COMENTARIO HISTÓRICO ARTÍSTICO DEL FUSILAMIENTO DE TORRIJOS
ANÁLISIS ICONOGRÁFICO
Nos encontramos ante una obra pictórica del artista Antonio Gisbert. Se trata de un pintor español que desarrolló su labor en la época de transición entre el romanticismo y el realismo y cuya temática es histórica.
Esta obra, conservada actualmente en el Museo del Prado de Madrid tiene unas dimensiones de 390 x 601 cm y además, está considerada como una de las grandes obras maestras de la pintura histórica española del siglo XIX. Esta obra pictórica fue encargada por el gobierno de Práxedes Mateo Sagasta, durante la regencia de María Cristina de Habsburgo-Lorena, para que sirviera como símbolo de lucha por la libertad.
José María de Torrijos y Uriarte fue un político y militar español destacado por su lucha contra el absolutismo que quería imponer Fernando VII de España, costándole a Torrijos la cárcel y el exilio. Torrijos había sido ministro de la Guerra durante el Trienio Liberal y capitán general de Valencia, teniendo que exiliarse cuando Fernando VII recupera el poder.
Durante su exilio en Inglaterra intentó sublevarse contra el monarca, así que gobernador Vicente González Moreno le ofreció su apoyo si embarcaba desde Gibraltar hacia Málaga con sus más allegados hombres.
Este apoyo resultó ser una gran traición por lo que Torrijos y sus hombres fueron abordados por un guardacostas y obligados a desembarcar en Fuengirola. El día 11 de diciembre del año 1831 fueron fusilados en las playas malagueñas por traición.
ANÁLISIS FORMAL
En el Fusilamiento de Torrijos, Gisbert nos narra el final de esa tragedia, cuando Torrijos y sus hombres van a ser fusilados en las playas malagueñas. Según la realidad, el grupo de Torrijos estaba formado por sesenta hombres, pero el artista pensó que con tantos personajes la obra se vería demasiado saturada, así que optó por representar solo dieciséis personas.
Cinco de estos hombres han sido ya ejecutadas, son los cuerpos que se encuentran en primer plano en el suelo y otros once se disponen a enfrentarse a la muerte, mientras algunos frailes les leen la Biblia o les vendan los ojos. El fondo está ocupado por los soldados que esperan las órdenes para continuar con la ejecución.
Torrijos se encuentra en el vértice de la composición, destacando ligeramente sobre el resto de personajes. A su izquierda, agarrando su mano, se encuentra un hombre anciano y con los ojos tapados, se trata de Francisco Fernández Golfín, ex ministro de la Guerra, y a la derecha de Torrijos, con la mano también agarrada, se encuentra Flores Calderón, vestido con una levita clara.
La obra es de una composición sencilla y está realizada con un dibujo firme que se ajusta a los cánones académicos. Gisbert ha utilizado una tonalidad oscura y fría acorde con la gravedad de la situación, destacando los tonos azules. Destaca la maestría de Gisbert para plasmar en los gestos y rostros de los condenados todo tipo de emociones diferentes, entre las que encontramos miedo, valentía, resignación, desafío…