los verdugos son mostrados en la obra, al igual que el rostro de Maldonado el cual sólo se aprecia de perfil.
Como en otras obras de la pintura de historia, observamos que la composición de ésta es en forma de aspa, donde el punto de encuentro de la misma es Juan de Padilla. Cuenta con segundos planos como el lugar donde se encuentra el verdugo con la cabeza y al fondo también aparece un campanario de una iglesia castellana.
El celaje nos pudiera dar el preludio de que esta ejecución se pudo dar o en el amanecer o en el atardecer, por la caída del sol. Pincelada suelta, y a la vez muy detallista aunque son composiciones bastante grandes, lo cierto es que están muy bien trabajadas, la recomendación para observar esta obra es verla con cierta distancia.
En Ejecución de los comuneros de Castilla predominarán los colores oscuros, siendo mayoritario el color marrón en los ropajes castellanos, y el marrón oscuro casi negro de los hábitos de los franciscanos.
El punto de color quizás lo pusiera Maldonado con el chalequillo de color azul, también destacan las túnicas blancas y los leotardos del fallecido Bravo. Siempre se ha dicho que Ejecución de los comuneros de Castilla exponía el pensamiento liberal que tenía Antonio Gisbert.
CURIOSIDADES
En esta sublevación aparecía curiosamente el nombre de una mujer, María López de Mendoza y Pacheco, conocida como María Pacheco, aunque la historia le daría apelativos como «Comunera de Castilla» o «La leona de Castilla». Fue una figura femenina importante para la historia de nuestro país.
Nace en Granada en 1496 y muere en el exilio, en Portugal en 1531. Seguramente fue instigadora de su esposo Juan de Padilla, esposo no muy pacífico y que sólo había que avivar el fuego.
María como los demás Comuneros, se quería sublevar en contra de todo lo nuevo establecido por el nuevo Rey Carlos I de España. Cuando los Comuneros fueron apresados, a María se le informó de ello. María en 1524 fue condenada a muerte por rebeldía, por lo que decidió huir a Portugal.
El Rey portugués Juan III que era cuñado de Carlos por ambas partes, ya que era hermano de su esposa la Emperatriz Isabel, y marido de su hermana Catalina, no respondía a las peticiones de Castilla de que se expulsara a María del país vecino.
Cierto es que la Comunera en un momento llega a vivir gracias a la caridad del Arzobispo de Braga y luego del de Oporto. María nunca logró el perdón real, por lo que murió en tierras portuguesas, el Rey Carlos también se opuso a que se trasladasen sus restos a Olmedo (Valladolid) donde estaba enterrado su esposo.
Esta figura de María fue importante para nuestra historia, ya que al igual que nos sucede con la Reina Isabel, nos volvemos a encontrar una fémina, en un ámbito donde comúnmente suele ser masculino, que llega hasta el final de la situación y que asume las consecuencias.
De nuevo, la figura de la mujer es protagonista de un trocito de la historia de España.
GALERÍA DE IMÁGENES
![Ejecución de los comuneros de Castilla](https://lacamaradelarte.com/wp-content/uploads/2024/08/Ejecucion-de-los-comuneros-de-Castilla-copia-2.jpg)
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![Ejecución de los comuneros de Castilla](https://lacamaradelarte.com/wp-content/uploads/2024/08/Ejecucion-de-los-comuneros-de-Castilla-copia.jpg)
BIBLIOGRAFÍA Y WEBGRAFÍA
FERNÁNDEZ ÁLVAREZ, Manuel: Juana la Loca, la cautiva de Tordesillas. Barcelona, ediciones Espasa Libros, S.L.U, 2010.
Conocimientos adquiridos a través de la serie: Carlos, Rey Emperador. Dirigida por Oriol Ferrer, Salvador García, Jorge Torregrossa, y Joan Noguera, 2015.