Hércules Farnesio

Ficha técnica

Título: Hércules Farnesio
Autor: Glykon
Cronología: Siglo III d.C
Estilo: Arte Romano
Materiales: Mármol
Ubicación: Museo Arqueológico Nacional, Nápoles

COMENTARIO HISTÓRICO ARTÍSTICO DE HÉRCULES FARNESIO

ANÁLISIS ICONOGRÁFICO

El Hércules Farnesio  es una copia romana en mármol de comienzos del siglo III, obra del escultor ateniense Glicón, de la obra original en bronce creada por Lisipo en el siglo IV a. C. Se encontró en 1546, en las Termas de Caracalla, en Roma y en seguida pasó a formar parte de la colección de escultura clásica del cardenal Alejandro Farnesio, hijo del Papa Pablo III.

Durante generaciones decoró el Palacio Farnesio, de ahí que tomase el apelativo del Hércules Farnesio, hasta que en en 1787 fue trasladada a Nápoles, junto a toda la colección Farnesio, que se puede contemplar en el Museo Arqueológico Nacional de Madrid.

La figura de Heracles, el héroe griego, personificaba el triunfo del valor y el coraje del hombre, sobre la serie de pruebas que le habían impuesto los dioses. A él, hijo de Zeus Alcmena, una reina griega, le habían concedido el don de la inmortalidad. En el periodo clásico, se había acentuado su papel como salvador de la humanidad, pero también poseía defectos mortales como la lujuria y la avidez.

La interpretación que hizo Lisipo del héroe, quería reflejar estos aspectos de su naturaleza mortal y le otorgó un retrato que constituyó un modelo durante el resto de la antigüedad. 




De hecho, además de la copia de mármol colosal exhibida en Nápoles, se conocen dos estatuas más, una de bronce, copia helenística o romana, encontrada en Foligno y que se conserva en París en el Museo del Louvre, y una de mármol, probablemente griega o del periodo romano, que se puede contemplar en el museo de la antigua Ágora de Atenas.

La estatua representa al héroe fatigado al término de sus trabajos, que descansa apoyándose en su bastón. Sobre el bastón está la piel del León de Nemea, al que Hércules da muerte en uno de sus trabajos.

Con la mano derecha, detrás de la espalda, el héroe aguanta las manzanas de oro del jardín de las Hespérides, que le aseguran la vida eterna. La masiva musculatura da la impresión de una potencia exhausta.

La estatua del Hércules Farnesio fue reconstruida y restaurada en diversas etapas. Según una carta de Guglielmo della Porta, discípulo de Miguel Ángel, que fue quien hizo las gestiones para el cardenal Farnesio, la cabeza se encontró separada del cuerpo, en un pozo del Trastevere. La mano y el antebrazo izquierdo, que faltaban, fueron sustituidos por una reconstrucción en yeso.

Las piernas, se dieron por perdidas y se le encargó al mismo Della Porta que hiciese unas nuevas. Su obra fue tan perfeccionista que, cuando más adelante se encontraron las piernas originales en unas excavaciones en las Termas de Caracalla, las piernas sustitutorias se le dejaron a la estatua por consejo de Buonarroti, para demostrar que los escultores modernos no tenían nada que envidiar a los clásicos.

Las piernas originales, que se encontraban en la Colección Borghese, no se restituyeron a la estatua hasta 1787. 

ANÁLISIS FORMAL

Hércules Farnesio
Hércules Farnesio

El Hércules Farnesio, de 317 cm de altura, fue muy célebre entre los romanos y se han encontrado copias de palacios y gimnasios romanos. Apreciamos como está apoyado sobre un bastón, recayendo la mayor parte del peso sobre este.

Sobre el bastón observamos como Glicón ha colocado la piel del León de Nemea, al cual Hércules venció en su primer trabajo. Tanto el busto como el cuerpo de la estatua están totalmente idealizados y siguen el canon de belleza heleno. 

Los rizados cabellos se han conseguido gracias a la técnica del trepano, muy utilizada por aquel entonces para crear caracoles en la cabellera o barba. si nos situamos tras la estatua, vemos que en la mano que esconde porta tres pequeñas piezas circulares, que hacen referencia a las tres manzanas doradas que consigue en el Jardín de las Hespérides. 

OTROS DATOS DE INTERÉS

Tras el hallazgo de la estatua en Roma, en 1574, Diego de Pesquera realizó en Sevilla la primera gran copia del Hércules Farnese, destinada a coronar una de las dos columnas que formaban el primer monumento civil erigido en la ciudad, la cual entonces era la capital del mudo. El monumento era la portada del jardín publico de la Alameda de Hércules, el más antiguo jardín público o parque conservado en Europa. 

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