Hipómenes y Atalanta

Ficha técnica

Título: Hipómenes y Atalanta
Autor: Guido Reni
Cronología: 1618-1619
Estilo: Barroco
Materiales: Óleo sobre lienzo
Ubicación: Museo Nacional del Prado, Madrid
Dimensiones: 206 x 297 cm
Escrito por: Carmen Álvarez

COMENTARIO HISTÓRICO ARTÍSTICO DE HIPÓMENES Y ATALANTA

CONTEXTO HISTÓRICO

Guido Reni (Bolonia, 1575-1642) es un pintor y grabador italiano de los más grandes de su tiempo, autor de un gran número de obras de una calidad exquisita y que son grandes exponentes del arte italiano del siglo XVII. Pese a todo, fue en parte eclipsado por otros artistas de la época, como Caravaggio, entre otros. 

Guido Reni, Autorretrato, ca. 1602

Claramente influenciado por la Antigüedad Clásica y por Rafael, es destacable su visión idealizada y heroica de la realidad. Las figuras dulces y las paletas de color cálidas también son características de su estilo.

Discípulo de Dionisio Fiamingo Calvaert, sobre el año 1595 ya comenzó a acudir a la academia de los Carracci. Años después, en torno al año 1601, partió a Roma, donde estuvo aún más influenciado por el arte clásico y Rafael, así como por artistas de su época, como es el caso de Caravaggio.

Durante su estancia en la capital, recibió numerosos encargos de cardenales como Scipione Borghese. Sin embargo, la enorme presión que recibía por parte de estos comitentes hizo que abandonara la Ciudad Eterna en 1614, estableciéndose de nuevo en su Bolonia natal.

Será en esta época cuando realizará la obra que aquí analizamos, de la cual hay una copia en el Museo di Capodimonte de Nápoles, Italia, pero el cual es más tardío, de los años 1620 a 1625. Se trata de una de las obras más controvertidas y conocidas del artista, y, sin duda, una de las joyas que podemos admirar en el Museo del Prado en Madrid.




ANÁLISIS FORMAL

En esta obra podemos apreciar claramente muchas características del estilo de Guido Reni. Figuras con cierto tono clasicista y claramente idealizado.

Un portentoso estudio de las anatomías, así como la composición de la escena: nos encontramos con una representación en friso que relata a la perfección lo que está ocurriendo. Las emociones de los protagonistas, sin embargo, están contenidas, y transmitiendo una gran belleza.

La luz y el color se centran en las dos figuras que componen la obra, Atalanta e Hipómenes. Esto hace que los ojos del espectador se centren en la acción, dejando el resto de detalles en un segundo plano. La paleta de color se centra en tonos pardos, rojizos y grises, que hacen que los cuerpos de los dos jóvenes resalten aún más en la composición. 

ANÁLISIS ICONOGRÁFICO

Este mito clásico tiene nula representación en la Antigüedad, pero es realmente interesante. Según cuenta el mito, Atalanta era una cazadora proveniente de Arcadia. Participó en diversas aventuras, como la cacería del Jabalí de Calidón o la búsqueda del Vellocino de Oro con el resto de los Argonautas.

De pequeña fue amamantada por una osa y criada por unos cazadores, haciendo que la joven consagrara su vida a la caza y, por tanto, a la diosa Ártemis.

Hipómenes y Atalanta
Hipómenes y Atalanta, Guido Reni, 1618-1619

En su Metamorfosis, Ovidio nos relata que un oráculo le dijo a Atalanta que nunca habría de tener un esposo. Es por eso por lo que ella rechazó a cada pretendiente que tuvo, alegando que sólo aquel que la ganara en una carrera podría ser su amante.

El joven Hipómenes, loco de amor por Atalanta, pidió ayuda a la diosa Afrodita para conseguir ganar la carrera. Ésta le otorgó tres manzanas de oro, explicándole que, cuando Atalanta fuese a adelantarle, arrojara una de las manzanas al suelo para que la joven cazadora se agachara a recogerla. Así, perdería tiempo y permitiría que Hipómenes ganase la competición.

Sin embargo, Hipómenes olvida agradecer a Afrodita la ayuda prestada, por lo que provoca la ira de la diosa. Cuando la joven pareja pasa cerca de un templo de la diosa Cibeles, Afrodita provoca un deseo incontrolable en Hipómenes de poseer a su esposa, por lo que ambos se refugian en el santuario cercano. Furiosa por semejante profanación, la diosa Cibeles convierte a la pareja en un par de leones, que serán los que a partir de entonces tiren de su carro.

Escultura de la diosa Cibeles con los dos leones tirando de su carro, Madrid.

La obra de Guido Reni nos relata el momento exacto en el que Hipómenes está arrojando las manzanas de oro al suelo para que Atalanta se agache a recogerlas. Así, la joven detiene su carrera para hacerse con las frutas, mientras Hipómenes no detiene la marcha y gana ventaja sobre la cazadora.

BIBLIOGRAFÍA Y WEBGRAFÍA

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