COMENTARIO HISTÓRICO ARTÍSTICO DE LA FACHADA DE LA BASÍLICA DE SAN MARCOS
CONTEXTO HISTÓRICO
Tras la querella de las imágenes y la recuperación del culto a las mismas en el año 843, y hasta la toma de Constantinopla por los Cruzados, tiene lugar el período más importante del arte bizantino. En este tiempo, se alzarán en el poder dos dinastías en el Imperio: macedonios y comnenos.
Durante el mandato de los macedonios, concretamente en el año 1054, tendrá lugar la ruptura de la iglesia oriental, lo que será un hecho decisivo en el desarrollo de una cultura definitivamente alejada de Occidente. Será promovida por Miguel Cerulario.
Destaca la figura de Basilio I, quien había mandado a asesinar a Miguel II. Esto dio pie al inicio de una nueva dinastía que ampliaría el territorio imperial con la recuperación de viejos territorios.
Entre ellos: el Este de Asia Menor, Chipre, Creta, Siria, Armenia, el norte de los Balcanes e Italia Meridional. Del mismo modo, dotaría de una mayor estabilidad al Estado. A la muerte de Basilio II, el Imperio había adquirido por fin la tan ansiada homogeneidad administrativa y religiosa.
No obstante, esta plena organización se verá atacada por Zoé. Debido a su relación con grandes emperadores, la influencia de la nobleza civil de los funcionarios imperiales que habitan la capital se introducirá en el Imperio.
Con Alejo I, llega una nueva dinastía imperial que durará alrededor de un siglo. La hegemonía de la nobleza civil de la capital llegará a su fin. De esta manera, se proclama el triunfo de la aristocracia militar y funcional de las provincias.
Sin embargo, durante este nuevo período denominado comneno, nuevos enemigos del Imperio salieron a la superficie. Normandos, turcos y venecianos, sobre todo los terceros, estaban muy interesados en controlar el comercio. Por ello, tras un largo tiempo como aliados y vasallos de los bizantinos, comenzaron a luchar contra ellos.
El territorio imperial se reducirá notablemente tras la muerte de Manuel I. Además, en el ejército predominará la indisciplina y, por otro lado, genoveses y venecianos controlarán la economía.
Este político nacimiento veneciano sucederá al mismo tiempo que la llegada de los restos de San Marcos al territorio. En el año 828 se levantará una nueva capilla, con numerosas modificaciones y ampliaciones hasta llegado el 1617.
El edificio que vemos hoy en día corresponde a los ducados de Domenico I Contarini y Domenico Selvo. Esta construcción será de suma importancia, pues formará parte del proceso que permitiría a Venecia ser sede episcopal independiente.
Esto implica que dejaría de estar subordinada a los obispados de Grado y Aquileia. Esta y otras iglesias imitarán fielmente el estilo bizantino, evidencia del intenso intercambio comercial entre Venecia y Constantinopla a finales de la Edad Media.
ANÁLISIS DE LA OBRA
La Basílica de San Marcos es una construcción de función religiosa. A lo largo de los años, ha sido víctima de un largo proceso de ampliaciones y reconstrucciones.
Es producto de una amplia mezcla de estilos, lo que evidencia la potente actividad comercial desarrollada en el lugar. Destaca un estilo románico-bizantino y gótico, aunque generalmente se señala la raíz de la edificación en la arquitectura islámica.
Los restos conservados de esta primera iglesia, así como los cimientos de los pilares principales y las hiladas inferiores de los muros exteriores, indican que en un primer momento la construcción contaba con una planta en forma de cruz de dimensiones similares a la actual.
Por otra parte, existen diferentes teorías sobre la existencia de una cubierta de madera. También la presencia de las cúpulas que coronan cada brazo y el crucero. Por lo que respecta a la planta, está constituida por una cruz griega que toma como referencias obras obras como Santa Sofía, Santa Irene e incluso la Iglesia de los Santos Apóstoles de Constantinopla.
Con esta última tiene más elementos en común. Destaca que la profundidad de los ábsides dota a la planta de un valor visual de cruz latina. Encontramos tres lados circuncidados por un gran nártex y, sobre cada brazo y el crucero, una cúpula.
Esta es considerada uno de los elementos más característicos de la Basílica de San Marcos. La nave central es ligeramente alargada, con una profunda bóveda de cañón que la prolonga hacia el oeste. El ábside y el presbiterio se encuentran a un nivel un tanto más alto que la nave, aspecto potenciado por la cripta ubicada bajo ellos.
En cuanto a la fachada occidental, está abierta a la gran plaza. Cuenta con dos tramos de arcos de medio punto: cinco en la parte inferior, coronando las cinco puertas de la fachada; y otros tantos en la parte superior, rematados con cierta forma conopial. Todos ellos cuentan con una rica ornamentación, tanto en el tímpano como en las arquivoltas, predominando mosaicos y relieves.
Sobre el arco central, de mayor tamaño que los laterales, encontramos un balcón coronado por cuatro caballos. Este conjunto exalta la centralidad y, en su momento, adoptaron la función de arco del triunfo. Potencia, así mismo, el valor militar de la ciudad veneciana.
Los relieves en las arquivoltas del primer arco inferior representan escenas de caza y repeticiones de la figura del pícaro. También la lucha entre el bien y el mal. En el segundo arco destaca el calendario, con una alegoría para cada mes del año. Cada una de ellas está flanqueada por el propio signo zodiacal. En el tercer arco llama la atención la idea de la salvación humana, alcanzable gracias al trabajo y esfuerzo diario.
La hornacina del cuarto arco cuenta con relieves representando los Patriarcas y Evangelistas. En la arquivolta se narran escenas del Antiguo Testamento.
En la parte superior de este mismo arco, encontramos un León andante, convertido en símbolo de la ciudad. Además, en el ápice del arco ojival se alza una estatua de San Marcos que, desde lo alto, bendice la ciudad.
La Basílica de San Marcos es la perfecta combinación de elementos bizantinos y occidentales. Le sirvieron como modelo numerosas obras del tiempo de Justiniano, evidente en el equilibrio de las formas. Llama la atención la riqueza ornamental, tanto en el interior como en el exterior.
En definitiva, en la edificación conviven una amalgama de elementos que aúnan en una misma estructura grandes momentos de la historia de la arquitectura. Dinastías, poder, guerras y comercio hacen de la Basílica de San Marcos un lugar absolutamente digno de admiración.
BIBLIOGRAFÍA
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