COMENTARIO HISTÓRICO ARTÍSTICO DE LA ADORACIÓN DE LOS PASTORES
CONTEXTO HISTÓRICO
La Adoración de los Pastores, gracias a sus características estilísticas, podría catalogarse dentro de la tradición caravaggiesca, pues la pincelada de Zurbarán contribuye al volumen y a la monumentalidad de las figuras, normalmente vestidas con telas de un suntuoso colorido mediante una representación plástica perfecta, proclamándose maestro de la representación del color y el claroscuro.
La forma de pintar de Zurbarán no predomina por unas grandes y estudiadas perspectivas ni por las anatomías escorzadas ni la teatralidad de las mismas, más bien será la luz y su proyección jugando con las sombras y la oscuridad la que esta presente y otorgue ese realismo a las figuras.
Por consiguiente, la Adoración de los Pastores será una obra representativa del estilo de Zurbarán, gracias a la proyección de la luz, el tratamiento del color y el mensaje eclesiástico que transmite.
ANÁLISIS FORMAL
Formalmente, la obra se divide en dos espacios: uno en la parte superior y otro en la parte inferior. En el nivel superior, encontramos un coro de ángeles músicos, donde uno de ellos toca el arpa mientras el resto se dispone a orar y realizar los cantos.
En el nivel inferior, se encuentran diferentes personajes, todos ellos colocados alrededor de la figura del recién nacido. La virgen María, colocada en la izquierda, en parte inferior, sustenta el paño de un reluciente color blanco, mientras que José le observa desde el ángulo derecho. Sin embargo, si pudiéramos doblar el lienzo en sentido vertical, la figura del niño quedaría estratégicamente situada en el centro.
La fuente principal de esta obra será el Evangelio de San Lucas, el único apóstol que menciona el nacimiento de Jesús en sus escrituras. Sin embargo, no es el único evangelio que hace mención a la Adoración de los Pastores; también aparece en el Evangelio árabe de la Infancia.
Otra fuente muy importante a tener en consideración serán los Evangelios Apócrifos, en la parte del Pseudo Mateo, donde hace referencia a esta escena en los Apócrifos de la Natividad. Los hechos comprenden desde la natividad de la Virgen María, pasando por el nacimiento de Cristo y finalizando con la visita de los Reyes Magos, justo después de la de los Pastores. La principal diferencia entre el evangelio de Lucas y el Protoevangelio de Pseudomateo, será la mención de la música angelical.
En el Barroco, la Adoración de los pastores resulta un tema idóneo para acercar la religión al pueblo con la finalidad de recuperar el espíritu cristiano.
En muchos conventos, iglesias o colegios religiosos, la Adoración de los Pastores era un tema conocido que no podía faltar en el ciclo de la Natividad, y por tanto formaba parte de los capítulos más importantes de la vida de Jesús.
Se referencia a la Adoración de los Pastores en los libros de horas, denominados así por tratar las horas y oraciones que se deben rezar a la Virgen. Su uso y popularidad entre la sociedad proliferó a finales del S.XV y comienzos del S.XVI, cuando existían unas horas oficiales, las horas al uso de Roma, para rezarle a la Virgen.
A consecuencia de esta popularización, la Adoración de los Pastores desbancó a La Adoración de los Magos, tipo iconográfico que tomó protagonismo en el S.XVI. En un primer momento, no parece que sea tanta la diferencia, ya que son dos temáticas que, a fin de cuentas, tratan el nacimiento del niño.
La diferencia subyace en el significado, ya que en la Adoración de los Magos serían los Reyes y nobles del momento los que se sientan identificados con los protagonistas, mientras que en la Adoración de los Pastores, el propio pueblo se ve reflejado en la humildad del pastor.
De todas formas, es un error lógico que en múltiples ocasiones se confundan la Natividad y la Adoración de los Reyes Magos con la Adoración de los Pastores, dado su cercana cronología sacramental.
ANÁLISIS ICONOGRÁFICO
La Adoración de los Pastores como tema es uno de los más antiguos dentro de la iconografía cristiana. En Italia y Flandes fueron los primeros lugares donde se popularizó en el S.XV, mientras que en España no llegaría hasta el S.XVI donde se manifestó por primera vez en las escuelas provinciales representadas por Pablo de San Leocadio, Vicente Massip o Yañez, quienes comenzarían la plasmación de dicho tema siempre bajo el influjo italiano.
Se configuraron una serie de instrumentos rústicos como las cestas de huevos, símbolo de fecundidad y resurrección, y el cordero con las patas atadas, siendo emblema de Cristo Redentor, convirtiéndose así en tema sacro.
Respecto a la parte tradición cultural convencionalizada del arpa, son numerosas las obras que se desarrollan en el S.XVII con la aparición de este instrumento. Si se indaga en las obras aparecen dicho instrumento, pronto vaticinamos como se relaciona siempre con aspectos teológicos: la propia forma triangular referencia a la Santísima Trinidad mientras que las diez cuerdas referencian a los diez mandamientos. La pulsación y vibración de estas cuerdas sería el un canto laudatorio a Dios.
La elección de estos dos instrumentos, el laúd y el arpa, no es al azar ya que muchos artistas los elegían por su carácter casi divino al estar vinculados con las sagradas escrituras.
Que se eleven estos instrumentos a tal nivel, al nivel de la Virgen y el Niño, es un claro ejemplo del poder que ejercía la música en las representaciones plásticas y el valor que tenían en aquel momento, teniendo un papel principal para la transmisión del mensaje.