COMENTARIO HISTÓRICO ARTÍSTICO DE EL TAÑEDOR DE LAÚD
CONTEXTO HISTÓRICO
Este artista fue originario de Italia, nació en este país en 1571, y falleció en el año 1610 en el mismo país. Caravaggio, artista representante del tenebrismo a través del uso de claroscuros; una de las mayores características de las primeras etapas del Barroco.
Encontró posiblemente en el tenebrismo una forma de expresión de su personalidad y forma de ver el mundo, ya que tuvo un carácter difícil y rodeado de problemas como las peleas.
Pudo trabajar en Roma a través de encargos religiosos especialmente, pero su forma de trabajar era escogiendo modelos al natural, normalmente de la calle, y con el pincel convertirles en personajes de la Biblia (lo cual era todo un escándalo), pero retrataba a la perfección su psique.
Aunque tristemente, su fuerte carácter y afición por las reyertas, le llevaría a matar al mafioso Ranuccio Tomassoni, y tuvo que huir a Nápoles ya que era perseguido por la policía y las amistades del mafioso. Finalmente, muere en Nápoles a causa de una infección a los 36 años sin posibilidad de volver a su amada Roma.
ANÁLISIS ICONOGRÁFICO
Vamos a analizar el cuadro del tañedor de laúd, o también conocido como Apolo tocando el laúd. Esta escena tiene como antecedente una reunión típica de la época que hacían ciertos eruditos para conversar, intercambiar ideas, y debatir entre ellos, inspirados en la Academia neoplatónica.
Era recurrente, que a su finalización se tocase alguna pieza musical en relación con algún tema que hubiese surgido durante la reunión. Aquí estamos viendo a una persona con un rostro un tanto andrógeno, aunque actualmente se ha desmentido que fuese una joven, sobre todo por el dato de que el madrigal de la partichela es para tenor.
Él toca un laúd mientras mira al espectador, esto es así porque el cuadro fue un encargo para un mecenas de Caravaggio, Francesco Maria Bourbon del Monte Santa María, pese a adquirir numerosos cuadros del artista, este esconde mucho más de lo que a simple vista podemos notar.
Además de ser un gran admirador de la música, uno de los temas principales del cuadro, es el que joven nos puede resultar familiar, esto es porque su apariencia es extraordinariamente parecida a otros protagonistas de los cuadros de Caravaggio, es muy posible que fuese un modelo del gusto del cardenal.
Es más, un estudio realizado en 2010 por la musicóloga Franca Trincieri, apunta a que su nombre fue Pedro Montoya, un joven castrati proveniente de España que se afincó en Roma, y trabajó como cantor para el cardenal Francesco. La música en este momento es sinónimo de cultura y sofisticación, pero lo que parece un cuadro con un intérprete y un pequeño bodegón es más que eso.
Tanto las flores, como la fruta y el joven, hacen referencia a la caducidad del tiempo, todo lo que ahora se encuentra en la plenitud de la vida, acabará envejeciendo, marchitándose, y pudriéndose; podríamos verlo como una enunciación del tempus fugit.
El joven se encuentra con la boca entreabierta, es un debate hoy en día, si se encuentra cantando, aunque lo cierto es que los cordófonos tienen la mayor posición en la jerarquización de los instrumentos por la posibilidad de poder tocar y cantar a la vez, esto lo dota de ser más intelectual.
Delante suya, también hay una partichela, que se diferencia de una partitura en que sólo se escribe lo que va a hacer un intérprete o el conjunto, pero no toda la obra al completo; y específicamente se trata de un madrigal italiano, propio de está época, y que suele estar formado por un pequeño conjunto de entre tres a seis personas y de carácter profano. El tema de está composición es el amor puro, el cual vence al amor carnal gracias a los distintos elementos que aparecen.
Junto a ello, un violín, este instrumento está invitado a su receptor (el cardenal), a tocar junto al muchacho, y en está época, este tipo de invitaciones eran de carácter sexual, aunque esto será contrario al tema que simboliza el madrigal.
Finalmente, todo el conjunto del cuadro parece apuntar a que simbolizan el amor y la pasión a través de ciertos elementos como la música.
ANÁLISIS FORMAL
Es un cuadro que se enmarca en las primeras obras realizadas por el artista, por ello muchos de sus elementos característicos formales aún no aparecen, pero sí que vemos otros que se están fraguando.
Será un gran observador del natural, pero aún así dotándolos de ciertas peculiaridades venidas desde la imaginación.
Es conocedor de la escuela veneciana, e incorpora algunos de sus elementos, como la aplicación de la pintura alla prima, esto es sin hacer un boceto previo, plasmar el color en el lienzo. Aunque no están completamente desarrollados hasta el punto que Caravaggio logra hacerlo, vemos un escorzo en el laúd.
La perspectiva usada es del tipo lombardo, porque hay una atmósfera a modo realista, que suaviza contornos y hace desaparecer la tiesura geométrica. A esto se le suma la expresión facial, con la boca entreabierta como ya hemos comentado con anterioridad, y el gesto de la mano, que hace más realista aún la escena, parece como si estuviese tocando en ese preciso instante.
El fondo es de un color neutro, esto es para que la figura principal y el bodegón destaquen y el espectador no tenga distracciones, por ello también el color blanco de la camisa del joven sobre la oscuridad.
También podría ser uno de los primeros intentos de jugar con los claroscuros, ya que hay zonas de su cuello donde hay oscuridad y otras que contrastan por la luminosidad que proviene posiblemente de la izquierda.
WEBGRAFÍA
CARRASAT, P., «Maestros de la pintura». Barcelona, Edit. Spes, 2005. https://archive.org/details/maestrosdelapint0000frid/page/4/mode/2up (Consulta: 17/03/2023)