El mono escultor

Ficha técnica

Título: El mono escultor
Autor: David Teniers
Cronología: 1660
Estilo: Barroco
Materiales: Óleo sobre tabla
Ubicación: Museo Nacional del Prado
Dimensiones: 23 x 32 cm.

COMENTARIO HISTÓRICO ARTÍSTICO DE EL MONO ESCULTOR

CONTEXTO HISTÓRICO

Bienvenidas y bienvenidos un mes más a este espacio donde os vengo a desgranar la serie de obras de turno, en esta ocasión, como ya sabéis, me estoy centrado en la que David Teniers dedica a unos simpáticos monos con actitudes humanas.

Recordemos que los seis cuadros a tratar son: El mono pintor (comentado el mes anterior), El mono escultor, Monos fumadores y bebedores, Monos en una bodega, Banquete de monos y Monos en la escuela. Decidí empezar por aquellos que plasman el trabajo de los artistas e ir avanzando hacia aquellos que plantean mayor sátira del compartimiento humano.

En el apartado de “enlaces de interés” os dejaré cada mes el link para acceder al comentario de las obras para que podáis tener un acceso más fácil a ellas.

EL ARTISTA

Hagamos un breve resumen recordatorio del contexto del artista: David Teniers pertenece al estilo barroco, más concretamente a la escuela flamenca.

Dos acontecimientos marcarán su destino, el primero de ellos y el que dará paso a codearse con los mejores artistas del momento, es su enlace con la pintora Anna Brueghel, hija de Jan Brueghel el Viejo y ahijada de Rubens; el segundo fue prestar servicio al Archiduque Leopoldo Guillermo.

Teniers se estableció primero en Amberes y posteriormente en Bruselas, y clara está la influencia que tuvo la familia Brueghel sobre él, pasando a interesarse por la temática popular, cabe destacar que en la sala 077 del Museo del Prado se muestra la serie de los monos junto a otra que trata la misma temática de la necedad humana, pero con personas, creando un contraste que roza lo patético y vergonzoso a la par que divertido y gracioso, vamos, lo que viene siendo una sátira.

Estar cobijado por uno de los apellidos artísticos más importantes de la época y e encontrarse establecido en dos de las ciudades con mayor mercado de arte le permitió hacer contacto con mecenas y coleccionistas, llegando a convertirse en pintor de corte, algo que a su vez permite que en España se conozca su trabajo y que le concede el prestigio de poder tener contacto con Felipe IV.

ANÁLISIS DE LA OBRA

El mono escultor, David Teniers
El mono escultor, David Teniers

Como ya he planteado anteriormente, he elegido empezar por el comentario de los monos artistas, porque me parece más fácil encontrar las similitudes y la evolución de la sátira que Teniers plantea en la serie, o sea ser, desde los monos eruditos hacia los que plenamente personifican el desastre de la raza humana.

El protagonista del cuadro es el mono que esculpe, aparece representado en la parte central de la tabla justo en el centro dándole ello mayor protagonismo, mientras que en la parte inferior aparece representado su aprendiz, a la izquierda de la composición encontramos al cliente o mecenas en actitud contemplativa del trabajo que se desarrolla.

La escultura que aparece esculpiendo es la de un sátiro bicorne, Teniers le aporta un halo de claridad al destacar la luz sobre el mármol, siendo un recurso que ayuda a vertebrar el foco de protagonismo de la obra.

En la parte posterior observamos bustos, restos de esculturas, pinturas y dibujos que aportan acentúan el proceso de creación, ya que, por ejemplo, podría ser que el sátiro del fondo sirvió de modelo para actual creación.

Algo que ha llamado mucho mi atención es la aparición del monumento funerario de los triclinium etruscos (recordemos que Teniers personifica también la minuciosidad de la escuela flamenca, introduciendo con ello a los simios como seres pensantes con idea del paso del tiempo que se convierte en muerte (no quisiera yo en estos momentos liarme a comentar que esta obra puede tener también con la última película de Greta Gerwig), ello se subraya a la par con la actitud pensativa del primate que se representa pedestal.

Y ojo al dato, en la repisa del lateral derecho se pueden observar los bustos de Venus y Séneca y el Torso del Belvedere (el cual se ha podido contemplar gracias a una réplica cedida por el Museo Nacional de Escultura de Valladolid al Prado con el motivo de la celebración de la exposición de Guido Reni, creo que estos “Pradodatos” deben de empezar a estar presentes en mis publicaciones).

La escena, que se desarrolla en el taller del escultor como ya hemos podido observar, nos lleva a pensar a su vez con la del mono pintor ya que están ligadas: la indumentaria y actitud del cliente son similares, aunque bien es cierto que en esta ocasión acentúa el carácter del mecenas y cito textualmente porque me ha encantado la frase que aportan en la web del Museo Nacional del Prado: “el mono observa con la lupa del falso erudito el trabajo del artista”.




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