El olfato

COMENTARIO HISTÓRICO ARTÍSTICO DE EL OLFATO

ANÁLISIS DE LA OBRA

Siguiendo las anteriores entradas dedicadas a las alegorías de La Vista y El Oído realizadas por los maestros flamencos Jan Brueghel el Viejo y Peter Paul Rubens –dejo la referencia de cada una de ellas en el apartado de bibliografía y webgrafía por si deseaseis consultarlas para seguir este desarrollo cronológico que estoy realizando de la serie dedicada a los cinco sentidos–, en esta ocasión hablaré sobre la que centra su composición en torno al sentido del olfato. Esta, al igual que aquella que plasma la alegoría al oído, data entre 1617 y 1618.

CONTEXTO HISTÓRICO-SOCIAL

Refrescando un poco el contexto histórico de los cuadros, debemos de tener muy presente que estos posiblemente estén vinculados con un encargo para los archiduques de Austria, Isabel Clara Eugenia y Alberto VII de Austria.

Aprovechando este post, me gustaría además recomendaros que, si tenéis oportunidad de visitar el Museo Nacional del Prado, no os perdáis el itinerario “El Prado en femenino”, el cual destaca la importancia que tuvieron las mujeres a la hora de coleccionar y promover algunas de las obras más relevantes del museo, y entre ellas figuran estas cinco pinturas, y por supuesto, la extraordinaria labor realizada por la archiduquesa.

SERIE DE LOS CINCO SENTIDOS

Si algo marca la diferencia esta obra con el resto de los sentidos es que la representación de El Olfato tiene lugar en un exterior, aunque eso sí, nuestro fieles protagonistas nos siguen acompañando en esta alegoría. Vemos la figura desnuda de una mujer, todo apunta a pensar en Venus, acompañada de un amorcillo situado frente a ella que le ofrece un ramo de flores, como veis, allá donde mires el olor va a estar presente.

Dentro de la composición, Rubens sitúa a las figuras en un jardín idílico, recordemos que los cuerpos los representa aquel que fue el favorito de Felipe IV, y los detalles tan minuciosos del paisaje en esta ocasión son realizados por la mano de Jan Brueghel el Viejo, casi a modo de bodegón, además es importante reseñar que una de sus especialidades era la pintura de flores.

Además, a modo de curiosidad, volvemos a encontrarnos ante una obra que acoge este tipo de representación, recordemos que en La Vista aparece representada en uno de los cuadros la Virgen con el niño rodeada de una guirnalda de flores, en El Olfato esto irá un paso más allá, aunque bien es cierto que estos dos artistas llegaron a realizar varias colaboraciones fuera de la propia serie bajo este mismo diálogo.

De la importancia de estas obras compartidas os hablé en la primera publicación dedicada a La Vista. Este paraje idílico a su vez muestra una arquitectura en la parte izquierda, siendo esta secundaria, ya que las verdaderas protagonistas de esta obra serán las flores, las plantas y sí, también los animales. Todas aquellas personas que pudieron disfrutar de “La esencia de un cuadro.

Una exposición olfativa” realizada entre los meses de abril y julio del año pasado, me atrevería a afirmar que nunca podrán olvidar de la experiencia de oler a una civeta –es el animalillo que aparece representado enroscado al lado de la figura femenina–.

Estuvo comisariada por Alejandro Vergara, Jefe de Conservación de Pintura Flamenca y Escuelas del Norte del Museo Nacional del Prado, y Gregorio Sola, Perfumista senior de Puig y Académico de la Academia del Perfume, quien fue el encargado de crear diez fragancias relacionadas con elementos presentes en la pintura.

No solo se limitaba a las flores, sino que, además del animal, pudimos olfatear los guantes utilizados en los trabajos de mantenimiento del jardín. Una experiencia única, que hizo posible traspasar el cuadro y sentir aquello que los artistas flamencos quisieron transmitir mediante el óleo.

El Olfato dentro de la serie de Los Cinco Sentidos es sin lugar a dudas la que más tiempo lleva para diferencias los elementos representados en ella, ya que se han llegado a identificar más de sesenta variedades distintas de plantas aromáticas y frutales, entre flores y árboles: encontramos narcisos, jazmines, diversas variedades de lirios, naranjo e higos, rosas, clavelinas, tulipanes y un largo etc.

Algunas flores aparecen plantadas en jarrones, ya que algunas debían ser trasportadas del interior al exterior y viceversa según la época del año.