COMENTARIO HISTÓRICO ARTÍSTICO DE ESTUDIO PARA LA CRUZ DE MAYO
CONTEXTO HISTÓRICO
Joaquín Sorolla es considerado uno de los grandes maestros de la pintura española de finales del siglo XIX y principios del siglo XX. Es un artista con una gran capacidad para captar el instante natural de la escena y su luz.
Nació en Valencia, siendo sus playas y reflejos su primer motor de inspiración, sin embargo terminaría instalándose en Madrid como lugar de residencia y viajaría a lugares como Roma, París y Estados Unidos.
Solía pasar las vacaciones en San Sebastián con su familia pero guardó durante muchos años un especial interés por las estampas que Andalucía le ofrecía, sobre todo aquellas de Granada y en especial Sevilla donde acudió maravillado por las pinturas que había realizado Fortuny con anterioridad.
Se puede decir que Sevilla es uno de los principales motivos de producción que cobra protagonismo en la obra de Sorolla, junto con las escenas de la costa levantina, retratos y paisajes.
Casi al final de su carrera, el artista llegó a comprometerse con la Hispanic Society en realizar Visiones de España, una serie de pinturas al óleo sobre lienzo con temas representativos de las regiones de España y Portugal con el fin de decorar las paredes del proyecto de una biblioteca.
ºEste encargo ocupó a Sorolla desde 1912 hasta 1919 y durante este tiempo habría viajado por diferentes regiones españolas obteniendo una visión más real in situ de los tipos y paisajes que tenía que pintar.
En este encargo Andalucía fue la región más trabajada, y en este sentido Sevilla fue la ciudad más representada apareciendo en cuatro de cinco lienzos. Y es que Sorolla siempre había sentido fascinación por lo andaluz y su entorno, le encantaba Sevilla, su música, su baile… en definitiva ¡su arte!.
Así, con el El baile, el artista introduce a Andalucía en el proyecto para la Hispanic Society, acompañado de las obras: Los nazareros y El encierro, que juntas cubrirían la zona oriental de la biblioteca.
ANÁLISIS FORMAL E ICONGRÁFICO

Estudio para la cruz de Mayo presenta una fiesta típica sevillana, la de la Cruz de Mayo, colocando a Sorolla en la corriente artística del costumbrismo andaluz.
Se representa a un grupo de mujeres que bailan en el patio de una casa decorado con altares dedicados a la Cruz. Según la tradición se recogían limosnas y era una celebración con fines caritativos.
Esta representación fue toda una oportunidad para el artista porque pudo reproducir tanto el entorno, esa arquitectura del típico patio Sevillano con sus columnas y arcos de medio punto, como el ambiente de la fiesta retratando a las mujeres con la propia indumentaria.
Se tratan de trajes llenos de volantes que no paran de moverse, mantones de Manila y muchas flores que acompañan con abanicos, castañuelas y toda una decoración culminada con farolillos.
La pintura Estudio para la cruz de Mayo guarda una armonía cromática centrada en los colores rojo, blanco y verde. Parece tener una composición desordenada a primera vista, sin embargo es producto de un estudio meticuloso y organizado conformado por los movimientos de los personajes que convergen entre sí hacia el centro desde la escena.
Además existe un punto de fuga en el que parece diluirse la pincelada del artista marcando un intencionado desenfoque para dar mayor importancia a la imagen de las mujeres que bailan que se encuentran en primer plano.
Se trata en definitiva, de una imagen dinámica prácticamente congelada, esa idea de la búsqueda y captación del movimiento fue una característica notoria que marcó el estilo personal de la pintura tan naturalista de Sorolla. En este sentido es interesante mencionar el papel que jugó la fotografía en el proceso creativo del artista y la relación que guarda con la captación del movimiento.
Poder capturar un instante único y espontaneo, como el movimiento de las olas en Valencia o los reflejos de luz sobre la piel, era posible gracias a la cámara fotográfica. Sorolla comenzó en el estudio de su suegro Antonio García Peris, un importante fotógrafo valenciano, retocando y coloreando fotografías en blanco y negro y más tarde incorporó la fotografía como herramienta pictórica para sus composiciones.
Solía viajar con su cámara Kodak, entendía que observar un cuerpo dinámico era menos preciso que observar uno estático y que la fotografía le permitía detener el movimiento en el instante deseado para apreciarlo con mayor exactitud. Posiblemente Sorolla acudiría a una fiesta de Cruz de Mayo durante su visita a Sevilla y capturaría una o varias imágenes de la celebración que luego utilizaría para componer y estructurar esta obra.
Por otro lado mencionar el trato que da a su pintura, la forma que toma su pincelada siguiendo el mismo movimiento y la fluidez de la escena con rostros difuminados porque a Sorolla no le interesaba representar la realidad con el detalle. Y el protagonismo de la luz, que cobra una especial atención representada con sutileza y maestría sobre los vestidos de las mujeres como la claridad que reciben del patio desde arriba.
CONCLUSIÓN

Sorolla fue para sus contemporáneos la imagen viva del triunfo absoluto de un artista, tanto en España como en Europa y Estados Unidos, alcanzando una repercusión internacional no lograda por ningún otro pintor español de su mismo tiempo.
Además del encargo Visiones de España para la Hispanic Society, Sevilla figura en otras obras del artista como su serie sobre los jardines del Alcázar, así como algunos retratos que realizó a gitanas entre otras escenas de baile.
Fue a través de la representación del revuelo de volantes de los trajes de flamenca y los flecos despeinados de los mantones como Sorolla avanzó en su inclinación hacia esa pincelada rápida que tanto recuerda al impresionismo. Al final de su carrera tuvo un gran interés por el paisajismo y desarrollaría esa factura suelta con sorprendentes resultados que culminarían su estilo.
BIBLIOGRAFÍA
Catálogo de la exposición Sorolla y su idea de España. Estudios preparatorios para la Hispanic Society of America. MUSEO SOROLLA, 2009.
FERNÁNDEZ LÓPEZ, José: “Andalucía en la pintura de Sorolla”. Boletín de Bellas Artes. Nº 35, 2007.
MONTES MARTIN, J.C.: Sorolla y Sevilla. Sevilla, 2015.