COMENTARIO HISTÓRICO ARTÍSTICO DE LA ADORACIÓN DE LOS MAGOS
ANÁLISIS ICONOGRÁFICO
La iconografía de la Adoración de los Magos viene relatada, básicamente, tanto en dos evangelios apócrifos (el Pseudo Mateo y en el Protoevangelio de Santiago) y en el evangelio según Mateo.
En ninguno de ellos se menciona a los Magos como «reyes», simplemente los llama magos, palabra que, según el historiador francés Louis Réau, deriva de la palabra persa mogu. No será hasta el s. II cuando Tertuliano les dio el título de reyes por primera vez.
Del mismo modo que su culto ha ido evolucionando, también lo ha hecho su iconografía; aunque en las fuentes canónicas no se resuelve el número de adorantes, sí se menciona cuáles presentes ofrecieron a Jesús: oro, incienso y mirra.
Estos tres presentes también tienen su propia simbología:
- Oro → símbolo de su realeza
- Incienso → símbolo de su divinidad
- Mirra → material usado para el embalsamaje, presunción de su muerte
Pero Réau remarca que san Bernardo propuso en el siglo XV otra manera de interpretar la simbología de las ofrendas de los Magos:
- Oro → preciado material que tenía que servir para mejorar las condiciones de vida de María
- Incienso → material que debía ser utilizado para desinfectar el establo
- Mirra → resina que se utilizaba para curar las lombrices intestinales, que sería utilizado por Jesús
También este número ha sido diverso, pero finalmente se impuso el uso de número tres para que, además de coincidir con el número de presentes, también establecía relaciones con las tres partes del mundo conocido (África, Asia y Europa), las tres edades del hombre, la Trinidad, etc.
En cuanto a los respectivos nombres de los tres, no se encontró noticia, según Réau, hasta que constó en el Liber Pontificalis de Ravena, fechado en la primera mitad del s.IX, donde se les llamaba Melchor, Gaspar y Baltasar.
En cuanto a la iconografía de La adoración de los Magos, este tema resultó muy atractivo popularmente y esto propició una riqueza iconográfica considerable y que hay que remarcar.
Asimismo, en un primer momento, los tres llevaban la misma vestimenta, tal y como se puede ver en el mosaico de la adoración en la Iglesia de Santa María Maggiore (Roma), donde los tres vestidos iban con el mismo tipo de ropa y, aunque están diferenciados por los colores, no se puede distinguir quién es quién. Esta es la iconografía primigenia de los Magos, vestidos igual y con el gorro frigio.
Como se puede ver también en la ilustración, los Magos presentan sus ofrendas en bandejas, pero con el paso del tiempo, la forma también sufrirá cambios: Melchor ofrece su corona de oro, Gaspar presenta el incienso en una cornucopia y Baltasar lleva la mirra en una gran copa.
+En el caso de la obra analizada, Melchor ofrece su corona y un cofre con monedas, Gaspar lleva el incienso ya ardiendo en un incensario de oro y Baltasar lleva la mirra en un pequeño cofre que imita la forma de una cornucopia.
También se puede ver que en los mosaicos de Santa Maria Maggiore que, además de llevar los mismos vestidos, tampoco se puede distinguir quién es quién. Es por ello que se recurrió a la iconografía de las tres edades del hombre y las tres partes del mundo, creando así los rasgos identificativos de cada uno de ellos:
- Melchor → representado como el hombre de edad avanzada, representante de Europa
- Gaspar → el hombre maduro pero no anciano, representando a Oriente
- Baltasar → joven imberbe y de etnia negra, representando a África
ANÁLISIS FORMAL
Volviendo a la obra que se analiza, se puede ver una escena cargada de luz, colores vivos en primer plano (coincidiendo con los personajes más importantes) y conforme la vista se va alejando hacia el extremo superior derecho, se puede ver que los colores van volviéndose cada cuanto a tonalidades beige, azuladas y marrones (detonante así la lejanía del resto de personas y animales que iban en la caravana de los Magos, como sus pajes y sus camellos).
Es una escena muy cargada de figuración humana, ya que también encontramos que el cielo está ocupado por un total de dieciséis angelitos (doce de ellos se encuentran casi en el centro de la composición creando una aureola alrededor de la estrella que había guiado a los Magos hasta Jesús Infante).
El significado del número de angelitos que rodean la estrella se podría resumir con las palabras de Robert D. Johnston: el número doce manifiesta soberanía. Se refiere a la administración del Mandato divino en la tierra. Y el Mandato Divino se necesariamente mandato perfecto[1].
El número doce se encuentra también en consonancia con el número de apóstoles, el número de mandatos y también en el número de las tribus de Israel.
En cuanto a los cuatro angelitos que quedan apartados de los demás (divididos a su vez en dos grupos de dos), Johnston alega que el número cuatro: es el símbolo de la universalidad, de la creación, de la relación del hombre con el universo y, a causa del fracaso del hombre frente a Dios, también de la debilidad[2].
BIBLIOGRAFÍA
[1]JOHNSTON, Robert D. Los números en la Biblia. El singular propósito de Dios en la numerología bíblica. Editorial Portavoz. Gran Rapids (MI, EUA), 1994 (pág. 81)
[2]Ídem (pág. 57).