COMENTARIO HISTÓRICO ARTÍSTICO DEL JUICIO FINAL
ANÁLISIS ICONOGRÁFICO
Uno de los temas iconográficos cristianos más recurrentes en la Historia del Arte, sin duda, es el Juicio Final. Según la Biblia, tras la segunda venida de Jesucristo, se producirá la resurrección de la carne. Tanto vivos como muertos serán juzgados bajo los preceptos divinos sin excepción.
A lo largo de la historia, se han hecho referencias a este día, bajo la denominación de Juicio Final, Juicio de Dios o Día de la Ira. Tradicionalmente, el tema se había representado de forma simbólica, mediante la figura de Dios en la parte superior y los condenados en la parte inferior.
En la obra de Tintoretto, vemos a Cristo en la zona más elevada, flanqueado por la Virgen y San Juan Bautista. En la zona intermedia, vemos una serie de santos y alegorías, en medio del torbellino que se ha desencadenado.
Mientras, los arcángeles, anuncian con sus bocinas en medio de la vorágine la llegada del Día de la Ira. Se nos deja claro cual es el camino para llegar a la salvación eterna a través de la alegoría de la Caridad, la palma del martirio o la Cruz de Cristo, portada por San Dimas.
Más abajo, la composición deja paso a los justos, que están siendo ayudados por los ángeles a ascender a la zona celestial. Todavía en esta zona del lienzo, podemos distinguir a algunos santos como San Jerónimo, sobre una nube y túnica carmesí, rodeado de otros santos y justos. Mención especial merecen los desnudos que ascienden con pronunciados escorzos, que ponen de manifiesto la maestría del artista.
Lo más interesante de la obra es la representación del infierno, donde se encuentran los condenados. A lo largo de la historia, el infierno se había representado como un lugar abrasador, flamígero o llameante, sin embargo, en esta ocasión el infierno es una terrible corriente de agua que lo arrasa todo.
No podemos olvidar que la obra se encuentra en una iglesia veneciana, ciudad en la que los ciudadanos temen más al agua que al fuego, por lo que Tintoretto decide representar el infierno mediante una devastadora inundación.
La corriente arrastra a los condenados de forma muy violenta, mientras las nubes siguen descargando agua sin piedad. De nada sirven los gritos de auxilio de los condenados, que serán alcanzados por la corriente igualmente.
ANÁLISIS FORMAL
Lo primero que tenemos que tener en cuenta es la dimensión de la obra. Hablamos de una pintura descomunal de 14,5 metros de alto y 5,9 metros de ancho. Sin duda, fueron necesarios unos aparatosos andamiajes para la realización de la misma.
La escuela veneciana del cinquecento se caracteriza por la supremacía del color sobre la línea. El volumen de las figuras se consigue a través de manchas de color de diferentes tonalidades.
No puede pasar por alto la maestría en el uso de la perspectiva aérea y la luminosidad de los colores. Las figuras arremolinadas, llenas de movimiento y dinamismo, se pueden considerar un preludio de los preceptos barrocos.