La artista

Ficha técnica

Título: La artista
Autor: Serafín Martínez del Rincón y Trives
Cronología: Hacia 1887
Estilo: Romántico Tardío
Materiales: Óleo sobre lienzo
Ubicación: Museo Nacional del Prado, Madrid. Actualmente, esta obra no está expuesta al público. Pertenece a los fondos del museo.
Dimensiones: Alto 76 cm; Ancho: 53 cm

COMENTARIO HISTÓRICO ARTÍSTICO DE LA ARTISTA

CONTEXTO HISTÓRICO

En una fría tarde de la aburguesada Palencia del siglo XIX, el pintor español Serafín Martínez del Rincón y Trives, cuyo nombre quedaría como referente e inspiración para futuras generaciones, se adentraba a potenciar un estilo romántico con un ligero halo de melancolía y nostalgia en todas sus creaciones.

Un romanticismo tardío, bohemio, elegante y muy sutil, al que las tierras castellanas, no estaban acostumbradas de semejante talento con notas orientales, más asiáticas que próximas al estilo rococó al que le llevó a encontrarse consigo mismo, y a su vez, a reconciliarse con su identidad más íntima.

Inició su andadura pictórica en la Escuela Municipal de Dibujo de Palencia, años después, continúo su aprendizaje en la capital española, donde le acogieron con gran entusiasmo en la Escuela de Bellas Artes de San Fernando. Premiado con la medalla de bronce en la Exposición Municipal de Valladolid, consiguiendo en el año 

1867 una mención honorífica en la Nacional por pinturas de género como Reparto de sopa a la puerta de un convento, o La sopa boba.

Este vertiginoso ritmo del siglo XIX, nos sumerge en una atmósfera contínua de movimientos artísticos, junto con nuevas técnicas pictóricas que se entremezclan en un baile de estilos donde por una parte, encontramos a partir de 1850, la fuerza impresionista de Monet y Manet, que se implanta en todos los salones franceses de renombre, recreando su amor por el arte del coleccionismo al que solo pueden acceder las élites burguesas de Centro-Europa, concretamente en París. Bebiendo de influencias orientales hasta entonces desconocidas para el gran público, y de la mano de las estampas japonesas, en particular, de artistas como pueden ser Hokusai e Hiroshige.

 Retrato del pintor Serafín Martínez del Rincón y Trives

Gracias a estas conexiones comerciales, el siglo XIX creó un ambiente único para el arte, en el cual, muchas corrientes artísticas se transforman día a día, proporcionando unidades de estilo irreverentes para el convencionalismo al que la sociedad estaba acostumbrada.

ANÁLISIS FORMAL

Esta obra, creada por el palentino Martínez del Rincón recrea en La artista una atmósfera cromática en tonos pasteles, jugando, a veces, con los claroscuros de los muebles del atelier contemporáneo, donde se desarrolla la escena de aire romántico.

Eleva la feminidad de la protagonista, de movimientos elegantes y postura balanceada hacia el espectador. Ella, está cómoda ejerciendo el dibujo, se siente dichosa con esa ligerísima sonrisa que se abre paso por unas comisuras color coral que son el complemento perfecto a unas mejillas sonrosadas con un rubor sensual y armónico, que sincroniza su tonalidad con el rosado de la sombrilla oriental, destacando el resto de objetos decorativos como el baúl con cerradura clásica y textura de piel, imitando el estampado floral a una alfombra de tapicería colonial, o el plato anclado a la pared del fondo como sinónimos interpretativos de viaje, connotaciones, al fin y al cabo, simbólicas del progreso, avance social e intercambio comercial de la época; y el jarrón de porcelana en tonos cerúleo, celeste y blanco marfil.

En su conjunto, todo cobra una armonía perfecta, el punto focal reside en el tronco de la joven que compone el eje de la composición. Un mobiliario suntuoso, rico en matices, presumiendo y haciendo alarde de poder por la tiara que adorna la cabellera de la joven, ponen en riqueza la exclusividad del arte, quedando en tela de juicio y siendo el punto de mira en reivindicaciones artísticas de otros movimientos artísticos que se abrirán paso a lo largo del siglo XX.

El fondo de la obra potencia la calidez del encuentro, es la joven frente a un gran lienzo de fondos neutros que empiezan a vislumbrar el movimiento impresionista. Esta pintura es célebre en la trayectoria del pintor porque aborda un arquetipo conservador y en pequeños detalles, muy coquetos y atrayentes para el espectador, evidencia el estilo oriental que capta la atención del autor pero sin renunciar aún al canon europeo de feminidad en la representación clásica de la mujer.

El vaso alhambresco hace una clara alusión a una concepción de intimidad y de concepción espacial próxima al pensamiento de Fortuny, y su forma de concebir el arte pictórico. 

