COMENTARIO HISTÓRICO ARTÍSTICO DEL CARNAVAL DEL ARLEQUÍN
ANÁLISIS DE LA OBRA
El carnaval del Arlequín es una obra surrealista del pintor catalán Joan Miró. En ella, Miró creo un lenguaje poético y onírico, donde aparecen una serie de elementos, que formarían parte de sus obras posteriores. La multitud de figuras representadas, crea una amalgama confusa de elementos que parecen flotar sobre la ilusoria estancia, teniendo todos ellos un significado para el pintor.
Los elementos más destacados son los siguientes: el arlequín adornado con unos grandes bigotes, un autómata que toca la guitarra, un gato persiguiendo un ovillo, una escalera con una oreja incrustada o una ventana.
Asimismo, encontramos repartidos por toda la escena, diferentes insectos, peces, notas musicales o pentagramas, globos terráqueos, y figuras alargadas. Todos estos elementos simbolizan el hambre que padeció Miró en ese momento de su vida, situación que según el pintor, le produjo diversas alucinaciones que intento plasmar sobre la obra.
La gama de colores utilizada por Miró es primaria. El azul, amarillo, rojo, blanco y negro, crean un foco de atención sobre las figuras y la escena. La perfecta composición y perspectiva creada, denotan el estudio y detallismo que invirtió el pintor en la obra.
Joan Miró fue un pintor fauvista en sus primeros años, deslizándose por el arte cubista y neocubista, para finalmente basar su estilo en un surrealismo de carácter abstracto.