El origen de la Vía Láctea

Ficha técnica

Título: El origen de la Vía Láctea
Autor: Jacopo Robusti, más conocido como Tintoretto
Cronología: 1580
Estilo: Renacentista – Manierista
Materiales: Óleo sobre lienzo
Ubicación: National Gallery, Londres
Dimensiones: 148 x 165 cm

COMENTARIO HISTÓRICO ARTÍSTICO DEL ORÍGEN DE LA VÍA LÁCTEA

ANÁLISIS FORMAL

La representación pictórica de El origen de la Vía Láctea es poco común en la Historia del Arte y las más bellas proceden de los grandes maestros como Tintoretto y Rubens, que nos cuentan una de las tantas historias amorosas que tuvo Júpiter, en este caso, con la mortal Alcmena y de cuya unión nació Hércules. 

El origen de la Vía Láctea se encuentra, actualmente, en la National Gallery de la ciudad de Londres y fue adquirida a finales del siglo XIX por el Conde de Darnley en una subasta. La historia precedente de El Origen de la Vía Láctea, se remonta hacia finales del siglo XVI cuando el pintor veneciano, Tintoretto, decide plasmar por primera vez este tema en la pintura.

Las investigaciones y las radiografías que se hicieron de este cuadro nos revelan que existió una primera representación de este mismo tema, pero con una pincelada mucho más suelta e imprecisa, técnica que define propiamente el estilo que Tintoretto emplea en la gran mayoría de sus obras.

Existe la posibilidad de que esta obra haya sido un encargo de un médico llamado Tomaso Gianotti – más conocido como el doctor Rangone – originario de Rávena. El doctor Rangone logró obtener una posición social acomodada gracias a la compra del título de doctor y parece ser que tomó este nombre de una familia noble veneciana a través de la adopción.

La leyenda de la Vía Láctea le sirvió para legitimar de alguna manera su adopción, pues la historia cuenta de cómo Júpiter intentó amamantar al pequeño Hércules para que este obtuviera la inmortalidad mientras Juno dormía. El doctor eligió esta leyenda «para su medalla y su escudo de armas probablemente porque se consideraba el primer ejemplo mitológico de una adopción». 




Sin embargo, hacia los años 80 del siglo XVI el doctor Rangone falleció y El origen de la Vía Láctea consiguió un segundo cliente, nada más y nada menos que el emperador, Rodolfo II, coronado en 1576. El emperador de la casa de los Habsburgo era un amante del arte y a sus 24 años de edad se convirtió en uno de los coleccionistas más influyentes de la época.

La representación del héroe mitológico para la casa de los Habsburgo suponía una exaltación del poder político del Imperio romano-germánico y, a lo largo de la historia, muchos soberanos se identificaron con Hércules por el mismo motivo y objetivo: «proteger enérgicamente a sus súbditos y garantizar el orden y la paz en su reino». 

ANÁLISIS ICONOGRÁFICO

El origen de la Vía Láctea
El origen de la Vía Láctea

La escena de El origen de la Vía Láctea nos muestra el momento en el que Júpiter se abalanza sobre su esposa Juno con el niño en brazos. Tintoretto ha dramatizado la reacción de la diosa Juno al despertarse y darse cuenta de que Hércules se había alimentado de su leche.

Según el mito, las gotas de leche salpicadas en el firmamento dieron lugar a lo que hoy conocemos como Vía Láctea y así se representan en este cuadro, como pequeñas estrellas doradas.

Alrededor de la escena principal aparecen querubines que portan símbolos importantes y que hablan del gusto por el sentido oculto y enigmático. «Dos querubines llevan en sus manos dos símbolos eróticos como la flecha y el arco de Cupido o la antorcha de la pasión (de Júpiter por Alcmena). 

Los otros dos querubines llevan las cadenas del matrimonio (entre Júpiter y Juno)», así como la red del engaño con la que Júpiter captura a sus amantes. Asimismo, es importante destacar los atributos de los dos dioses del Olimpo: Juno se acompaña de sus dos pavos reales y Júpiter se acompaña del águila, que suele ser el ave con la que se representan muchos soberanos.

En las garras del águila vemos que hay un símbolo que a simple vista parece corresponder con otro de los atributos de Júpiter, el rayo. Sin embargo, existen versiones que nos hablan de la representación del cangrejo, que es el símbolo astrológico de Cáncer y que correspondería con el nacimiento del emperador Rodolfo II (18 de julio de 1552).

Esta tesis parece confirmarse por la disposición que tiene los querubines respecto a la constelación de Cáncer, ya que el uno porta la red – correspondiente a Acuario – y el otro el arco – correspondiente con Sagitario -.

Rodolfo II era un soberano que estaba familiarizado con la alquimia – al igual que el doctor Rangone – y se dice que en esta época llegaban a la corte de Praga todos los científicos y charlatanes de Europa, ya que ahí estaban a salvo de la persecución institucional de la Iglesia. Por eso, el gusto elitista de los nobles de estos tiempos consistía en descifrar los símbolos ocultos tanto en el arte como en la literatura. 

En concreto, esta obra, buscaba representar la correspondencia que existe entre el espíritu humano y el cosmos. La idea de encontrar la perfecta armonía entre estas dos realidades se convirtió en la obsesión de muchos magos, físicos, científicos, matemáticos y astrónomos.

Además, la leyenda cuenta que Juno mandó a dos serpientes para que dieran muerte al niño, pero este ya había adquirido la inmortalidad. Por ello, esta obra también evidencia ese deseo de alcanzar la inmortalidad del ser humano, así sea a través del arte.

Asimismo, cabe destacar el movimiento con el que las figuras son representadas y que se consiguen gracias a la técnica de la pincelada suelta con la que Tintoretto – y algunos otros pintores venecianos – empleaba en sus obras, todo esto sin mencionar la riqueza de los colores dentro de la pintura que, sin duda, forman parte de la identidad veneciana. 

Por último, es importante señalar la transición que sufre la pintura italiana a finales del Cinquecento, asistiendo a la degradación de las formas y el alargamiento de las figuras, rompiendo con ese modelo e ideal de belleza construido y constituido durante todo el Renacimiento. Hablamos del Manierismo, o lo que el afamado Historiador del Arte español, Fernando Checa, llama «la destrucción de la pintura»

BIBLIOGRAFÍA

-ROSE MARIE, RAINER HAGEN, Los secretos de las obras de arte, Taschen, 2014.

-FERNANDO CHECA, «El renacimiento en Venecia. Triunfo de la belleza y destrucción de la pintura», Museo Thyssen-Bornemisza, Madrid, 2017.

-MIGUEL ÁNGEL ELVIRA BARBA, Arte y mito. Manual de iconografía clásica, Madrid, 2017.

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