COMENTARIO HISTÓRICO ARTÍSTICO DE LA APARICIÓN
CONTEXTO HISTÓRICO
El esplendor del Romanticismo, cuyo modelo ideal era la naturaleza y la expresión de los sentimientos más profundos del ser humano, y que, asimismo, estaba muy vinculado a ideas revolucionarias y a los nacionalismos decimonónicos, comenzó a decaer a mediados del siglo XIX.
De esta forma, y como consecuencia de ese carácter cíclico que siempre ha marcado la evolución del arte a lo largo de la historia, surgirán nuevos movimientos artísticos, como son el Impresionismo o el Simbolismo.
En cuanto a este último, algunos autores, como Remy de Gourmont, van a afirmar que sería sinónimo de anti-realismo. Este movimiento presenta un carácter ciertamente heterogéneo, pues reúne en sí mismo influencias muy variadas, entre ellas, la poesía.
El Simbolismo va a concebirse como una nueva manera de entender la poesía. En este sentido, los artistas que se encuadran en él se van a ver profundamente influidos por el “Manifiesto Simbolista” de Jean Moréas, publicado en 1886 en Le Figaro.
Las ideas simbolistas comenzaron a calar en las mentes de la época post-impresionista. Estos artistas tuvieron como precedentes a grandes maestros cuyas alucinaciones se convirtieron en expresión de las emociones humanas, como pueden ser Goya, Blake o Fuseli, así como los románticos alemanes y los prerrafaelitas.
También cabe destacar que, en algunos lugares como Alemania, a los artistas que siguieron esta corriente los denominaron “románticos tardíos”.
ANÁLISIS FORMAL
Moreau va a tratar la escena de la ejecución del Bautista en varias composiciones, que al ser apreciadas en conjunto, pueden entenderse como la sucesión de las distintas fases del acontecimiento. En este sentido, la obra de La Aparición va a comprender la segunda fase del relato.
Aquí, la escena adquiere un sentido fantasmal. Vemos en primer término a una Salomé que se encuentra finalizando su danza, casi desnuda, con las piernas abiertas en un paso de baile, con los brazos extendidos, y apuntando con sus dedos hacia la cabeza nimbada de San Juan Bautista, como si se fuera una visión.
Puede que incluso se trate de la cabeza del propio Cristo, en tanto en cuanto, la ejecución de San Juan se entiende como un preludio de la de este último. De igual modo, podemos apreciar perlas de sangre deslizándose entre el cabello del Bautista.
El espacio en el que se desarrolla la escena se encuentra bañado por una rica luz dorada. Además, los contornos de la propia escenografía van a ser destacados mediante un dibujo claro.
Podemos comprobar la presencia de un trono donde aparece sentado Herodes, exhibiendo una acusada magnificencia oriental, siendo este el toque que el artista quería atribuir a la escena.
Junto a él, aparece Herodías, madre de la bailarina. En el fondo podemos apreciar cómo se yergue otro trono bajo ese baldaquino de la bóveda, presentando una serie de escalones. Frente a este, veremos al verdugo y a una criada que aparece contemplando la danza desatada de Salomé.
ANÁLISIS ICONOGRÁFICO
En La Aparición, observamos una vertiente de la producción del artista que se centrará en la representación de mujeres como portadoras del mal. Para dicha tarea, escoge el tema bíblico de Salomé.

Esta historia, que es relatada en el Nuevo Testamento, nos cuenta lo ocurrido durante la fiesta de cumpleaños de Herodes Antipas (tetrarca de Perea y Galilea desde el año 4 a. C.).
En ella, Salomé, hija de Herodías (esposa y cuñada de este último), baila para los invitados. Su danza tuvo tal éxito que Herodes decidió concederle un deseo. Así fue como, Salomé aconsejada por su madre, le pide al monarca la cabeza de San Juan Bautista, quien había sido encarcelado debido a las injurias que había proferido contra ella.
Finalmente, sus deseos son cumplidos, y Salomé acaba recibiendo la cabeza del Bautista en bandeja.
Durante la Edad Media, la figura de Salomé se convertirá en el modelo de mujer perversa, encarnando la lujuria y el vicio, cumpliendo con el arquetipo de la llamada “femme fatale”, mientras que Herodías pasaría a encarnar la fuerza motriz del mal.
En La Aparición, Salomé se convertirá en símbolo de voluptuosidad, en una especie de divinidad de la histeria inmortal. De hecho, será el propio Moreau quien afirme que Salomé representa a una mujer eterna, que presagia un horrible futuro para aquellos que se atrevan a subordinar sus valores e ideales a la sensualidad e indiscreción.
Será así cómo, en la obra de Gustave Moreau, a diferencia de otras representaciones de sus contemporáneos, el tema va a adquirir un sentido moralizante, sin limitarse únicamente a reflejar la perversión contenida en dicha mujer, o a representar la cabeza del Bautista, como habían venido haciendo muchos artistas de épocas anteriores con el objetivo de ensalzar el carácter mártir y ascético de este último.
CURIOSIDADES
Este tema ha sido fruto de numerosas reproducciones por parte del artista, llevándolo a cabo en varias obras y numerosos bocetos, que a día de hoy son conservados en el Museo de Gustave Moreau. Esta versión del tema forma parte, como hemos mencionado anteriormente, de una especie de tríptico que estaba conformado por otras dos obras más.
En primer lugar, se situaría Salomé baila ante Herodes (1874-1876), realizada en acuarela, representando el inicio de la escena, los pasos iniciales de la danza de Salomé.
Por último, tendríamos Salomé tatuada (1874), que a diferencia de las otras dos, va a ser un óleo sobre tela, mostrándonos el momento en que Salomé finaliza su danza ritual, disponiendo a una figura femenina cubierta con símbolos florales hindúes y demás motivos asiáticos. Asimismo, de la obra de La Aparición, realizó otras versiones en diferentes soportes y técnicas, como es el óleo sobre lienzo.
Finalmente, cabe añadir que la idea de la “femme fatale”, es decir, la mujer como causa de la perdición, la empleó Moreau en otras obras, pero a través de temas iconográficos diferentes, tal y como vemos en el caso de Sansón y Dalila o en Edipo viajero (La igualdad ante la muerte).
BIBLIOGRAFÍA
BRODSKAYA, N. “El simbolismo en el arte”. El simbolismo. Parkstone International, 2012.
CABELLO ANDRÉS, N. “Símbolo y mito en el movimiento simbolita francés: Henri de Régnier”. Revista de Filología, nº 41. Universidad de La Rioja, 2020.
HOFSTÄTTER, H. H. “Los mitos de Moreau”. Gustave Moreau con 80 ilustraciones. Editorial Labor, Barcelona, 1980.
ORTIZ OLIVARES, A. N. “Salomé, el nacimiento de un ídolo de perversidad: Stéphane Mallarme y Gustave Moreau”. Nuevas Poligrafías. Revista de Teoría Literaria y Literatura Comparada, nº 1. Universidad Nacional Autónoma de México, 2020.
WEBGRAFÍA
GOOGLE ARTS & CULTURE: https://artsandculture.google.com/asset/the-apparition/8wHHpSOCxyjnIg?hl=es (Consulta: 24/11/2022).
GALERÍA DE IMÁGENES