La artista
La artista

La artista de tez marmolea transmite tal belleza que resulta poco creíble, siendo más próxima a una alegoría más que a la representación de una persona en concreto. Sus proporciones neoclásicas delatan el enigma de todos los detalles que aportan información sobre cada objeto del interior del estudio.

Y uno de ellos, es que el lienzo que pinta nuestra protagonista está enmarcado, por lo tanto, terminado. Al no hacer una referencia real sobre la mujer, se intuye que es irreal y es el prototipo de belleza clásica mediterránea, siendo una alegoría viviente de la pintura.

 La pintura se materializa en cuerpo de mujer.

ANÁLISIS ICONOGRÁFICO

Nuestra atención sigue centrándose en La artista, ¿quién no ha soñado con ser artista alguna vez?, yo sí. Si nos basamos en que nuestra protagonista es una alegoría, tendremos que decir, también, que su vestimenta de tonos perlados, mangas de estilo farol ligeramente abullonadas y escote de corte imperio, acentúan su figura gracias al cinturón que hace juego con las joyas engarzadas que adornan la tiara que porta la mujer en su cabeza.

El ambiente concuerda, es armónico, es la mayor expresión del estilo romántico tardío, que se niega a dejarse llevar por nuevas corrientes que sin quererlo se abren camino, e incluso, el propio pintor es consciente de que su estilo forma parte de un recuerdo, más que al arte del momento.

La pose de la artista encabeza el ritmo del lienzo, es el centro de la obra pictórica. Su feminidad inunda la estancia, ella realmente es una ilusión, no es una mujer real. Aunque su papel es tan importante, casi como si estuviésemos hablando de una modelo con nombres y apellidos, porque ella es el canon y la referencia por antonomasia de la representación simbólica de la mujer, nos representa a todas a través de los ojos de un pintor entusiasmado con su creación de arte para coleccionistas. Aún, no hay cabida para la Vanguardia, pero llegará pronto.

Esta obra, La artista, representa un cierre de ciclo, el colofón a un movimiento pictórico con sus luces y sombras. A partir de este momento, se iniciará una brecha artística generacional en la que no habrá vuelta atrás, todo cambiará a pesar de la incomodidad de muchos y el alivio, de otros. 




CURIOSIDADES

Como curiosidad me gustaría atraer la atención del lector al zapato de la joven, ¿no os recuerda al zapatito de cristal de La Cenicienta, basada esta historia en el cuento popular de Charles Perrault y coreografiada por el imaginario de Walter. E. Disney? Si observamos bien la obra, junto con el movimiento corporal que hace la joven, se inclina hacia una posición de contraposto, para llegar al lienzo.

En ese balanceo adelanta el pie hacia adelante, pudiendo dejar a la vista el zapato, y sin embargo, el otro zapato no aparece en la escena, ¿lo habrá perdido? Creo que no, lo tiene escondido en la silla donde ella está reclinada.

El imaginario de Walt. Disney, es libre y nos acerca a nuestra infancia, pero también, persigue el ideal artístico en sociedades burguesas francesas, pueblos pequeñitos como aldeas, típicas de escenas afamadas como en la película de La Bella y la Bestia o de inspiración próxima a la Baja Edad Media con castillos, contiendas y justas como ocurre en la película de La Bella Durmiente, bajo su visión de animador, guionista y su libre licencia poética.

Pero, volviendo a nuestra artista, sí que en su figura, en su materialización femenina es el canon de princesas, de mujeres artistas que quieren abrirse camino con fuerza en el arte de la pintura, es una mujer que da voz, aspecto y cuerpo a un estilo, a una generación cíclica en la que los cánones no variaba con mucha rapidez, y ante todo, es una mujer idealizada pero valiente, elegante y reivindicativa ante nuestros ojos como espectadores como para aquel palentino que quería hacerse hueco en el Madrid del siglo XIX con su pintura y su sello personal.

BIBLIOGRAFÍA Y WEBGRAFÍA

GARCÍA GUATAS, Manuel, AGUDO BUENO, Ana: “Catálogo de Obras Artísticas del Palacio de la Antigua Capitanía General de Zaragoza”, Artigrama, nº 19, 2004 pp. 473-501.

MUSEO DEL PRADO: https://www.museodelprado.es (Consulta: 01/03/2023)

HUMANIDADES: https://humanidades.com (Consulta: 01/03/2023)

CATÁLOGO DE LAS PINTURAS – MUSEO NACIONAL DEL PRADO: https://www.museodelprado.es (Consulta: 01/03/2023)

OBRAS DEL ROMANTICISMO – MUSEO DEL PRADO: 

https://www.museodelprado.es (Consulta: 01/03/2023)

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