COMENTARIO HISTÓRICO ARTÍSTICO DE EL PASO DE LA LAGUNA ESTIGIA
APUNTES BIOGRÁFICOS Y CONTEXTO HISTÓRICO
Este cuadro es obra de Joachim Patinir, pintor flamenco afincado en Amberes y considerado el primer paisajista flamenco. Sus obras se caracterizan por amplios paisajes con horizontes muy altos y campiñas con macizos de rocas puntiagudas de aspecto fantástico. Los temas que muestra en sus obras son un mero pretexto para desarrollar el paisaje, el verdadero protagonista de sus pinturas.
Patinir realiza esta obra en un momento histórico un tanto convulso en cuanto a la religiosidad se refiere. Es la época de la Reforma Protestante, un movimiento religioso que nació en Alemania de manos de Martín Lutero al denunciar la corruptela del Vaticano, movimiento que terminó con un cisma en la Iglesia Católica, creándose diversas iglesias agrupadas bajo el nombre de Protestantismo.
Será a raíz de esta inestabilidad religiosa cuando los fieles se preocupan mucho más de la salvación de su alma y de tomar el camino correcto que les dirija a la salvación eterna, comenzado a realizarse obras moralizantes como esta de Patinir.
ANALISIS FORMAL E ICONOGRÁFICO
El gran tema de la obra es la preocupación por la muerte y la difícil decisión del hombre a la hora de elegir el camino fácil de la perdición o el difícil de la salvación.
Como ya hemos dicho, Patinir da mucha importancia al paisaje, siendo el gran protagonista y dividendo la tabla en tres partes: la laguna, el Infierno y el Paraíso. En el centro de la composición vemos a Caronte sobre su barca, un anciano semidesnudo y barbado, cubierto parcialmente por una especie de túnica.
El alma que lleva en su barca se encuentra en una encrucijada, pues a un lado tiene el camino fácil del Infierno y al otro el camino tortuoso de la salvación. Por la posición que toma, parece que ha decidido la opción fácil de la condenación.
A la derecha se sitúa el Averno, protegido por el Cancerbero, un monstruo de tres cabezas que impedía que las almas que entrasen en el Infierno pudiesen escapar. En la torre, los condenados son sometidos a todo tipo de torturas, mientras en el fondo se aprecia el fuego eterno de la condenación, cuyo tratamiento pictórico nos recuerda al Bosco.
A la izquierda se sitúa el Paraíso, donde un ángel indica el camino sinuoso y enrevesado de la salvación. Otros ángeles acompañan a varias almas hacia una torre transparente que simboliza la pureza de la salvación.
Patinir une en este tema el mundo cristiano y el mundo grecorromano: el primero representado a través de los ángeles y de la concepción del Paraíso; y el segundo a través de la figura de Caronte y del monstruoso Cancerbero.
En toda la obra podemos ver la gran importancia que el autor da al dibujo y a la línea que marca los contornos, además de remarcar la línea del horizonte para separar el agua y el cielo. Vemos como marca especialmente el perfil de las colinas, las rocas, los troncos de los árboles, la torre…
En cuanto al color, gracias a un estudio con rayos X se ha podido ver como Patinir usa una superposición de finas capas de pintura, lo que da a la obra ese aspecto velado. Predominan los tonos azules, destacando el azul del lapislázuli.
Los verdes también tienen mucha importancia, mezclado con marrones, amarillos y, por último, una gama de plateados y grises, que se complementan con los negros y rojos que aluden al Infierno. Gracias al tratamiento de la gradación de los tonos claros del Paraíso y los oscuros del Averno se consigue una obra con gran equilibrio cromático.
Patinir es un gran deudor de la obra de El Bosco y, sobre todo, de su archiconocido “Jardín de las Delicias”, de donde toma como referencia el Paraíso y el Infierno, influencia que se hace evidente en la representación de las rocas puntiagudas, del fuego infernal o en el tratamiento de las pequeñas figuras de los ángeles y las almas.
La obra sería encargada por algún miembro de la floreciente burguesía de Amberes, lo que convertiría al cuadro en una pintura de cámara que serviría para reflexionar sobre la salvación.
CURIOSIDADES
Caronte es un personaje procedente de la mitología grecolatina. Es el encargado de llevar las almas de los difuntos del mundo de los vivos al mundo de los muertos. Para poder realizar el viaje, el difunto debía pagar al barquero un óbolo, por ello, lo griegos tenían la costumbre de poner en la boca (o en los ojos, depende de las fuentes) de sus difuntos una moneda para el pago del barquero.
“El paso de la laguna Estigia” pertenecía a la colección privada del rey Felipe II y entró a formar parte del Museo del Prado. En este mes de noviembre, la pinacoteca está de aniversario, pues se cumplen 200 años de su apertura, allá por el 19 de noviembre de 1819.
BIBLIOGRAFÍA Y WEBGRAFÍA
VV.AA.: La guía del Prado. Madrid, 2014
EL OLIMPO www.elolimpo.com
MITOS Y LEYENDAS https://mitosyleyendascr.com
MUSEO DEL PRADO https://www.museodelprado.es