El huevo cósmico

Ficha técnica

Título: El huevo cósmico
Autor: Hildegard von Bingen
Cronología: 1141
Estilo: Románico
Materiales: Códice iluminado
Ubicación: Rupertsberg (Alemania)
Escrito por: Isabel Fresno

COMENTARIO HISTÓRICO ARTÍSTICO DE EL HUEVO CÓSMICO

CONTEXTO HISTÓRICO

La época en la que vivió Hildegard von Bingen coincide con el desarrollo de las Cruzadas y el interés en la construcción de edificios religiosos, que influirá en el arte de la artista. En concreto, a partir de la reforma de Cluny en el 910, así como de la popularidad de los caminos de peregrinación, se empezaron a construir iglesias que más tarde se estudiarían como arte de estilo románico.

En la Edad Media, hombres y mujeres estaban al servicio de Dios. Por este motivo, si hablamos de producciones artísticas, la firma del autor no era considerada importante y nos han llegado muy pocas obras de las que se sepa su autoría.

Hasta hace poco, se ha venido afirmando que la cultura se transmitía por los monjes que copiaban e ilustraban los manuscritos (fuente principal de nuestro conocimiento de la Edad Media) en los monasterios europeos, pero esta idea carece de fundamento.

Asimismo, hasta el siglo XIII fueron muy comunes los monasterios dobles o dúplices: monasterios mixtos, donde convivían monjes y monjas en edificios separados, pero trabajando todos juntos. En estos monasterios había zonas comunes como los talleres o scriptoria, donde trabajaban juntos hombres y mujeres. Esto podemos saberlos porque algunos (no muchos) se autorretrataron y firmaron su obra.

Muy pocas mujeres tenían acceso a la educación y las artes. Se compartían creencias misóginas según las cuales las mujeres eran seres incompletos: se ponía en duda si la mujer tenía alma o si era capaz de realizar actividades intelectuales. Casi todas las obras se realizaban en los conventos y tenían temática religiosa; en concreto, destaca la iluminación de códices.

No debemos olvidar que la vida monástica debió ser una alternativa atractiva en comparación con la perspectiva de ser madre (con todos los riesgos que suponía el embarazo y el parto) o vivir encerrada en casa haciendo tareas domésticas.

ANÁLISIS FORMAL

El huevo cósmico
El huevo cósmico

La firma de Hildegard von Bingen figura en el manuscrito Protestificatio de Scivias, del que se sabe que fue su primera obra como profetisa elaborada tras obtener permiso papal.

En esta obra, Hildegard narra sus visiones y las ilustra. Una de las imágenes más llamativas que encontramos en este manuscrito es la llamada El huevo cósmico (ca. 1141), que ilustra la tercera visión de la primera parte del manuscrito y representa la cosmovisión de la monja.

ANÁLISIS ICONOGRÁFICO

El nombre de la ilustración hace referencia a la forma en la que se plasma el universo, como una especie de huevo (si bien hay quienes afirman que la forma también puede hacer alusión a la forma de una vulva). En la imagen vemos varios círculos concéntricos que rodean un globo de arena en el centro, que contiene agua y fuego.

Desde fuera hacia dentro, estos círculos representan el fuego brillante (con el sol y los planetas exteriores), el fuego de las tinieblas (con los vientos, el granizo y los rayos), el éter puro (con la luna, las estrellas y los planetas interiores), el aire húmedo (con las nubes) y una piel blanca bajo el aire húmedo.

Como vemos, en cada círculo hay globos, teas y esferas, y es en estos elementos donde se darían los fenómenos atmosféricos. También se representan las ráfagas de viento con forma antropomorfa: tres cabezas que soplan en distintas direcciones.

Esquema de El huevo cósmico

CURIOSIDADES

En la Edad Media era muy común que los conocimientos adquiridos por la mujer se confundieran fácilmente con lo místico. Las místicas reflejaban sus visiones en forma de poesía e ilustraciones, si bien existe el debate sobre si realmente se trataba de brotes místicos o si se trataba de problemas de salud o emociones que se procesaban y canalizaban con dificultad.

Tal fue el caso de Hildegard, que desde pequeña aseguraba tener visiones y que las volcó en sus iluminaciones. Hildegard siente que debe seguir la llamada de Dios, lo que originó un malestar en la iglesia, puesto que este papel de profeta se reservaba al hombre. Tanto es así que el papa ordenó que dos prelados fueran a visitar a la monja para estudiar su forma de comportarse y su obra.

BIBLIOGRAFÍA

CASO, Ángeles: Ellas mismas. Autorretratos de pintoras. Oviedo, 2016.

FERRER, Sandra: Mujeres silenciadas en la Edad Media. Madrid, 2022.

RUBAYO, Sara: pintorAs. Madrid, 2022.

SANTOS PAZ, José: Visiones hildegardianas del cosmos: del Scivias al Líber divinorum operum. Centro Italiano di Studi sul l’Alto Medioevo, 2011.




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